Una fiesta en puerta.

Ansel Black era nombre de aquel hombre misterioso, ya era la segunda vez que ayudaba Elizabeth a derrotar a los villanos que aterrorizaban la ciudad, ella creí que él tenía un gran potencial para convertirse en un héroe.

—¡Ahí esta Elizabeth!—exclamó Aris emocionado.

—Hola chicos.—los saludó ella con calma.

—¿esta todo bien? ¿Viste algún tipo raro?—le preguntó Aris con curiosidad.

—Digamos que todo esta bien ahora, no hay nada de que preocuparse.—le respondió Elizabeth con una sonrisa.

—¿Pudiste averiguar algo de esos hombres?—le preguntó el señor Ming mirándola a los ojos.

—Si, los que creía los sospechosos resultaron ser los guardaespaldas del gobernador y el otro grupo de hombres, intentaba capturarme armando un alboroto.

—Al parecer los derrotó con facilidad.—expresó Jaime con una sonrisa orgullosa.

—En realidad tuve algo de ayuda jejeje.—declaró Elizabeth con alegría.

—¿Pero quién te puede ayudar? Tu eres demasiado fuerte a no ser que…

—Si, fue el chico de esa noche.

—Pero…intentó matarte ¿ya confías en él?—la cuestionó Aris confundido.

—Bueno…es una larga historia jejeje…—Elizabeth se toca el cabello apenada.

—Eso es verdad, pero también la ayudó a derrotar al mensajero de Anfernee ¿no es así? Y hoy volvió a ayudar a Elizabeth, quizá no sea un asesino después de todo.—exclamó el señor Ming tratando de entenderlo.

—Y no solo eso, él es como yo, también es resistente a las balas, además es extremadamente fuerte.

—¿Cree que sea como usted? ¿Un héroe que aun no encuentra su lugar? Quizá también se esta descubriendo y a diferencia de usted, él no tenga a nadie que lo ayude.—añadió Jaime haciendo que todos reflexionaran.

—Yo no diría que es un héroe, es un idiota.—externó Aris con molestia.

—Me gustaría conocer a ese chico misterioso.—declaró el señor Ming pensativo.

—Sería de mucha ayuda si logramos convencerlo de que se una a nosotros.—expuso Jaime positivo.

—¿Qué? ¿Hablan enserio?—preguntó Aris incrédulo.

—¡Eso sería increíble! —expresó el señor Ming con emoción.

—¿Por que reacciona de manera tan negativa joven Aris?—le preguntó Jaime juzgándolo con la mirada.

—Digamos que su temperamento es algo irritante y explosivo, además de que es un mal hablado, aun así…hay tantas preguntas que me gustaría hacerle ¿Como adquirió sus poderes? ¿Habrá más personas como nosotros?

—Pues yo no estoy de acuerdo, ese tipo no es de fiar, trató de matarte ¿acaso eso es algo que debe olvidarse con facilidad?

—Pero no lo hizo, por eso creo que no es tan malo, sé que no es un villano.—externó Elizabeth con seguridad.

—Pues claro que no lo hizo, tu eres más fuerte, no es un rival para ti.—seguía diciendo Aris cada vez más molesto.

—Entiendo como se siente joven Aris, está inseguro de ese hombre, ¿pero noche que lo mejor será tenerlo de nuestro lado como un aliado y no como nuestro enemigo?—le preguntó Jaime mirándolo fijamente.

—Será un error si lo invitamos a unírsenos…

—Eso lo averiguaremos con el tiempo, si es que lo volvemos a ver, mantengamos al margen en el asunto ¿de acuerdo?

—Si señor Ming…

—El desfile ya terminó, fue un gran espectáculo, es una pena que no lo haya visto completo.—le dijo Jaime con pesar.

—¿pero tomaron video y fotos no? No se preocupen, lo veré con calma desde la comodidad de mi casa jajaja..

—¡Si! Cada parte del desfile quedó grabado para ti.—le dijo Aris con una sonrisa.

—Deveríamos ir a comer algo ligero ¿no creen?

—Por favor, volar da mucha hambre jajaja.

—Vayamos por una hamburguesa con papas.—les dijo el señor Ming y todos se fueron felices al lugar.

Nuestros amigos comieron juntos y una vez que terminaron, estaban listos para ir a descansar antes d ella fiesta.

—¿Les gustaría que pasara por ustedes?—le preguntó Jaime con amabilidad.

—Pasa solo por Elizabeth, yo me iré antes con mi padre para ayudarlos con la comida.

—Muy bien, pasaré solo por la señorita Elizabeth entonces.

—¡Me emociona conocer su casa señor Ming!—exclamó Elizabeth con gran alegría.

—Y a mi me encanta la idea de que me visiten, nos vemos más tarde, descansemos un poco.

Jaime se acercó al oído de Aris y le dijo algo en voz baja.

—Esta es su oportunidad para acercarse más a la señorita Elizabeth, ya sabe, de una manera romántica.

—¿Qué?.—Jaime le guiñó el ojo y se fue dejando a Aris tan rojo que la cara le ardía.

—¿Que te dijo? Se veía bastante serio.—le preguntó Elizabeth con curiosidad y el nerviosismo se apoderó de Aris.

—¡No me dijo nada! Jejeje, ya sabes como es….jejeje.

—Deberíamos irnos ya, necesito un baño.—le dijo ella mientras se estiraba.

—Ya somos dos.

Una vez que se encontraron en casa, Elizabeth y Aris se despidieron, pero en al entrada se encontraba el señor Bady y la saludó con un fuerte abrazo.

—¡Elizabeth! Siento que no te veo hace mucho jejeje ¿Estás emocionada por la fiesta de esta noche?

—Si, el señor Ming es muy amable, no era necesario que me hiciera algo así, pero estoy feliz y agradecida con él y todos ustedes por su gentileza.—le dijo Elizabeth con una sonrisa brillante.

—Eres una chica fácil de querer, nos alegra haberte conocido, además ayudaste a mi mejor amigo en un momento difícil, eres como de la familia ahora pequeña, así que arréglate y disfruta de tu día especial.

—Muchas gracias, nos vemos más tarde.

—Hasta luego linda.

Elizabeth se fue, no sin antes despedirse de Aris con un abrazo y cuando ella entró a su casa, Bady golpeó ligeramente el brazo de su hijo cn el codo.

—Oye…¿desde cuando se dan abracitos? Jejeje.

—No empieces papá…disimula aunque sea un poco.

—Pues así me abrazaba con tu madre y luego pum, naciste tu.

—¡Papá!

Elizabeth entró a su casa y cerró la puerta con cuidado y subió a su recamara enterrando la cara entre las almohadas.