La Reina De Hielo

Capítulo 4.

Más tarde Piero volvió a entrar a la oficina de Alexandra, eran casi las 2:00 pm, hora de la presentación de su nueva colección, no podía llegar tarde y además si lo hacía ¡Lo despedía! Así que era muy importante llegar a tiempo.

¡Jefa! Hora de la presentación…

¡Sí! vamos – Exclamó sin dejarlo terminar, tomó unas carpetas, su memoria USB y su laptop, caminó a la salida y sin decir palabra alguna continuaba su marcha hacia la sala de reuniones, Piero tuvo que correr casi detrás de ella, cosa que no le molestaba para nada –

¿Los bocadillos y bebidas? – Preguntó Alexandra colocando sus cosas en la gran mesa de la sala –

¡En la otra habitación listos para entregar cuando termine la presentación! – contestó Piero muy orgulloso de su labor –

¿El equipo para la presentación?...

¡Funcionando y a su servicio! – Dijo señalando a un lado de la sala donde todo ya estaba conectado sólo para colocar la laptop y así proyectar la presentación –

¡Bien…!

También agregué unas botellas de agua para cada persona, una servilleta, un lápiz y unas hojas de papel para que hagan apuntes de su presentación si lo desean y coloqué… un pequeño detalle de rosas a su izquierda – Dijo señalando las rosas que Alexandra no había visto –

¡Mis favoritas también! – Exclamó muy sorprendida, volteando a verlo después a él que sonreía… ¡No parecía tan torpe como los otros! Era eficiente –

¿En serio? Las rosas son…

¡No importa! ahora conecta esto mientras ordeno las carpetas con la información que entregaré – Dijo Alexandra disimulando su agrado por lo que Piero había hecho, era un hombre de iniciativa, no sólo hizo lo que ella le ordenó, sino que también por su propia cuenta pensó en lo que podría servir para esa ocasión y lo hizo… dio más de lo que se le pidió… esa actitud lleva lejos a las personas, ¡Se parece a ella! –

¿Hay algo más que necesite? – Preguntó Piero con esa sonrisa encantadora, ¡se valía de eso para conseguir muchas cosas! Pero a Alexandra no la engañaba, ella no caería ante su encanto… ¿O sí? –

¡No! Todo está listo… quiero que te quedes para lo que sea que necesite luego…

¡Sí jefa! – Dijo como si fuera un premio eso de quedarse con ella, Alexandra lo miró levantando una de sus cejas perfectas y luego volvió a prepararse para exponer… aunque no lo admitiera ni mucho menos lo demostrara, estaba contenta con el trabajo que Piero había hecho, su primer día fue excelente… ¡Estaba aprobado! –

¡Aún así veremos cuánto dura! – Dijo Alexandra en voz alta sin darse cuenta –

¿Qué dijo…?

¡Nada! Veremos cuánto dura la presentación – Decía cubriendo lo que en realidad había querido decir… pero lo que no se imaginaba es que Piero duraría mucho más en su vida… como nadie lo había hecho –

Toda la presentación Piero estuvo de pie en una esquina, prácticamente invisible a todos los presentes, excepto para Alexandra, que notaba sin lugar a duda que Piero no le quitaba los ojos de encima en ningún momento… eso la ponía algo incómoda, estaba acostumbrada a que los hombres la vieran todo el tiempo, era hermosa y lo sabía, pero nunca le había importando, ser fría era una forma de mantenerlos alejados, pero en este caso en particular ese hombre la afectaba en algo con esos ojos tan profundos y candentes… no estaba segura en qué, pero nunca se había sentido así… aunque sabía disimular muy bien, así que nadie se dio cuenta de lo que le pasaba, Piero en cambio estaba tan embobado con ella que ni cuenta se daba que se había quedado prendado de su jefa… su manera de hablar tan irresistible, sus ademanes, sus gestos, sus labios, como se movía su cabello al pasearse con elegancia en todo el salón para mantener el dinamismo en la exposición de sus ideas, como se le cortaba la respiración cuando ella lo miraba a los ojos de vez en cuando y por un segundo, no cabía duda… ¡Se estaba enamorando de su jefa!

¡Piero!... – Escuchó que lo llamaba Alexandra algo estresada –

¿Sí? – Contestó él medio asustado como saliendo de un trance –

¡Los bocadillos! – Dijo ella señalando a los presentes y guardando sus cosas –

¡En seguida! – Exclamó Piero corriendo a la otra oficina y trayendo todo lo que Alexandra había pedido –



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En el texto hay: mentiras, amorodio

Editado: 28.04.2018

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