Cuando los invitados vieron entrar a Piero todo golpeado y con algo de sangre se asustaron, pero como el novio se veía feliz y con una enorme sonrisa en los labios no preguntaron nada, se habían tardado más de la cuenta y el aspecto que tenía seguro era consecuencia de esa tardanza pero no dijeron nada, simplemente sonrieron más cuando entró la novia, hermosa y elegante… tan exquisita como una verdadera reina del brazo del señor Rey que había llegado rápidamente cuando le hablaron por celular avisándole que el novio ya estaba en la iglesia y nunca había sentido tanto alivio como en ese instante.
¿Notaste que asustaste a los invitados? – Susurró Alexandra que tomó la mano de Piero frente al altar –
¡Ni me di cuenta! Tú también lo hiciste con tu vestido manchado de sangre – Bromeó Piero dándole un beso en la mejilla –
¡Aún así como estás te ves guapísimo!...
¡Ya sé! – Sonrió pícaramente Piero… no le importaba nada más que casarse ese día con la mujer que amaba –
La ceremonia fue hermosa, todos estaban llorando… hasta el señor Rey que se hacía el fuerte dejó ver brillo en sus ojos y unas cuantas lágrimas, de ahí fueron a la hermosísima recepción en casa de Alexandra , no quisieron que fuera en otro lugar más que ahí… tanta felicidad junta parecía mentira, y se puso mucho mejor con la noticia que pronto sabrían.
¡La policía acaba de hablar! – Exclamó la nana que corría a lado de Alexandra , Piero y el señor Rey que cargaba a Dulce, Kary estaba haciendo de las suyas con la fuente de chocolate –
¿Qué pasa? – Preguntó Piero algo asustado –
¡Me informaron que encontraron a Maribel y a los dos hombres que lo secuestraron!...
¡Esas son buenas noticias! – Suspiró Alexandra muy aliviada, al menos la amenaza ya no era latente, con Maribel en la cárcel la tranquilidad volvía a su vida –
¡Vaya que sí! esa mujer ya no te hará sufrir Alexandra - Dijo el señor Rey muy firme –
¡Es verdad! Pero aún así, me da algo de pena por ella…
¡Alexandra ! No lo sientas… ella no tuvo nada de consideración contigo, te robó el novio no sólo una sino casi dos veces, te robaba no sólo dinero sino también cosas, te maltrataba y te hacía sentir mal en todos los sentidos haciéndote creer que no había ni existía nadie que te amara… ¡Ella no merece tu compasión! – Decía el señor con toda la razón del mundo –
¡Eso es verdad! – Exclamó Piero que había limpiado sus golpes y ya se encontraba mejor, mucho más porque Alexandra ya era su esposa –
Bueno… eso sí…
¿Y ahora que piensan hacer? – Preguntó el señor Rey cambiando a un tema de conversación más agradable –
¡Creo que ha llegado la hora de extender la empresa! Y las colecciones de ropa y accesorios también, la colección “Princesas” ha sido todo un éxito, así que veré que más saco para niñas y voy a incluir una colección para damas mayores también – Sonrió Alexandra compartiendo sus nuevas ideas –
¡Me parece maravilloso! Estoy seguro que todo te resultará excelente, las personas aman todo lo que haces – Dijo Piero besándola nuevamente, estaba muy orgulloso de ella –
Gracias, y tú me vas a ayudar…
¡Con todo el gusto de mi alma!...
¡Papi! ¿Vamos mañana al parque? – Preguntaba Kary que se acercó corriendo toda llena de chocolate y alzando los brazos para que Piero la cargara –
¡Claro princesa! Iremos los cuatro a pasear a todos lados mañana… será… ¡una luna de miel familiar! – Bromeó Piero besando a Kary –
En realidad… ¡vamos a ir los cinco! – Agregó Alexandra algo seria y divertida a la vez… no miraba a los ojos a nadie en ese momento –
¿Qué? ¿Quién más irá con nosotros? ¿Rey? – Preguntó Piero algo confundido –
¡No lo creo Piero!, yo mañana temprano salgo de viaje de negocios – Dijo el señor Rey comiéndose una fresa llena de chocolate que le daba Kary –
¿Entonces?... ¿Quién es? ¿Lo conozco? – Volvió a preguntar Piero –
¡No! Pero lo conocerás pronto – Sonrió Alexandra tocándose el vientre, a Piero se le llenaron los ojos de lágrimas, esbozó una sonrisa, miró el vientre de Alexandra y después la miró a ella que también irradiaba una felicidad increíble –