Capitulo 25

Ricchi y el abogado salieron de la comisaria. 
Weiland estaba exprimido como un limón.
Sudaba caliente.
- ¿Qué le parece usted va a poder hacer? - preguntó el chico.
- Déjame ver - dijo Weiland y sacó su celular.
Después de un par de minutos de conversación cortó la llamada y guardo el teléfono.
- Mira, chico. Recién hablé con un juez. Hay una posibilidad de sacar a la doctora bajo fianza. Que más pronto consigas dinero - más rápido la tienes contigo. Igual no me cierra el misterio que ustedes dos están tramando. Pero por ahora esto no es asunto mío.
- ¿Cuánto hay que tener de plata?
- Diecisiete mil, con mis honorarios adentro - dijo el abogado sonriendo - piensa chico, como lo vas a hacer. Cuando estés listo llámame.
- Está bien - dijo Ricchi solo por decir algo. Sintió un mareo con solo pensar en la solución del problema.
Weiland tomó un taxi y se fue.
Ricchi miró a la entrada de la comisaria. Allí adentro estaba la esperanza del chico a encontrar la ayuda para Ela. ¿Pero dónde puede conseguir tanto dinero? 
Ricchi caminó unas cuadras y se acomodó en el banco de una plaza.
Se rompía la cabeza pensando. Una tras otra descartaba las posibilidades. 
Su padre, Chilly y otros amigos. Préstamo de algún banco, robo de algún banco. Venta de algo valioso. 
Nada servía.
Ricchi miro al cielo.
En este momento, como una ola de agua helada, le pego una idea loca. Solo de pensar en esto se le aflojaban las piernas. Pero había que actuar rápido. Y eso parecía la opción más viable de todas. La más riesgosa, pero podría funcionar. Con eso puede conseguir dinero para fianza. Solo porque tiene un ase en la manga.
"¡Dios mío! ¿Qué más voy a tener que enfrentar?"
Ricchi se levantó.
"Tranquillo, hace la memoria. ¿Cómo se llamaba la calle?"
Se acordó. Fue rápido a la avenida y paro un taxi.
Subió de prisa.
- Por favor, - dijo al taxista - a la calle Lincoln 366. Rápido por favor, estoy muy apurado.

Se acuedan quien vive en esta dirección?