La reina del cementerio

Capitulo 34

Cap 34

Ricchi sintió un fuerte mareo. Se acercó a la mesa y se cayó sentado en una silla.

El padre de Ela estaba completamente desorientado.

El hombre y el chico se quedaron mirando uno al otro sin saber que decir. Sin saber que pensar.

"Esta pesadilla nunca terminará" - pensó Ricchi.

Después de un rato el chico habló.

- ¿Que se puede hacer ahora?

Jerome movió la cabeza "no tengo idea".

Ricchi miró al retrato de Ela. Algo se conmovió adentro de él.

"Voy a hacer el ultimo intento por esa chica. Por más que me quede sin vida."

- ¿Dónde está ahora el cuerpo de la doctora? - preguntó Ricchi.

- La van a llevar a la morgue, hospital Santa Brigitta - contestó Jerome con la voz muy cansada.

"¡Otra vez este lugar terrorífico!" – pensó Ricchi.

Ricchi se levantó.

- Me voy allá.

Jerome asintió con la cabeza.

- Hace como quieres.

- No sé a quién creer - dijo Ricchi. - no sé qué está pasando. Pero quiero hacer algo que me permita encontrar la respuesta. Ahora estoy seguro que Ela estaba viva. Yo estuve con ella. Y ahora no la voy a abandonar. Adiós senior Dickens.

Jerome lo estaba mirando tratando de entender alguna lógica en toda la situación. No la encontraba.

- Dime. ¿Por qué lo haces? - preguntó el hombre.

Ricchi señaló el retrato de Ela.

- La amo. Eso es todo. La voy a seguir hasta mi propia muerte.

Jerome se levantó.

- Eres muy loco, chico. Y muy valiente. Por eso...  voy contigo. Y además... - el padre de Ela se quedó pensando - es probable que voy a encontrar las pistas de mi mujer.

Ricchi sacó el celular.

"¡Al carajo con todo!". Ricchi ya no sabía que es verdad, que es mentira. El único deseo que tenía es ver a Ela. Por lo menos una vez más en la vida.

- ¿Hola? ¿Senior Brash? - dijo el Ricchi por teléfono – Tengo noticias.

- Si, te escucho - contesto el ayudante de la doctora con la voz nerviosa.

- La doctora Clemens... ha muerto. El cuerpo de ella está en la morgue del hospital Santa Brigitta.

- Está bien. Vamos allá y la resucitaremos. No digan nada a nadie. Los espero allí. Tenemos que actuar rápido. ¿Me dijiste que el viejo Edson, el cuidador de la morgue nos traicionó?

- Si. Así me dijo la doctora.

- Entonces hay que apurarse. Yo llevo el elixir. Y ustedes traten de conseguir un arma.

- ¿Para qué?

- Parece que alguien nos delató. A una cuadra de mi casa hay un auto de policía.

- Está bien - dijo Ricchi - vamos a tener cuidado.

- Dale. Los espero.

El ayudante de la doctora ya estaba por cortar.

"No se entiende si estoy hablando con un loco o una persona normal que tiene pruebas de resurrección" – pensó Ricchi.

- Espere señor Brash...

- ¿Que?

- Una pregunta. ¿De qué color es el elixir?

- Negro. ¿Por qué?

- Nada. Para saber.

- Está bien. Es un líquido muy poderoso, créeme. Pero actúa de una manera muy fea. Ya vas a ver.

Brash colgó el teléfono.

Ricchi miró a Jerome.

- ¿Tiene un arma?

 




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