La Reina Del Mafioso

Capitulo 11

 - Martina.- La voz lejana me hizo volver al mundo real.

  El hombre que me había llamado el primer día de trabajo, el cual se llama Joss, había aprendido mi nombre gracias a mi "placa" que colgaba de mi cuello. Ya era sábado y estaba algo dormida por tener que levantarme temprano, más de lo habitual un fin de semana. Deje el carrito contra una pared y camine con pasos rápidos hacia Joss.

 - Necesito que lleves esto a Trevor del área de las impresiones 3D.- Dijo una vez que estaba a su lado.

  Giro su silla de escritorio con rueda y me entrego un sobre pequeño marro. Saque mi tabla de pos-it verdes y mi lapicera del bolsillo trasero de mis jeans, escribí el nombre de remitente, el del destinatario y en que área debía ser entregado el sobre, tome el sobre y le pegue de un rápido movimiento el pos-it.

 - Linda letra.- Hablo nuevamente Joss y se giro para volver a ver la pantalla.

 - Gracias.- Dije y me gire para ir hacia el carrito.

  El aparato que tenia sobre el mango del carrito me indico que en la sala de correos me avisaba de que había cosas para entregar en mi área, camine con el carrito y me fui hasta el ascensor para ir al área de impresiones 3D, era un lugar en donde hacían las maquetas de los edificios o casa bestiales.

  En todo este poco tiempo que he estado aquí aprendí algunas cosas; siempre se diseñaban edificios o misiones nunca cosas pequeñas y menos si no son lujosas, el jefe del área era despreciable con todos, no hay que interponerse en el camino del jefe del área porque te ira mal (lo he visto y no puedes decir nada porque tiene algún tipo de poder para despedirte), solo tienes 15 minutos para comer o tomar algo ni un minutos más, tienes que ser rápida, siempre hay todo tipo de cafés disponibles a todas horas, no hay área para fumadores, no puedes usar aparatos electrónicos sino son con el fin de usarlo para el trabajo y por ultimo, nadie, pero nadie que no sea trabajador o trabajadora del lugar o cliente que aya hecho una cita previa no puede ingresar al establecimiento, de lo contrarios sera escoltado hacia la puerta por los de seguridad y tal vez luego de ahí seras llevado por la policía.

  Mire los números digitales mientras cantaba en mi mente una canción que reproducía mucho últimamente en mi celular, el pitido del ascensor hizo que sonriera y mirara al frente, las puertas se abrieron y me encontré con un lugar diferente en el que estaba, había un áreas cerradas y un pasillo a lo largo y ancho, entre al piso y las puertas del ascensor se cerraron detrás mio, tire del carrito sin hacer ningún tipo de ruido. Leí todos los carteles que había en las puertas y luego de leer tres carteles encontré el que buscaba "Impresión" y debajo decía el nombre del destinatario, Trevor Stone. Golpe la puerta y luego de unos ruidos internos la puerta se abrió. Un hombre bien vestido me miraba.

 - Coreo del área de diseño.- Dije y saque de arriba del carrito el sobre, le saque el pos-it antes de entenderlo en su dirección.

 - Ah, si, gracias.- Tomo el sobre y con un asentimiento de cabeza se volvió a ocultar tras la puerta dentro de aquello habitacion ruidosa.

  Di media vuelta y volví por donde había venido, y sin para de caminar comencé a fundirme en mi mente.

  El rubio había vuelto a la universidad el viernes con un moretón en su mejilla en un tono verdoso, y yo lo observe por un rato y luego me di cuenta que miraba fijamente el puño vendado del su novio. Esa acción ocasiono que el rubio me atacara nuevamente. Antes tenia un moretón en mi brazo del cual me estaba recuperando pero ahora tenia un dedo entablado en mi mano izquierda y un dolor en el cuero cabelludo cuando dejo que mi cabello caiga, por eso me hago una bola con mi cabello en la sima de mi cabeza. No entiendo porque siempre las secuaces de Ryan me toman del pelo, en parte creo que es porque es la mejor manera de retener a una persona ya que la cabeza es un área sensible y cualquier golpe que podría llegar a recibir nos puede perjudicar de una forma tan atroz.

  La bola de cabello se volvió a desarmar y esta vez fui yo la que la desarmo por completo y la volví a armar usando mis dedos como peine. El ascensor estaba cargado de tensión y no lo entendía hasta que vi a mi alrededor. Unos ojos azules intimidantes me miraban con mucho cuidado para poder observar hasta los poros de mi rostro. Trague saliva y mire el tablero en el cual estaban los botones de la caja metálica.

  Mierda, no me había percatado de su presencia cuando subí al ascensor.

  De reojo lo mire, estaba bien vestido y rodeado por corpulentos hombres y altos como el, todos iban vestidos con trajes negros y miradas rudas, miradas feroces, pero el no tenia esas miradas, estaba neutro, tranquilo pero a la vez alerta de todo lo que pasaba a su alrededor, sus manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones lo hacían ver de una forma despreocupada, pero la rigidez de sus hombros lo hacían ver que estaba preparado para recibir lo que sea. Y por un segundo me sentí triste. La sonrisa forzada que me dio el día que tuve una reunión con el apareció en mi memoria, una sonrisa la cual actuaba como un muro, la conocía a la perfección. Lo mire por ultima vez y en mi mente le pregunte; ¿Que escondes?,¿Somos iguales?, solo espero que consigas a alguien que pueda colocar una ventana en tu muro para poder abrirla y cerrarla para que solo esa persona vea lo que te sucede y ayudarte a sonreír de verdad.



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En el texto hay: armas, romance, mafias

Editado: 06.07.2021

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