Sharon Fliescher
Desde nuestro último encuentro en la fiesta de bienvenida, hay horas en las que pienso en nuestra imagen de niños inocentes que se acompañaban de la mano, de tus visitas a mi palacio, no puedo evitar comparar la transformación que tienen los recuerdos pasados con los del presente.
El motivo de mi mensaje no es para causar ningún tipo de esperanza a nuestra fallida relación, entre nosotros hay muchas historias que permanecen abiertas y me gustaría poder tener un encuentro entre nosotros sin el pasado de por medio, obviando o siendo sordos a los últimos acontecimientos.
Es tu decisión.
Espero tu respuesta.
Te saluda atentamente, demostrando efusiva admiración a ti.
Russell Velvont.
Leo las palabras escritas en una tinta perfecta desde la última nota suya que recibí. No he tenido voluntad suficiente para hacerlo el día anterior.
La noche anterior mi mayor interés fue resolver una sola cuestión que concluyó en algo mucho mejor de lo que había previsto.
No me arrepiento de nada.
Si cierro los ojos, rememoro cada momento transcurrido, como en un instante las palabras terminaron sobrando y todo lo que sentíamos fue sellado en aquel contacto íntimo y feroz de labios.
Enrollo la nota y la guardo en el sobre tal como venía. No hay mucha relevancia en ella y tampoco está la histeria ni el desprecio por ello, simplemente no me causa nada.
No es más que una invitación cortes que voy a rehusar, deseo evitar los problemas ahora con sus hermanas, la última vez fue suficiente y por desgracia para nosotros ahora es así. Grecia y Amelia estarán de por medio, lo que significa problemas.
Puede que las intenciones de Russell sean sinceras, sin embargo, aun evoco aquel último encuentro en su fiesta, aquel que no terminó nada bien.
Si, debo concederle la razón en algo y es que tenemos muchas historias que permanecen abiertas, el tiempo no va a borrar cada una de nuestras vivencias desde que fuimos niños, sin embargo, prefiero conservar cada una de ellas evitando que se dañen con la memoria amarga que nos precede.
Dejo el mensaje de lado, voy a responderle en un par de horas, aun deseo seguir levitando en aquella extraña burbuja que no me ha abandonado en toda la noche ni en el transcurso del día.
Desearía poder encontrarme en estos momentos con Jhuriel y no solo pensarlo.
No he dejado de sentir esa sensación arrolladora al recordar su tacto cálido sobre mí, la suavidad de su boca moviéndose al ritmo de mis labios, su respiración acelerada colisionando con la mía y el calor de su cuerpo. Todo lo que Jhuriel implica.
Después de aquel arrollador beso no parecíamos incomodos y espero aquel ambiente aun permanezca después de tantas horas. Lo he enfrentado y ahora sabe que sus sentimientos son correspondidos como lo son los míos por él. De alguna manera las cosas quedaron claras en ese instante y ya ninguno de los dos podía seguir huyendo. Ahora nos queda afrontar el sentimiento que no será nada fácil.
La noche anterior, por primera vez en mi corta existencia detuve mis pensamientos, donde no existía el título, las ordenes de mi familia, mucho menos Milickan, mi honor… todos aquellos pensamientos que me han sido recordados a diario congelaron su marcha en ese instante. Éramos Jhuriel y yo y nuestros sentimientos latentes. No sentí culpa, no la siento. No siento que lo que hice es incorrecto, porque no lo es.
Puedo luchar con ello, con mi decisión, con mi anhelo, con mis propios sentimientos porque son lo más real que he sentido en mi vida, sin embargo, no podemos olvidarnos y bajar la guardia como tal sabiendo el mundo que llevamos sobre los hombros y las leyes que nos rigen.
Lo que si siento es que esos sentimientos, estas fervientes y arrolladoras emociones son las que me hacen feliz y plena, la sensación satisfactoria de aceptar lo que deseo y no lo que otros esperan de mi me crea no dejar de sonreír.
Por primera vez siento que soy yo, libre sin las ataduras a las que me siento presa. Esto es lo que siempre he deseado para mi vida.
Aquel beso pudo ser por muchas razones y pronto habrá otras que nos van a privar de tener tal acercamiento.
Antes de despedirse sentí sus labios hacer presión en mi frente y decir que no iba a estar por la mañana, aún tiene asuntos que resolver, además de ser una buena excusa y evitar levantar sospechas lo que me pareció bastante justo teniendo en cuenta la distancia impuesta en los últimos días.
De alguna manera hemos sabido mantener el secreto.
Espero poder mantener aquello cerca de nuestras manos.
—Hoy le noto… diferente, lady Sharon —comenta Loren con una pequeña sonrisa cuando llego al comedor donde ella está junto a Vrina y Melody.
—¿Tanto se me nota? —me siento al lado de Melody que también sonríe.
—Hay una diferencia desde los últimos días —su rostro muestra un gesto amable.
—Lo estoy, chicas, en realidad —les respondo con una sonrisa soñadora.
—Ya hacía falta verla así de sonriente, hace un tiempo que no lo hacía y en los últimos días mucho menos —encuentro los ojos de Vrina.
Ella sonríe con ilusión y siento cierta pena por mí, saber que, de alguna manera, a pesar de no exteriorizar mis emociones para no arrastrar mis problemas a los demás, ellas perciben el cambio.
No respondo de inmediato, no encuentro una razón para no delatar el estado agitado que sus palabras ocasionan a mis pensamientos. Afortunadamente, Melody no deja prolongar demasiado el silencio.
—Sea cual sea la razón, el efecto es positivo y es evidente —la mano de Melody se apoya sobre la mía. Asiento como único método de respuesta que tengo.
—Eso es lo que implica estar conmigo desde siempre y conocerme demasiado bien.
.
Cerca de las cinco de la tarde y sin rastro de Jhuriel, no obstante, por alguna razón, escuchar su justificación la noche anterior trae cierta paz a mi desesperación.