Caminaba por el largo pasillo lentamente acompañada de mis dos hermanos mayores, nuestro padre nos había mandado a llamar para darnos una noticia importante. Hacia unas horas había llegado de su audiencia con el Rey Demitir Hermont. Nos había tomado por sorpresa su repentina solicitud, había dicho que era importante la presencia de mi padre en el castillo Hermont.
— ¿Cuál será esa noticia tan importante?—pregunta Eliot con sus manos en los bolsillos de su fino pantalón negro mirando al suelo con el ceño fruncido.
—Debe de ser algo bueno…—responde Mathew—si dijo que es una buena noticia de seguro lo será…
—Y de seguro será mala para uno de nosotros…—respondo doblando a la derecha viendo la gran puerta de roble negro con el diseño de un árbol seco y la cara de un oso polar en la cerradura—cuando las noticias son buenas para él… uno de nosotros tiene que sacrificarse...
—Es lo que temo…—musita Eliot.
Estaba algo asustado, como era el mayor de los tres siempre caía en el las tareas más difíciles de nuestro padre.
Los dos guardias nos abrieron la puerta y entramos hacia el gran salón donde nuestro padre nos esperaba sentado en su trono, al lado de él estaba nuestra madre. Nos detuvimos enfrente de el para escuchar la gran noticia que nos tenía preparado.
—Padre…—el primero en habla es Eliot dando un paso al frente—que bueno que has llegado de tu viaje sin ningún inconveniente... ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirnos?—pregunta y veo como su nuez de adán sube y baja poniéndose más pálido de lo que ya era.
Mi padre nos mira con detenimiento a cada uno y luego sonríe viendo a mi madre quien tenía una expresión apacible.
—Los he mandado a llamar para darles la noticia de que el rey Dimitri me ha hecho una propuesta. La cual es… unir a nuestros dos reinos y volverlo solo uno...—dice y miro la expresión de pánico de Eliot. Cada vez que se hablaba de unir a dos reinos siempre debía de haber algo de por medio y eso era el matrimonio—propuso que la princesa Amionet y Eliot se unieran en matrimonio y gobernaran juntos ambos reinos y… conquistaran otoño y primavera.
Mi hermano dio un paso hacia atrás tragando saliva asustado—pero... ¿que pasara con Isobel?—pregunta.
Isobel era su prometida, se supone que se casarían y gobernarían juntos el reino, pero ahora hay cambios de planes.
—No pasara nada—. Responde mi padre—hablare con su padre sobre esto. Además, por motivo de que ya le había prometido que se casaría con unos de ustedes a la familia Mathew lo hará.
—¡¿Qué?!—mi hermano da un paso al frente con los ojos bien abiertos sorprendido.
—En algún momento tendrás que casarte y tomar tu lugar como la mano derecha del Rey, que mejor manera de hacer eso, es un buen partido—. Dice tomando la copa de vino de la bandeja que le ofrecía la chica de la servidumbre.
—¿Lo crees?—contesta molesto Eliot.
No era un secreto que Isobel y mi hermano estaban enamorados, habían crecido juntos y al llegar a la edad adulta ese amor de amigos se había convertido en algo más.
—Si—. Responde mirándolo directamente a los ojos—en tres días partirás al castillo Hermont para conocer a tu futura prometida.
Mire al suelo meditando las opciones que tenía.
Era la menor de los dos, así que de seguro me comprometería con cualquier hombre que fuera honorable para él. No era que me importara mucho el matrimonio, ni tampoco el hecho de con quien me comprometerían. Eso nunca me ha importado, solo me interesaba que nuestros soldados fueran los suficientemente fuertes y defendieran con honor los límites del reino.
No era un juego que el rey Idán quería conquistar el reino, por eso nuestros soldados peleaban valientemente en las fronteras. El número de muertes eran muy pocos, pero eso no tenía que hacernos sentir que ellos no podían con nosotros. En algún momento sé que ese viejo gordo planearía una estrategia para lograr cruzar nuestras fronteras y debíamos estar listos cuando eso pasara, después de todo, tenía bajo su poder menos de la mitad del reino verano. Cada día esclavizaba a más aldeas.
Dimitri tenía a dos hijos varones también y uno de ellos era mayor al igual que Eliot así que...
—Padre—. Lo llame captando su atención—¿Por qué no es lo contrario?—pregunto— sabes que no me importa el matrimonio en lo absoluto, yo podría tomar el lugar de Eliot, nos convendría a todos que eso pase. Podría elegir al príncipe que reinara a mi lado. Es más, no es una petición. Así será, elegiré entre los dos hermanos y gobernare a los cuatros reinos.
El me mira divertido pasando su dedo lunar por su labio inferior—siempre contradiciéndome, llevándome la contraria… Retándome...
Le sonreí con arrogancia—soy igual a ti... padre...
—¿Por qué haría eso?—Pregunta—ya he cerrado el trato con el rey, no hay vuelta atrás.
Mis dos hermanos bajaron la cabeza derrotados.
—Dile que cambiaste de opinión y tienes una nueva propuesta—digo dando un paso hacia delante—ellos son lo que están desesperados por esta unión para no terminar esclavizados, no nosotros.
Me mira con una sonrisa radiante— deseas el poder, deseas ser tu quien libere a esos pobres pueblerinos...ser la mano de los dioses y guiar a todos en esta guerra…—susurra levantándose de su asiento bajando los escalones parándose enfrente de nosotros—querer mucho te puede traer serios problemas…
Le devolví la sonrisa—No olvides lo que soy—. Contesto—no creo que eso me traiga problemas, soy una adulta. Además, somos consciente de que...
—Eres la persona de los cuentos de aquella vieja loca…—dice por mi entrecerrando los ojos.
—Correcto—. Susurro—controlo perfectamente mis habilidades, mejor que mis pobres antecesores... Se cuidarme sola.
—En ese caso… sería mejor que ocultaras lo que eres—.Dice— al menos por un tiempo hasta que las cosas sean seguras, debes de tener un perfil bajo. Tendrás que ser delicada y frágil… tal como lo sería una princesa.
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Editado: 09.03.2022