~Ledi~
Durante toda la noche me mantuve quinto en mi lugar sin moverme con los ojos abiertos mirando fijamente el techo, mi mente aun no podía procesar el hecho de que a pocos metros de mi estaba durmiendo plácidamente el chico que he amado desde niños.
Su cercanía me ponía nervioso. Esperaba con ansias que amaneciera para irme de aquí y así estar tranquilo y calmado, aunque muy adentro de mí quería que este momento nunca acabase.
Varias horas después me quede dormido para ser despertado por una de los sirvientes asustándome.
—Lo siento señor, no quise asustarlo—dice alejándose de mi juntando sus manos bajando la mirada al suelo—el señor Mathew me pidió que lo despertara y le asistiera con lo que deseara.
Me senté en la cama un poco desorientado mirando a mi alrededor luego la mire— ¿en dónde está?—pregunte.
—Está impartiendo el entrenamiento a los nuevos soldados en el patio junto con el señor Eliot—responde— ¿Cómo quisiera su baño? ¿Agua caliente o fría?—pregunta.
La mire poniendo mis pies en el frio suelo—caliente estaría mejor si no es mucha molestia...—respondí.
—De acuerdo...—contesto alejándose hacia el cuarto de baño.
Suspire mirando el suelo. Ni siquiera me di cuenta cuando se levantó y se marchó, al final si me había quedado profundamente dormido.
Otra chica entro con un carrito lleno de comida. Me sonrió yendo al balcón empezando a dejar los platos de comida en la mesa cómodamente, una vez terminado volvió de nuevo a la habitación deteniéndose por un momento mirándome.
—Cuando termine de su relajado baño puede pasar a disfrutar de su desayuno, cortesía por parte del señor Mathew—dicho eso dio una reverencia saliendo de la habitación con el carrito cerrando la puerta.
Diablos.
Si la servidumbre sabía que amanecí en la habitación de Matt el estará en grandes problemas, pensaran que tuvimos sexo y si sus padres se enteran de eso... ni siquiera quiero imaginármelo.
La chica salió del baño parándose al lado de la puerta con la mirada fija al suelo—su baño está listo señor, si necesita algo por favor hacérmelo saber estaré afuera—dice caminando afuera de la habitación cerrando la puerta detrás suyo.
Me puse de pie con un poco de dificultad, me dolía mucho la herida. Camine despacio hacia el baño, mire la tina como el vapor salía de ella. Empecé a retirar mi pijama con cuidado luego entrando a la tina el agua caliente haciéndome sentir muy bien.
Dure un buen rato allí hasta que el agua se enfrió. Salí tomando una toalla que la chica había dejado al lado de la tina secándome con ella, me puse de nuevo la pijama saliendo a la habitación hacia el balcón por algo de comer.
Me senté en la mesa viendo las múltiples opciones que había para comer, termine comiéndola toda.
Me puse de pie caminando hacia la salida, al salir vi a la chica parada frente a mí.
— ¿Necesita algo señor?—pregunta.
—A-Ah... N-No...—dije cerrando la puerta—por favor, ¿podrías agradecerle al señor Mathew por mí? Dile que muchas gracias por todo.
Ella asiente—se lo diré, ¿alguna otra cosa?—pregunta.
—No—dije empezando alejarme de allí.
Iría de nuevo al pueblo. Vería si mi buen amigo Patrick había regresado al pueblo de nuevo. Le pediría que me dejara quedarme en su casa por unos días y seguir trabajando en la plantación y terminar de reunir el dinero para poder pagar el alquiler de un mes entero en otra habitación un poco más decente.
Si no había llegado al pueblo entonces seguiría durmiendo en el viejo edificio abandonado junto a las ratas. Estaba de suerte, los malditos imbéciles que me molestaban siempre estaban muerto gracias a Mathew.
Pase por el patio viendo a los soldados entrenar.
Mi corazón dio un vuelco cuando lo mire gritarles para que siguieran avanzando con el entrenamiento. Se veía jodidamente hermoso y sexy, con su cabello blanco cayendo por toda su frente húmeda, su mirada seria y agresiva. No llevaba puesto una camisa por lo que sus hermosos pectorales y cuadritos al aire me enloquecían, su fina cintura y V bien marcada.
Ese hombre era el pecado personificado. Los dioses habían hecho bien su trabajo en él.
Trague saliva mirando al frente siguiendo mi camino con la imagen de su pecho descubierto en mi mente mortificándome.
Salí del castillo hacia el pueblo.
Después de varias horas caminando con el cuerpo sema desnudo de Mathew en mi mente llegue al pueblo. Me dolían mucho los pies.
Me dirigí hacia el bar de Patrick con la esperanza de que estuviera abierto, pero no fue así, estaba cerrado mandando mis esperanzas a la mierda.
Suspire yendo a la plantación para seguir con mi trabajo. No había de otra, me quedaría en el edificio viejo.
~Mathew~
Estaba algo exasperado y cansado por entrenar a estúpidos. Me acerque a mi mesa tomando mi termo de agua para refrescarme.
—Disculpa—rodé los ojos al escuchar la fastidiosa voz de Amionet detrás de mí. Me gire mirándola fingiendo una sonrisa.
— ¿Si?—dije alzando una ceja.
Ella y sus dos amigas se miraron entre sí con sonrisas cómplices—nos preguntábamos si tu podrías seguir dándonos clases extras para así poder mejorar con la espada.
—No—respondí dándome la vuelta caminando hacia mi habitación para retirar todo el sudor y el lodo de mi cuerpo.
Al entrar no me encontré a Ledi, supuse que estaría dando alguna vuelta por los alrededores del castillo por lo que no me preocupe entrando directamente al baño para darme una buena ducha caliente.
Al terminar mi baño me puse ropa nueva y limpia saliendo a la habitación secando mi cabello tomando mi teléfono. Tire la toalla saliendo de mi habitación encontrándome con Katherine en el pasillo.
—Hey, ¿has visto a Ledi?—le pregunte deteniéndola.
—Sí señor, lo vi antes de irse al pueblo de nuevo, dijo que le agradecía por su ayuda.
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Editado: 09.03.2022