Me encontraba sentada en el porche viendo como Deleriux se estacionaba.
La puerta de atrás se abrió saliendo dos niños con ropas sucias agarrados de la mano, luego salió Laura cerrando la puerta caminando hacia la casa.
Mi pequeño esposo había pagado la deuda que tenía su amiga de la infancia. El dinero que tenía se lo quería regalar para su negocio, pero Deleriux dijo que vendrían con nosotros a invierno.
Trabajaría en la cocina, los niños irían a la escuela y entrenarían. Algo muy bueno para todos.
Me puse de pie viéndolos parados frente a mí.
—Evie ella es Kaia—señalo a la niña morena de ojos verdes y cabello negro—y él es Ciro— miré al niño que, a diferencia de su hermana tenía los ojos marrones claros y el cabello castaño claro—niños ella es Evie, reina de invierno y verano.
—Hola— saludé con una sonrisa. No dejaban de mirarme ni por un momento, estaba muy sorprendidos.
—E-Es muy blanca…—susurro el pequeño.
— ¡Ciro!—lo reprendió su madre—lo siento, suele ser muy directo—se excusa Laura con una pequeña sonrisa.
—Está bien—dije moviendo mis manos restándole importancia—suelen decírmelo muy seguido…
—Eres muy bonita—musito la niña tomando un poco la falda de mi vestido—y tu vestido… ¿Puedo ser como tú de grande?—pregunto con sus pequeños ojitos brillantes.
Asentí—claro—conteste—puedes servirme a mí cuando seas mayor—dije dándole pequeñas palma ditas en su cabeza causando que sonriera feliz.
— ¡Sí!—exclamo viendo a su madre— ¡Mama! ¡Cuando sea grande le serviré a la reina!
—Pero primero tienes que ir a la escuela—dije—y ser la mejor.
Asintió— ¡De acuerdo!—exclamo sonriendo.
— ¡Yo también quiero!—le siguió el niño— ¡Iré a la escuela y entrenaré para ser el mejor y me casaré contigo!—grito sonriendo muy feliz mostrando todos sus dientes
Abrí los ojos viéndolo sorprendida— ¿Qué?—dije asombrada.
—Ya se te adelantaron, Deleriux se casó con ella—le contesta su hermana—la convirtió en su reina.
— ¿Qué? ¿Cómo que convertir en su reina?—dije alzando ambas cejas viéndola.
— ¡Pues se divorciaran y así yo me casaré con ella!—le grito su hermano molesto.
— ¡No creo que eso vaya a pasar! ¡La reina jamás se casará con un perdedor como tú! —le grito devuelta su hermana.
Ambos empezaron a discutir. Me les quede mirando aún más sorprendida que antes, el niño quería casarse conmigo obligado. Su madre trataba que no siguieran peleando, pero era en vano, no la escuchaban.
—Ya, adentro todos—la voz ronca y autoritaria de Deleriux los hizo callar y obedecer de inmediato.
—Lo siento—se disculpó Laura algo avergonzada—no suelen ser así, es que…
—Está bien…—dije asintiendo con una pequeña sonrisa—no te preocupes.
—Gracias—dijo haciendo una reverencia—y a ti también—dice viendo a Deleriux haciendo una reverencia también para luego girarse entrando a la casa.
Suspire, mis ojos se toparon con el de Deleriux por un momento.
— ¿Qué?—dije al ver que no dejaba de mirarme.
—Nada—contesto seriamente sacando sus manos de sus bolsillos entrando a la casa—adentro también, hay que comer—dijo abriendo la puerta.
Me giré viendo como la mantenía abierta para que entrara. Volví a suspirar entrando a la casa también seguida por él.
Camine hacia la cocina viendo a los niños sentados en el comedor hablando entre ellos y a su madre en la cocina empezando a preparar algo desconocido.
Me senté a la cabeza de la mesa y Deleriux del otro lado frente a mí.
—Y, ¿Cómo se conocieron?—pregunto la niña— ¿Te salvo de tu castillo?—dice juntando sus manos mirándome muy atenta.
No pude evitar soltar una risita divertida. Sus ojos brillantes me hicieron sentir un poco de ternura.
—No—conteste—fue un matrimonio arreglado.
— ¿Qué es un matrimonio arreglado?—pregunto confundida.
—Es cuando dos personas deciden casarse por un bien mayor sin tener algún tipo de sentimiento por esa persona, solo es por conveniencia…
—Oh…—susurro fijando su vista en la mesa pensativa.
— Entonces, ¿Yo me casaré por matrimonio arreglado también?—pregunta.
—Ah no, no tienes que hacerlo. Puedes casarte con alguien que ames—respondí sonriendo un poco.
—Yo también quiero ser una princesa como tú, ¿Puedo serlo?—pregunta.
Su madre se acercó a nosotros dejando una taza de té enfrente de mí, a los niños les dio un vaso de jugo y a Deleriux otra taza de té también—niños ya dejen de hacer tantas preguntas por favor—les pide—discúlpalos, es que les gustan hablar muchos, son muy curiosos—dice mirándome.
—Está bien—dije con una sonrisa—los niños suelen ser muy curiosos…
Asintió volviendo de nuevo a la cocina.
— ¿Puedo casarme con su hijo? Así puedo ser una linda princesa como tú—pregunto con sus ojos brillando muy ilusionada.
Escupí el té empezando a toser. Esa pregunta sí que no la esperaba—
¿Qué?—dije viéndola sorprendida.
—Oh, ¿Estás bien?—pregunto su madre.
Asentí controlando mi tos. Trague saliva respirando profundamente mirando al frente encontrándome con la mirada divertida de Deleriux. Bebía de su té muy tranquilo observándome atentamente.
Recordé aquella conversación causando que mis mejillas se sonrojaran. Carajos…
—Ah…—susurre mirando a Kaia—n-no lose—conteste con una sonrisa incómoda tomando la servilleta limpiando la mesa.
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Editado: 09.03.2022