Aura
Me veía en el espejo y el vestido blanco caía por mi cuerpo. El vestido para ser algo simple es muy bonito, hoy le hicieron unas últimas modificaciones para que él día de mañana quedara todo bien.
—Te ves muy bonita.
—Losé.
Me inspeccionó de arriba hacia abajo.
Giré haciendo que la falda se elevara, este no tenía capas, lo que hacía muy fácil movilizarme.
—Ha Aarón le hubiera encantado verte así.
Una lágrima se deslizó por su mejilla.
—Todavía no es el gran día Tayden.
Le limpié el rastro de agua que dejó en su mejilla.
—Ahórrate tus lágrimas para después o para el día que muera —bromeé.
Me miró con los ojos entrecerrados.
Rodeó mi cuerpo con sus brazos, apoyó su mentón en mi cabeza. Yo solo disfrutaba del calor que emanaba su cuerpo y del bello reflejo de los dos.
—Algún día volveremos a ser lo que fuimos.
—¿Y qué fuimos?
—Dos personas que se amaban y eran el lugar donde se sentían protegidos.
—Quizá en otra vida —hablé.
—Te quiero, Aura —susurró en mi oído.
—Te quiero, Tayden.
Pegué nuestros rostros, juntando nuestras frente, cerré los ojos soltando algunas lágrimas pues esta era la última vez.
—Te prometo que, aunque no estemos juntos, todo esto acabará —hablé en un susurro inaudible.
Quería todo y a la vez nada.
Los de la monarquía piensan en el bien de su pueblo, pero quién piensa en el bien de sus monarcas.