Aura
—Que se vaya a la horca.
Hablé.
—No puedes matar a un rey, hasta que los miembros de su consejo lo aprueben y vean que es culpable.
—Claro, él dejó a toda una nación sin un rey y lo mató sin cometer un delito.
Golpeé la mesa con las palmas de mis manos haciendo sobresaltar a todos.
—No puedo creer que estés defendiendo al asesino de tu hijo.
—No es algo que yo quiero, es porque así son las reglas.
—¡No! Así son las reglas allá no acá. La traición se paga con la muerte, sin importar quién sea y ¡esto va para todos!
» No por ser mujer van a pasar por encima de mis decisiones. Aquí la reina y la que da órdenes ¡soy yo! Si quieren salirse de esto la puerta está abierta para todos los que quieran irse. Puedo hacerlo sola, sin ayuda de un esposo y la de ustedes. Así que si me da la gana ahora mismo todos ustedes se irían.
Yago rio en su puesto.
—Yo que ustedes no hago enojar a su majestad.
Lo miré de reojo.
—Organicen una junta con los miembros del consejo del rey Rodrick antes que me arrepienta y lo mate yo misma.
—Okey su majestad.
—Pueden irse.
Todos tomaron sus cosas con prisa retirándose de la sala de juntas.
Me paré de ahí yo también con Tayden a mi espalda, sentí un leve mareo que me hizo volver a sentarme de golpe. Agarré mi cabeza entre mis manos, cerré los ojos a que este pasara.
—¿Estás bien?
Sobaba mi espalda.
—Sí, solo estoy algo cansada.
Me paré agarrándome de la silla.
—¿Vas a ir?
Preguntó.
—Yago.
Escuché como susurró mientras yo hacía una mueca de confusión.
—¿A dónde? —los miré.
—¿No le dijiste?
—Decirme qué.
Él se rascó el puente de la nariz.
—Celebraré mi fiesta de compromiso en un par de días.
Suspiré.
—Me alegro —le sonreí—. Felicitaciones.
Oculté todo lo que sentía en una sonrisa lo más sincera que podía, él se casará y yo estaré feliz por él.
—¿Irás?
—Si Tayden quiere que vaya lo haré.
Asintió.
—Pues entonces ahí estaré.
Sonreí para luego darme vuelta y poner mi cara seria.
Lo apoyaré en todo.
Aunque duela lo haré, porque así es el amor.