Capítulo I
Al poner un pie fuera del aeropuerto me coloco mis gafas de sol y Samuel, mi guardaespaldas me guía al auto que Clara, mi representante, alquiló para mi estadía aquí.
—¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar? —Pregunto a Samuel luego de subir al auto.
—Unas tres horas, señorita.
Murmuro un simple "Bien" mientras miro mis redes sociales.
Los comentarios acerca del viaje en busca de inspiración de "La Reina Roja" inundan internet. Titulares como:
"EL NUEVO PAPEL PROTAGÓNICO DE LA REINA ROJA"
"LA REINA ROJA, EN UN VIAJE POR INSPIRACIÓN"
"¿ES REALMENTE UN RETIRO TEMPORAL?"
"La Reina Roja". Un apodo que me dieron mis admiradores por mi cabello rojo y mi adoración a este color, ya sean labiales, vestidos, joyas y demás, casi todo lo que suelo usar es de este color; color que hace que mi pálida piel se vea más pálida. Pero este apodo no gira solo en torno a mi afición por este color, también se debe a que desde temprana edad tengo total control sobre las empresas que dirigían mis padres antes de morir haciéndome la "Reina" del imperio Moore, así es, antes era "La Princesa" del imperio Moore.
Tengo otros apodos, pero no muy agradables.
Sonrío al ver los comentarios negativos hacia mi persona.
Ya que tengo el teléfono en mis manos decido llamar a mi versión masculina: Mi mellizo Alexandre.
Somos prácticamente la misma persona con diferentes sexos, hasta nuestros nombres son casi los mismos: Alessandra y Alexandre. Soy mayor que él por lo que no heredó todo lo familiar, pero mis planes son darle todo cuando termine su nueva carrera en administración de empresas ya que a mí no me interesan esas cosas de administrar todo un imperio empresarial. Mi carrera en el mundo del cine va fabulosa, y en caso de que quiera retirarme tengo suficiente dinero para comprarme una mansión en algún lugar apartado de todo.
Salgo de mis pensamientos al escuchar la voz de mi hermano al otro lado de la línea.
—Alessa. —dice apenas contesta— ¿Ya estás en el lugar en el que te quedarás? ¿Cómo es todo? Si no te gusta puedes volver, lo sabes, no necesitas ir allí. —Su voz suena ansiosa mientras dice todo esto.
—Relájate Alex, no he llegado al lugar; te llamé apenas salí del aeropuerto y ahora estoy en el auto con Samuel, Sam, saluda a mi paranoico hermanito.
—Hola señor Alexandre. —dice Samuel sonriendo mientras mira el camino.
Escucho el bufido de mi hermano y sonrío. Alex está en contra de que viniera a este lugar, dice que tiene un mal presentimiento de esto. Yo creo que solo está nervioso por los rumores sobrenaturales de este lugar, pero yo no creo en esas cosas.
—Ese lugar no tiene ni siquiera un hotel Alessa, ¿Dónde se supone que te quedarás?
No me quedaré en un hotel porque no hay, efectivamente. Pero no hay hoteles porque es muy raro que vengan turistas, al parecer a las personas de aquí no le gustan los turistas. Solo nos permitieron venir luego de unos acuerdos sobre lo que podíamos hacer y lo que no. Fueron bastante estrictos.
—Clara dijo que ya lo tiene todo controlado. Al parecer el, ¿alcalde? —digo mirando a Samuel en busca de respuesta, cuando lo veo asentir continúo —Dijo que podíamos quedarnos en una casa cerca de la suya, y además me asignarán más guardias además de Sam. Así que puedes respirar tranquilo.
—Respiraré tranquilo cuando tomes un avión de regreso a Italia Alessandra Moore. —ruedo los ojos mientras hago caras dirigidas a él aunque no puede verme.
—Solo serán unas semanas, ya te lo dije Alex. —digo mirando por la ventana. —Oye, ya debes ir a clases no quiero retrasarte, te hablo cuando llegue con Clara adiós!
—Alessa...! —corto la llamada antes de que diga algo más.
Suelto un suspiro y murmuro hacia Samuel un "Hermanos" obteniendo como respuesta una carcajada.
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