Los meses siguientes desde el secuestro de la señorita cristina fueron muy movidos, los guardias exploraban la ciudad y los caminos en busca de alguna pista, así fueron los primeros cuatro meses, al no encontrar ninguna pista el caso quedó sin resolver, se consideró que la señorita ya no estaba en el principado y solo podía enviarle una carta a los gobernadores de las otras ciudades para solicitar que la busquen en sus territorios, así fue durante varios meses, estaba terminando de escribir la última carta que enviaría este mes, cuando Nadia ingresó a mi oficina "Arthur ¿la encontraron?"
"Lamentablemente no, esta es la última carta que escribiré, han pasado meses y ya no podemos hacer nada, aún espero que la encontremos, pero..."
"Hay pocas posibilidades" comentó Nadia entendiendo todo.
Luego de tres días desde esa conversación, Nadia me solicitó que permaneciera en la sala del trono, en mi oficina o en mi habitación, ella quería darme una sorpresa por mi cumpleaño, ya sabía que tenía planeada una gran fiesta en el jardín botánico, pero la comida, decoración y regalos se estaban preparando o guardando aquí en el castillo, decidí seguirle el juego y fingir sorpresa "Arthur, se que es tarde, pero el jardín hará una presentación esta noche y me gustaría verla" mintió Nadia, ella estaba vestida con un hermoso vestido azul marino
"¿Una presentación? No he escuchado nada sobre eso"
"Es que has estado muy ocupado, debe ser eso ¿me acompañas?"
Siguiendo el juego que ella planeó decidí aceptar "Deja que los guardias preparen el carruaje"
"Ya se lo dije a la guardia privada, el carruaje ya está listo"
"Sabías que aceptaría verdad" le comenté mientras la observaba, ella solo sonrió y salió de la habitación, como ya me había preparado, la comencé a seguir, en cuanto estuvimos frente al carruaje abrí la puerta y le ayude a subir, mi caballo no había sido ensilado, por lo que supuse que Nadia quería que la acompañara, subí y le ordené al cochero que ya podíamos irnos, avanzamos por las tranquilas calles de Mirza, los ciudadanos caminaban tranquilamente por las iluminadas calles, gracias a las farolas de aceite, luego de quince minutos, el carruaje se detuvo frente al jardín y los guardias ayudaron a Nadia a bajar, a diferencia de las calles, el camino del jardín botánico estaba iluminado por antorchas, en cuanto ingresamos al salón principal, a pesar de la iluminación no había nada para destacar, no fue hasta que ingresamos a la sala de los nobles que nos encontramos con todos los invitados
"Sus majestades imperiales, el príncipe Arthur Nabókov y la duquesa Nadia Müller" informó el guardia y todos los nobles nos reverenciaron
"Felicidades por su décimo sexto cumpleaño su majestad" comentó el consejero principal de Mirza, lo había ascendido luego de demostrar su lealtad y valor durante el asedio de la serpiente
"Le estoy muy agradecido ¿cómo consiguió hacer todo esto sin que me enterara?" Pregunte con una sonrisa, el consejero no pareció darse cuenta de que mentía
"Todo fue gracias su amada prima" comentó el consejero mientras le entregaba el mérito a Nadia
"Espero que no te enfades por esto" dijo Nadia mientras agachaba la cabeza
"Resulta que si estoy molesto por ocultarme esto" le comenté con firmeza, ella cerró los ojos pensando que realmente estaba enfadado "es por eso que tú será la primera con quien bailar esta noche" en cuanto me escucho decir eso, ella levantó su mirada, sus ojos de miedo habían sido reemplazados por unos brillantes ojos alegres, emocionada, tomó mi mano y camino hasta el centro del salón, las tres macetas reales habían sido retiradas y se había convertido este lugar en un lugar para bailar, permitiéndole a Nadia tomar la iniciativa, le permití que le informara a los músicos que tocaran, en cuanto la melodía comenzó a tocar, sujete su cintura y comenzamos a bailar, lentamente los nobles se acercaba y nos observaban dar el primer baile de la velada, con unas señas a mis guardias privados, ellos le permitieron a los demás nobles comenzar a bailar, luego de nuestro baile de inicio, la noche rápidamente se volvió animada, la música cada vez se oía más fuerte y los ciudadanos que vivían cerca se acercaban a observar lo que ocurría, parecía que Nadia ya había pensado que esto ocurriría, ya que los guardias los guiaron hasta el área exterior de la sala de los nobles, un grupo de músicos se posicionaron y comenzaron a tocar, aunque parecía ser la primera vez que muchos escuchaban esta melodía, observaban a los nobles y comenzaban a imitarlos, cometían muchos errores, pero era agradable verlos intentar algo nuevo, esta noche no hacía más que mejorar, nobles y plebeyos juntos sin ningún prejuicio, si esto era posible, debía de estar haciendo algo bien.
"Mi príncipe, felicidades por su décimo sexto cumpleaño" comentó Víctor Claw
"Se lo agradezco Vizconde"
"Mi príncipe, este es un regalo de la familia Conti, lamentan no poder asistir a su celebración, pero aún extrañan a la joven cristiana" comentó Víctor mientras me entregaba una caja de madera que contenía un juego de ajedrez, sus piezas parecían estar decoradas con gemas preciosas
"Se los agradeceré personalmente, ahora disfrute la fiesta" luego de decir eso, observe la pista de baile y distinguí a una pareja, eran Ana y Murat, le había otorgado el día libre para que pudiera estar junto a su prometida, ellos habían dicho que se casaran durante las vacaciones de la academia, pero parecía que aún no pensaban casarse o algo los detenían, los nobles a su alrededor parecían haber aceptado que Ana se comprometió con un plebeyo, muy distinto a lo que todos pensaban al principio.
"Arthur, la noche está llegando a su fin ¿podemos dar el último baile?" Pregunto Nadia, extendí mi mano y ella sin dudar ni un momento la sujeto, los músicos detuvieron su música y los guardias solicitaron a todos que se apartaran, camine junto a ella hasta el centro de la pista, con un leve movimiento de cabeza los músicos comenzaron a tocar