(Ayuntamiento de Hill-Forst, minuto después).
-¡Encantados de conocerlos, caballeros!- dijo Varynna. –Apesta a magia oscura todos estos humanos- se dijo y descartando a Gilbert por ver que estaba limpio de todo rastro de magia.
El patriarca Roy resultando ser un hombre cercano a los 60 años, robusto para su edad, de ojos oscuros, completamente calvo, vestido con una camisa de lana, un abrigo desgastado, pantalones grises y un par de botas cubierta de lodo seco.
-¡Es un honor, poderosa hechicera!- dijo el patriarca Roy. –Es raro ver alguien de su especie en estas regiones.
-¡Si, gracias!- contesto Varynna estudiando al resto de los presentes que emitían aquel hedor a magia oscura. –Pero el alguacil Gilbert y sus hombres son normales…pero ellos- tratando de entender toda la situación.
-¡Quizás!- dijo Liam un hombre con cierta similitud a un espantapájaros, vestido con ropas negras y resultando ser el médico local. –Nuestra amiga elfa, desee descansar.
-¡No puedo creerlo!- dijo Blake un imponente hombre y el único herrero de Hill-Forst. –Todos saben que son esos malditos Boggarts que rondan por el bosque….deberíamos encargarnos nosotros de esas alimañas y en cuanto a esta elfa…- logro decir antes de ver como una pequeña daga rozara su mejilla y se clavara en la pared.
Los rostros de los presentes se tonaron blanco como la nieve viendo a la elfa en su andar elegante, sus ojos emitían un extraño brillo que al tomar su daga colocándola nuevamente en su funda.
-Hablemos de negocios- índico Varynna. –Fui escolta del príncipe Ronald apodado el brazo de acero y posteriormente recibí el título de caballero de los reinos del Sur, fui mentora de Lord Archibald al interior de la orden de los caballeros blancos…cuando tan solo era un escudero, fui parte de la expedición de los territorios del Este, participe en el gran torneo de espadachines en los reinos del sur….logrando el primer lugar….fui entrenada por el archimago elfo Goras en el arte de la magia, el maestro elfo Theodemar fue el responsable en adiestrarme en el arte marcial de mi raza como aprender a ocupar la espada y el arco…incluso con la suprema reina de los elfos del norte es mi amiga de infancia….esos son mis pergaminos…podría seguir hablando pero ya saben, tengo trabajo….y ¿alguna pregunta?- viendo a los presentes.
-¿Acaso conoces Lord Archibald?- pregunto Gilbert. –Él acaba de cumplir 50 años…entonces debes ser mayor.
-El tema de la edad de una mujer, no es asunto para una conversación- contesto Varynna. –Y sobre Archie…pueden escribirle…y decirle que estoy aquí…vendrá en persona con 50 caballeros blancos listos para ayudarme en mi misión.
-Y hablaste del rey Ronald brazo de acero…el murió hace 40 años- intervino Blake.
-No me lo recuerden, fue un gran rey para su pueblo pero lamentablemente sus hijos son unos imbéciles por iniciar una guerra entre ellos- contesto Varynna. –Así son las cosas en el mundo pero…regresando a lo que nos compete y dudo que los Boggarts sean los responsable de lo que sucede en este sitio…ellos son traviesos y prefieren asaltar a los ilusos que atraviesen sus territorios…¿Cómo inicio todo?- pregunto viendo cierta incomodidad entre los presentes.
-¡Yo lo explicare!- dijo el patriarca Roy.
Varynna escucho con atención cada palabra proveniente del patriarca en torno a los sucesos de hace un año al encontrar los restos de animales salvajes completamente "secos".
-Secos- dijo Varynna. –¿Cómo si sus fluidos internos y sangre se esfumaran?- pregunto
-¡Exacto!- contesto Liam. –Nada de fluidos o sangre…simplemente "seco"…- señalo.
Al proseguir con el relato de aquellos aldeanos que se internaron al bosque para ir a cazar, reunir leña o ir simplemente a merodear por el lugar encontraron una trágica muerte y encontrando sus cuerpos en las puertas de Hill-Forst como señal de advertencia.
Varynna resultaba ser una experta en torno a las posibles amenazas de los bosques sin importar la región. Había luchado contra ogros, arañas gigantes, bandidos de los caminos o cualquier ser que se le pusiera en el camino a cambio de una bolsa de oro simplemente ella iba y lo exterminaba con sus propias manos.
En cambio algunos miembros del consejo de Hill-Forst continuaban viendo con malos ojos a Varynna por demostrar su muy inusual tranquila, a diferencia de otros buscadores de fortuna al oír tales historia, daban a modo de respuesta sobre sus "hazañas" un tanto exageradas pero Varynna había mencionado solo ciertos sucesos en torno a su vida pero tampoco se refirió a sus otros trabajos y también dudaba de cierta forma del distinguido grupo que velaba por la seguridad de aquel sitio.