Leyes de un cambiante

Ashley apenas pudo conciliar el sueño, las sensaciones parecían no querer abandonarla. Había estado tan cerca...
Alexei había decidido permanecer afuera, aquella inoportuna llamada lo había alterado, y ella quería saber por qué. Pero su seriedad le impidió obtener información, por lo que se vio obligada a volver a la habitación.
Recordando cómo se había sentido cuando estuvo a centímetros de su boca, ella cerró los ojos.
Por la mañana él apenas le dirigió la palabra, su repentina actitud le habría desconcertado si no fuera por el fuego que encendía su mirada.
"Eres mi compañera" recordó aquellas palabras que le helaron el corazón, estaba tan confundida, porque no sabía lo que realmente significaba, más allá de la elección de una pareja. Ashley no tenía muchos conocimientos sobre relaciones, tenía escasa experiencia sobre la vida de un cambiante, a pesar de que ella era uno, y todo lo que había aprendido del amor era lo que su familia adoptiva le había enseñado.
Pero el amor y el afecto humano eran muy distinto al amor y afecto cambiante.
Por esa razón, después de un abundante y delicioso desayuno, le pidió que le indicara la dirección en donde vivía Riley. Era la única persona en que tenía confianza, ella debía saber más que lo que ya sabía.
— ¡Hola Ashley! —exclamó Riley desde la ventana abierta—. Adelante.
Su cabaña era pequeña, cálida y vibrante, se sintió cómoda apenas entró a la sala de estar.
—Toma asiento por favor.
—Gracias —le dijo mientras se sentaba en un suave sillón color crema—. Necesito hablar contigo.
—Dime. Soy todo oído.
El calor inundó sus mejillas y de pronto sus manos sudaban, Ashley sintió algo de vergüenza.
—Yo... —carraspeó para aclararse la garganta—. Yo necesito saber sobre las relaciones entre cambiantes, prácticamente sobre la vida de un cambiante.
Los ojos de la joven brillaron.
—Tardaría todo un día en decirte todo ¿Por qué quieres saber?
—Pues... Porque no aprendí ciertas reglas que quizás tú sepas.
—Entiendo a dónde quieres llegar. —Riley entrelazó sus dedos, la miró fugazmente como si entendiese su verdadera inquietud—. Las relaciones entre cambiantes son más complejas que las de los humanos. No podría explicártelo, porque yo nunca he tenido una. Pero sé quién podría ayudarnos.
— ¿Quién?
—Kaylee, ella sabe más que yo, después de todo ella es la única en el clan que está emparejada, ha quedado en venir aquí para hablar conmigo.
Riley le pidió que esperara a que la mujer llegara. Pasó más de media hora cuando sonaron un par de golpes en la puerta.
La reconoció al instante, por sus ojos azules, el cabello corto rojizo oscuro y su pequeña barriga, apenas entró, depositó en ella por un breve instante su mirada serena y pasiva de la misma forma en que lo había hecho la noche de la ceremonia de nombramientos. Riley la abrazó con fuerza, mientras que Ashley se limitó a sonreír y saludarla desde lejos, sintiéndose algo incómoda.
—Ashley necesita de tu sabiduría. —Riley le ayudó a quitarse su pesado abrigo—. Vamos a hablar de cosas de chicas.
— ¡Charla de chicas! —Exclamó ella con entusiasmo— ¿Qué quieres saber? —el brillo colmaba sus ojos.
—Relaciones entre cambiantes —se adelantó a decir Riley.
El color osciló entre un azul pálido y un gris intenso, una y otra vez, los ojos de aquella mujer cambiaban de color mientras la expresión de su rostro dejaba ver su concentración.
—Es complicado —dijo, aún con la mirada en sus manos, la concentración marcaba sus movimientos mientras hablaba con una voz suave y sonora, como si estuviese debatiendo cada palabra en su interior—. Un cambiante puede tener muchas relaciones pasajeras, pero eventualmente elige una pareja. Con ella puede vincularse, ese vínculo se forma con la unión del cuerpo y del corazón.
— ¿Puede romperse?
—Sí, pero es algo difícil, las parejas vinculadas suelen ser muy fieles.
—Sólo una infidelidad —añadió Riley—. Puede destruirlo ¿No es así?
—Sí.
Ashley pensó en sus padres, en el vínculo que apenas podía recordar ¿Se habían amado? ¿Su madre había roto su vínculo?
—El emparejamiento — prosiguió Kaylee—. Es una unión mucho más fuerte e imposible de romper, una pareja puede llegar a emparejarse una sola vez en su vida, pero esto es más frecuente cuando se encuentra un compañero.
— ¿Compañero? ¿No es igual una pareja?
—La pareja lo elige el lado humano, el compañero lo elige el lado animal, una vez hecha la elección no puede estar con nadie más.
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Editado: 31.10.2020