¿Vinculo?

Alexei había sido llevado al borde del colapso nervioso y traído de vuelta, en una sola llamada. Además de haber interrumpido el posible beso que tanto había deseado, lo que le habían dicho lo había dejado con los nervios de punta, y la ansiedad a punto de estallar en su interior.
"—Ven a mi casa por la mañana—le había dicho Luke—. Creo que tengo una solución"
No alcanzó a contestar antes de que el puma finalizara la llamada. Sus emociones estaban provocando en él un denso torbellino, un poco más y él estaría fuera de control.
No podía saber si al dejarse controlar por la cruda y visceral necesidad animal, le haría daño a Ashley.
"No, eso nunca" ambos, hombre y animal pensaron lo mismo, nunca jamás podrían hacer algo para lastimar a Ashley, de eso estaban seguros.
Pero la necesidad de Alexei era algo muy distinto, el hambre de contacto lo tornaba posesivo, Ashley debía ser lo suficientemente fuerte como para manejar su reclamo, si es que algún día lograba hacerlo...
Alexei siempre se dio el gusto con las mujeres, humanas y cambiantes por igual, él era un amante dedicado, listo para complacer. Pero en esas noches de diversión sabía que era solo eso, una simple noche de diversión con el calor de una dama. Nunca había llegado a sentir nada lo suficientemente fuerte con una de ellas como para arriesgarse a formar una relación.
Por eso el cambio del equilibrio le estaba costando tanto, Ashley no era otra simple mujer, ella era su compañera, su fuerza, su dominio y su control podrían asustarla, haciendo pedazos el hilo fino y delicado que era su confianza.
Por esa razón se había alejado de ella, su tentación más grande, para mantenerla a salvo. Cada vez que ella volvía a estar en su línea de visión el hambre volvía a picar sus entrañas, el felino volvía a luchar contra sus cadenas. Literalmente estaba al límite.
Para tratar de enfriar un poco las cosas, la había dejado en la cabaña de Riley. Decidió ir en su motocicleta hasta la cabaña de Luke para ahorrar más tiempo, era necesario, a pesar del ruido y de los malos entendidos que podría generar.
Los pumas estaban sensibles ante los invasores, hace un mes atrás, un cambiante desconocido se había infiltrado en su territorio y casi había matado a Luke. Era razonable pensar que cada White Claw estaba alerta ante cualquier intruso.
Atravesó todo el territorio de bosques, el terreno era difícil, muchos pozos, árboles y troncos caídos, raíces sobresalientes y piedras peligrosas hacían que su manejo fuera inestable. Pero al fin, llegó a un terreno plano, señal de que estaba cerca su cabaña.
El puma, un Ice Dagger no reconocido, lo esperaba detenido en la puerta, su expresión seria como de costumbre, su mirada era tan fría como la primera vez que lo había visto. En uno de esos viajes excusas de Kaylee, cuando ella lo acechaba en silencio.
Detuvo el motor de su motocicleta.
—Creí que no vendrías.
Alexei tronó su cuello y flexionó sus hombros mientras caminaba hacia él.
—Dime lo que sabes.
Fijo su vista en sus ojos, azules como los suyos, pero un poco más claros. No le importó que él se tensara por su falta de respeto, pero en las condiciones en las que Alexei estaba, podía enfrentarse hasta con la mismísima Aria.
—Todo es obra de Kaylee, si fuera por mí ni siquiera lo habría pensado.
Él sabía eso, Luke mantenía su respeto hacia ellos solamente por ella, con todos los demás, incluyéndolo, se mantenía algo distante, casi rayando la indiferencia. Alexei sabía que Luke no era bien recibido por la mayoría de su clan, tenía un enemigo jurado, que era Hunter, y como los demás eran recelosos comprendía muy bien que el puma, para resguardarse, decidiera mantener su distancia.
Después de todo, Luke era un White Claw, su lealtad era hacia su clan, y hacia su compañera.
—Anoche se metió en la Infranet.
Eso lo sorprendió, Kaylee había usado la única oportunidad que tenía de entrar a esa red sólo para ayudarlo.
—Encontró algo que podría ser de gran ayuda.
— ¿Quieres decirme de una vez?
—No eres muy paciente.
Alexei mostró sus dientes, enfrentar al compañero de Kaylee sería lo peor que podría hacer, destrozaría la débil alianza entre los dos clanes, además de meterse en un gran problema.
Pero no podía evitarlo. Estaba pulsando sus botones sin saberlo, el puma podría ser quien finalmente lo empujara por completo.
—Siéntate —le ordenó mientras se agachaba sobre el escalón del porche—. Puedo sentir tu inestabilidad desde aquí. No pretendo iniciar una pelea, lo menos que quiero es lastimar a Kaylee.
Entonces solo se detendría por ella, pensó.
—Kaylee encontró una carta publicada hace seis años —le dijo cuando tomó su posición—. De un cambiante jaguar que al igual que Ashley fue encerrado y tratado con Amonium, por seis años.
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Editado: 31.10.2020