-Yatagarasu espera -gritaba Azumi mientras corría por la neblina.
Mientras que Yatagarasu caminaba, solo escuchando el pasado en su propio mundo, tal vez un error o solo una equivocación.
-para, por favor, para -decía una voz sin consuelo alguno.
En aquel cuarto, donde Yatagarasu había tratado de salvar a eso dos cuervos, pero había fallado sin poder intentar nada, todo se volvía por primera vez cálido, aquella mujer que toco la puerta se había ido y todo se había quedado en absoluto silencio otra vez, Yatagarasu se sentó en su cama, aunque era vieja y le recordaba lo miserable que era su vida se sentía cómoda en ese momento, la sangre se esparcía cada vez más por todo el suelo haciendo que todo se tornara rojo como una luna sangrienta con su brillo rojizo, el escritorio donde estaban colocados los cadáveres de los cuervos se llenó de plumas y sangre todo formando una obra de arte para Yatagarasu, ver todo ese escenario lo hizo sonreír levemente mientras cerraba sus ojos y se recostaba, este no mostraba ni un gesto de tristeza o enojo ni mucho menos desolación sin importar lo miserable que fuera su vida.
-oye acaso ellos eran buenos padres, defender a tu hijo hasta la muerte, eso debería hacer un padre o una madre, creo que eran buenos padres y que podían vivir siéndolo -murmuro Yatagarasu al cuervo bebe y añadió -creo que debería enterrarlos o algo así, vi morir personas por doquier, pero no sé si cuenta con los cuervos.
El corvato solo seguía en el mismo lugar donde lo había colocado, mientras que Yatagarasu lo observaba fijamente, ya sabia sobre como cuidar a una ave, por los libros que leía a menudo, se le hacía raro ver un solo corvato, ya que los cuervos llegaban a tener de 4 a 6 huevos, pero se hizo la idea de que los demás murieron y empezó a pensar como fueron sus muertes.
-creo que somos iguales -dijo con una voz átona y añadió -ambos estamos solos.
En ese momento entro el "padre" de Yatagarasu entro por la puerta con todas sus fuerzas y sorprendido de lo que había pasado en aquel cuarto del chico este se enfureció y se lanzó a tomarlo del cuello para tratar de asfixiarlo.
-estoy harto de ti -grito Yatagarasu con una voz jadeante.
Yatagarasu era asfixiado, pero este soltó una carcajada como si no le doliera nada, provocando más al señor que se hacía llamar su padre, este lo lanzo al suelo haciendo que Yatagarasu se manchara con la sangre de los cuervos, su padre lo tomo lo más fuerte que pudo del cabello e hizo que este limpiara toda la sangre y las plumas con su cara, sus manos y cara estaban llenos de sangre y toda su ropa se tornó de un color rojizo, la mujer corrió a ver que pasaba, pero al ver al chico en medio de toda esa sangre siendo golpeado por su padre no supo que hacer, así que se quedó callada mientras miraba el abuso.
-abusas de mi por que soy débil, pero hoy mate a un chico -murmuro Yatagarasucon una voz jadeante.
Yatagarasu empujo a su padre y se levantó, trato de golpear al padre, pero este lo lanzo hacia un espejo que tenía a la par del escritorio donde estaban los cuerpos de los cuervos, aquel espejo se rompió en varios pedazos en la espalda de Yatagarasu y esto lo hizo sangrar por unos pedazos que se clavaron en su espalda, este tomo un pedazo de espejo y se lanzó a tratar de matar a su padre, en ese momento la mujer que estaba viéndolo todo corrió a detener todo, el padre tomo el brazo a Yatagarasu y le arrebato el pedazo de vidrio y le corto parte de la córnea, dejando una línea que atravesaba el ojo.
La mujer agarró el brazo del padre tratando de detenerlo de matar a su propio hijo, cuando Yatagarasu vio la posición del vidrio y la posición de la mujer rápidamente manipulo la mano del padre y clavo el pedazo de vidrio que tenía en la mano en el abdomen de la mujer, esta de repente sintió un poco de calor en su abdomen para cuando se percató esta ya estaba muriendo por el sangrado que provocaba el vidrio, el padre suelto el vidrio y se quedó pasmado solo observando como la mujer cayo lentamente al suelo mientras derrama sangre por todos el suelo, su vestido azul se empezó a tornar rojo y la sangre de los cuervos se mezcló con la de ella, la mujer observa a Yatagarasu mientras que su mirada se volvía borrosa.
-Yatagarasu Tsuku más bien te perdono -dijo la mujer con una voz quebrada mientras derramaba lágrimas rojizas.
-no necesito el perdón de una persona como tu -contesto Yatagarasu con una voz hostil.
Yatagarasu soltó un suspiro frío y camino hacia la ventana solo para observar algo que nunca había observado en su vida, una luna tan blanca y tan tranquilizante, sus ojos se encendieron como jamás lo había hecho, pero el padre al fin reaccionando se arrodilla a tomar el cuerpo de su "amada" solo para soltar lágrimas falsas y colmando su paciencia.
-que carajos acabaste de hacer -dijo el padre con una voz hostil
-sabes padre jamás había visto de este modo la luna -contesto Yatagarasu y añadió -hey, Katsuki por si no te has dado cuenta me he vuelto un asesino como tú, así que, ahora tal vez merezca ser tu hijo y maltratar a los débiles, como tú lo hacías -dijo con una voz gélida
Yatagarasu volteo a ver a su padre mientras sostenía una mirada gélida y una sonrisa sádica, este levanto su mano derecha y le mostró a su padre el cuchillo que él siempre llevaba escondido detrás de la camisa, lo había tomado sin que se diera cuenta.
-bueno Katsuki, creo que querrás matarme después de esto, así que me retiraré de este lugar inmundo donde vives -dijo Yatagarasu tratando de no soltar una carcajada.
El chico tomo una bandolera, solo llevándose en la bandolera al corvato y un cuaderno, este después paso a la par de Katsuki y el cuerpo de su "amada", solo se despide levantando la mano y bajo hacia la puerta.
-acaso no puedes matarme de frente -le grito Yatagarasu a Katsuki mientras tomaba aire y añadió -creí que los asesinos teníamos honor, pero tú solo eres un idiota.