“Carlos estaba muy triste por la muerte de su esposa. Katerina se había ahogado en la Bahía de Somme hacía casi un año. Una noche fría los perros ladraban y Carlos se asomó a la ventana. Le pareció ver una silueta de mujer que salió disparada por su presencia. Las noches siguientes sucedió lo mismo. Entonces Carlos se dispuso a seguir a éste ser quienquiera que sea. Llegó hasta la Bahía de Somme. Vio que la figura femenina se cubrió con una piel y se lanzó al agua helada. A la noche siguiente volvió a seguir a esta mujer hasta que un día se enfrentó a ella cara a cara. Era Katerina, desnuda, que se ponía una piel de foca y se transformaba en una Selkie. Cuando ella cayó al agua meses atrás, las selkies, que son mujeres – focas, la convirtieron en una de ellas para salvar su vida. Había una manera para que Carlos recuperara a su mujer: debía poseer la piel de foca para que Katerina vuelva junto a él. Así que aquella tarde se fue temprano hacia la bahía y esperó a que su mujer se librara de su piel. Cuando así lo hizo, Carlos tomó la piel de foca que estaba sobre una roca y se la llevó consigo. Hizo un pozo profundo en el patio de su casa, enterró la piel, se dio un baño, se vistió con las mejores ropas y esperó. A las diez de la noche sonó el timbre. Era Katerina que regresaba a casa.”
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Editado: 08.05.2019