Esa noche de viernes Lara sale con sus amigas y Jukk con los suyos. Se sentía animada pero no por salir sino por lo que traía entre manos.
Antes de subir al auto mira hacia la ventana de la casa y vió otra vez aquella silueta y lo saluda desde lejos.
Jukk. — ¿A quién saludas cariño?
Lara. —¡Al vecino o vecina! ¡No sé quién es! Pero nos observaba desde aquella habitación y si tanto miraba lo salude pero se dió vuelta y desapareció asi que no ví su rostro.
Jukk. —¡Es extraño vaya uno a saber! Capaz que es algún asesino, un psicopata, nunca se sabe. Desde que compraron la casa no he visto a nadie y me parece extraño no ver a nadie aunque sea por cortesia presentarse.
Lara lo mira a su esposo pensativa y sabía que él tenía razón. No sabían quien o quienes eran aquellas personas pero la incomodaba ver que los observaba desde lejos como espiándolos. Y no era usúal pero ella por un lado estaba tranquila que podía defender a los suyos si algo ocurría.
Van a casa de madre de Jukk y dejan a Jared.
Él la deja en la casa de su amiga y se va. Ella le dijo que no se preocupará que llamaría a un coche de alquiler, se verían en la casa al regreso.
Se juntan en casa de Victoria y deciden irse todas a comer afuera. La noche era muy agradable como para estar encerradas. Llaman a un restaurante y hacen un pedido de mesa para ocho personas como para eso de las diez de la noche.
Estaban pasando una linda cena y Lara se reía al escuchar las anécdotas de sus amigas con sus hijos. Cosas que a ella le iban a pasar cuando Jared crecíera.
Ella mira para una mesa y nota a un hombre de espaldas cenando solo. Muy de vez en cuando éste las observaba por arriba de sus hombros. Lara lo nota y se pone de pie , va acercándose a la mesa de éste que daba al otro lado del salón; a unas siete mesas de distancia para saber que tanto miraba aquel a la mesa de sus amigas.
El hombre se pone de pie cubriéndose el rostro y sale del restaurante; ella le pide que se detenga y este no se da vuelta. Ella sale hasta la vereda y lo corre pidiéndole que se detenga, pero sale corriendo.
Ella pensó en sacar su Beretta y se da cuenta que la calle estaba rodeada de gente.
Un hombre se acerca y le pregunta si estaba bien a lo cual ella le dice que sí, solo quería saber que tanto miraba para su mesa nada más. Entra al restaurante y las amigas se reían.
Vicky. — ¡Lara no seas paranóica! Era solo un hombre apuesto cenando solo y miraba para acá porque somos las únicas hablando y riendo a los gritos dentro del salón como si estuvieramos en un camping ¡Vamos amiga! (la toma de los hombros) Estás tensa ¡No seas loca!
Lara respira y le da la razón a su amiga. Pero había algo en aquel hombre que le era familiar. Se parecía a Kalevi pero ella sabía que Kal no estaba en el país. Y si hubiese regresado hubiera ido a vicitarla como lo había prometido.
Todo fue de maravilla esa noche y se había divertido mucho. También habian tomado algunas copas de más y Lara regreso a su casa algo más que mareada.
Va a la habitación y nota que Jukk no habia regresado. Asi que climatisa el hambiente para tener una noche con su esposo aprovechando que el pequeño Jared estaba con su abuela.
Desde que el niño había nacido no pasaban ninguna noche juntos y su relacion intima se había apagado y esa noche era ideal para recuperar la magia. Ella enciende algunas velas aromatizantes y guarda una botella de champagne a enfríar. Sale afuera y enciende un cigarrillo, pensó que tal vez aquel desliz de Jukk fue por falta de sexo. Eso quería creer.
Cuando iba entrando escucha el auto y se sienta en el sofa de la sala y pone música suave.
Él ingresa totalmente alcoholizado y le da un beso. — ¡Amor creí que ibas a estar dormida! —dijo Jukka.
Lara. —¡No! ¿Eso es rouge en tu camisa?
Jukka. —No cariño los chicos que se pusieron a bromear.
Lara le grita. — ¿Pensás qué soy estupida? Eso es rouge y hueles a perfume barato de supermercado ¡Jukka no me mientas! ¿Con quién estuviste ¡¿Estuviste con tu ex o con alguna otra prostituta barata?!
Jukka se pone de pie frente a ella y la doblaba en estatura. — ¡A mi no me grites! ¿De qué hablas? Ya te dije estuve con los chicos y me rosiaron con este perfume de mujer para bromear ¡Vamos Larita no jodas. Vení dame un abrazo! —le gritaba Jukka y se tambaleaba de un lado a otro.
Él intenta abrazarla y ella le da un fuerte empujón y él choca contra la biblioteca.
Lara. —No soy estupida ya me enteré que mientras salias conmigo y yo llevaba a nuestro hijo en el vientre tú te revolcabas con tu ex mujer ¡Maldito canalla, mentiroso!
Lara estaba eúforica a los gritos.
Jukk. —¡Bueno! ¿Qué querías? Es la madre de mis hijos y desde que Jared nació la cama es un tempanos entre tu y yo. Eres fría. Estás alejada ¡Vivís cansada! Según tus palabras y ya no puedo ni tocarte ¿Que te molesta? ¡ERES FRIGIDA LARA, FRIGIDA!
Lara al oir aquellas palabras se enloquece y le da otro empujón y un puñetazo en la nariz. Lo hizo sangrar.
Éste se toca y ve la sangre entre sus dedos. — ¿Qué rayos pasa? ¿ESTAS LOCA? ¿Cómo me vas a golpear así? Ya no eres la misma chica dulce que conocí —le gritó él totalmente desorientadi y molesto.
Lara. —Decime la verdad ¿Te revolcabas con tu ex mientras estabas conmigo? ¡Incluso hasta cuando nació nuestro hijo! ¡Maldito hijo de perra!
Ella no dejaba de gritar y sus púpilatas estaban dilatadas por la ira que tenía. Sentía su corazón latir a mil por horas y sabía internamente que debía controlarse.
Jukk. —¿Ella te lo contó? ¡Vamos dime! ¿Ella te lo dijo todo? Si te lo dijo fue para terminar de arruinarme. Estoy en quiebra. Me sacó todo Lara. No tengo nada.
Lara estaba en la cocina tratando de calmarse y sale para el living.
Editado: 19.05.2021