La Sicario

Capitulo 19

SOUMI-FINLANDIA
Llegan y salen corriendo. Laury los esperaba en el aeropuerto.
Kal. — ¡Gracias amigo!


Laury. —Es lo menos que puedo hacer por ustedes. 
Lara iba hablando con su padre. 


Lara. —Amor, vamos a  casa, Jared está en la cabaña de mi padre junto a Jukka y su familia. Están bien Vamos por nuestras cosas. Y busquemos a esa rata.


Laury los acompaña hasta su casa. Kal llama a sus contactos para que averigúen dónde estaba Sebastian.


Kal. — ¡Listo! Está en el hotel Castillo. Prepará todo cariño, esta noche esto se términa acá.


Laury. — ¿Necesitan mi ayuda?


Lara. — ¡No Laury! Estaremos bien, demasiado con buscarnos en el aeropuerto.


Laury. — ¿Y dónde queda la cabaña de tu padre?


Lara se da vuelta para contestarle y Laury le apuntaba con un arma. — ¡Vamos  maldita perra habla! Y tú ,(le habla a Kal),  ven, ven aquí. Si te mueves o intentas algo la mató.


Lara.  — Algo en África me dió a entender que no eras de fiar ¿Acaso tu no eres un hijo de Dios? ¡Vamos Laury!  ¿Qué sucede contigo? Después de lo que hemos hecho por ti en Paris. Vengamos la muerte de tu esposa y tu hija.
Laury se reía a cárcajadas y seguía apuntándole en la cabeza a Lara. Kal estaba con las manos en alto y trataba de estudiar la situacion para atacar. 


Laury. — ¡No puedo creerlo! El amor los volvió estúpidos  a los dos. Jamás hubo esposa, jamás hubo una hija. Todo fue mentira, (e reía de ambos). ¡Te creiste la historia maldita bruja!


Kal. — ¿A quién matamos en Paris? ¿A una persona inocente?


Laury. — No, no ¡Le hicieron un gran favor a Sebastian! Belmont era el esposo de la zorra que se acuesta con  Sebastian. Ellos planearon todo. Para quedarse con su dinero. El pobre tipo era un buen hombre, trabajador, un padre de familia amoroso y honrrado.
Lara estaba aterrada y miraba de reojo a  su marido y le hace una seña con la mirada para que siguierá hablando.


Lara. —Entonces ¿No eres sacerdote, ni te llamas Laury y menos... ? 
Laury la golpea en el estómago. — ¡Cállate maldita! Te creiste una gran mentira.

 

Laury. — ¡Me llamo Laury! Es mi nombre real. Pero no soy sacerdote. Trabajo para Sebastian. El planeó todo para este momento.
Lara vió a  Laury caer desplomado y con una lapicera atravesando su mejilla.


Kal lo patea con odio y con mucha fuerza. Lara toma el arma y le apunta. Laury gritaba de dolor y quería sacarse la lapicera de su rostro. Kal le da un fuerte golpe en la cabeza y lo deja inconciente. Lo amarran de pies y manos y esperan a  que reaccioné. 
Suena el telélono Kal atiende. — ¡Amigo Sebastian que bien nos lo hiciste! Quiero que escuches algo, ( le dispara a Laury y lo mata) Ahora vamos por ti.
Entra la madre de Lara y empieza  a gritar al ver al padre Laury amarrado y muerto en la sala de la casa de su hija. Pedía explicación, gritaba y lloraba. 
Lara estaba aprontando su arma para ir en busca de Sebastian. La  madre la sacó de sus casillas ahogándola de tantas preguntas, la aprieta fuerte de los brazos y le gritó. — ¡Ya basta mamá! Es lo que soy y lo que siempre fui ¡Soy una asesina y esta rata no era un sacerdote!  ¡Trabajaba para mí ex jefe! Kal y yo somos iguales. ¡Toma  por favor! (le da su baretta), regresa a tu casa y cualquier persona desconocida  que ingrese tu solo dispara. La madre temblaba de miedo y no dejaba de llorar y de preguntar ¿Qué era su niña, en qué se había convertido?
Lara no se aguanta  los gritos de su madre y se va muy a prisa hacía el hotel y Kal la sigue. 
Abrieron fuego en el pasillo.
Los hombres de Sebastian intentaban cuidar las espalda de su jefe y un grupo dió su vida por un ser miserable y traidor.
Al fin estuvieron frentre a  frente Kal, Lara y Sebastian..


Sebastian. — ¡Subestime su coraje! Veo que no han perdido el toque mi pareja explosiva. 


Lara. —Tu padre es un gran hombre, respetable y de honor ¡Tú no eres ni la cuarta padre de lo que él fue!


Sebastian. —Mi padre esta criado a la vieja escuela. No iba  adaptarse a la nueva era.

 


Kal le apuntaba.  —¿De qué era hablas? Maldito enfermo ¡Una era que tu creaste en tu  enferma mente!


Sebastian. —Este trabajo es para siempre. ¡Si te vas, te mueres, es ley!


Lara. —Una ley que tú te inventaste.
Lara escucha por el micrófono que venía la policia en camino.


Lara. — Kal terminemos con esto. Ya vienen. 


Kal. —No. No voy a matarlo. Lo voy a dejar vivo para que vean su sucio negocio y lo encierren por el resto de su vida.


Lara. —¡Vamos, Amor!


Sebastian.  — Piensa en mi padre. Él los ama como si fueran sus propios hijos. Le van a  romper el corazón si me matan y se entera que fueron ustedes. 


Lara. —¡Kal, cariño! Dispara (Kal estaba parado y lo miraba) 
Es la primera vez que Lara lo ve pensativo y ella tomó las riendas. Le disparó en ambas rodillas y en el abdomen.


Lara. —¡Vamos! Quedará inmobilizado. Cuando llegue la policia lo mantendrán con vida y harán su trabajo ¡Ya qué al parecer lo quieres vivo!


Lara escuchaba a sus espaldas los gritos de Sebastian y cuando dejó de oirlo se da vuelta y ve que ya estaba muerto.


Kal. —¡Si!  Era inútil dejarlo vivo. Su padre me lo agradecerá. Iba a caer preso pero pagaría y estaría fuera gozando de su libertad en menos de dos meses.
Lara y Kal abandonan el hotel. Toman su auto y se cruzan a la policia. 
Van a la cabaña  en busca de Jared. 
 




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