La Soberbia De Almoraz (enlazados1)

Dieciséis

5 años después

Desesperación: Pérdida de la paciencia o de la tranquilidad de ánimo, causada generalmente por la consideración de un mal irreparable o por la impotencia de lograr éxito.

Así se sentía el gran empresario Octavio Almoraz; ante él había un mal irreparable, uno de sus hijos enfermo de gravedad, más exactamente su hija Ivana.

Octavio

- No puede decir eso doctor, esto es un error – le digo al borde de las lágrimas –

- Lo siento señor Almoraz, es lo que refleja los estudios que le hicimos a la niña, su hija tiene un tipo de cáncer que ataca los glóbulos rojos, y se manifiesta por medio de moretones en el cuerpo, desgano o fatiga entre otros síntomas, lo que pasó es una crisis propia de la enfermedad; la niña se quedara hospitalizada hasta que la crisis pase

- ¿Hay alguna solución? -le pregunto esperanzado – hago lo que sea, indique el tratamiento a seguir y lo haremos no importa el costo

- La enfermedad está en una etapa temprana, la trataremos con medicación ahora y tiene que llevar una dieta algo exigente para poder frenar el avance del cáncer

- Con lo que me está diciendo doctor, lograremos acabar con el cáncer.

- No señor Almoraz; con esto le frenamos el avance

- ¡DOCTOR ESA RESPUESTA NO ME SIRVE! -le grito y empiezo a dar vueltas por el consultorio-

- Se calma señor y se sienta, comportándose así no va a arreglar nada

- Esta bien, que se puede hacer; habrá algún tratamiento alternativo.

- Si lo hay

- Dígame ahora mismo, ya le dije no importa el costo

- Este tipo de cáncer tiene cura, es una donación de médula ósea

- Aja yo puedo ser el donante doctor, soy el padre

- Usted no puede ser donante, el único donante en este tipo de cáncer es la madre.

- Pero no puede ser, porque no puedo ser yo

- Muy simple señor Almoraz, este cáncer es hereditario

- En mi familia nadie sufre de este padecimiento

- Entonces lo heredó por parte de la madre así que, si quiere que la niña sobreviva, el trasplante debe ser de la madre; así que lo espero con ella lo más pronto posible

- Yo no convivo con ella doctor- le digo derrotado-

- Eso note, búsquela y hable con ella no creo que se niegue es su hija también, bueno señor Almoraz haga lo que le digo

Salgo de la clínica con un desespero y una impotencia única; necesito romper algo esto me sobrepasa

Llego a mi empresa, no le hablo a nadie me encierro en mi oficina, lo hago reviento todo lo que veo, siento que me sujetan y me hablan

- ¡Octavio que pasa, cálmate! – estoy cegado por la desesperación-

- Suéltame Gael, déjame – ya a esta altura estoy llorando –

- Qué pasa cuéntame -me lleva a unos sillones-

- Ivana tiene cáncer

- No puede ser Octavio, busquemos otra opinión

- No Gael, necesito un donante de médula ósea

- Yo puedo ser el donante -me dice – o Sofia

- Ninguno de nosotros podemos donar, la única persona que puede hacerlo es la madre

- ¡Octavio hay que encontrar a esa mujer ya!

- Para eso necesito que me ayudes; tenemos que encontrarla si o si

- Para estamos la familia, la encontraremos

- Por favor no quiero que Sofia sepa todavía

- Eso mismo te iba a decir, acaba de tener a mi hijo no la podemos alterar

- Gael donde están los documentos? -le pregunto –

- En tu casa, vamos a buscarlos ¡reacciona! - siento que me zarandea- piensa en Rafael, él también te necesita

Salimos de la empresa a toda prisa, voy en silencio no logro comprender como me esta pasando esto a mí, vienen a mi mente las veces que mi hermana me rogó, que la conociera, que le diera la oportunidad de convivir con los niños, pero mi orgullo fue mas grande

- Llegamos a la casa Octavio

- Si Gael te estoy escuchando entremos rápido

Pasamos directo al despacho, empiezo a buscar en la caja fuerte y ahí están los documentos; los leo y noto que no hay nada de indicio de la mujer, solamente está la información del doctor Smith

- Gael no hay nada de ella, solamente está la información del doctor

- Muéstrame – le entregó los papeles – busquemos al doctor

- Si, mientras llamo al detective Román para nos colabore

Salgo del despacho para comunicarme con el detective con más tranquilidad, siento una pequeña mano que me toca

- Pa, donde está mana

- Hey rafa, Ivana se quedó en el médico, todavía se siente malita mañana viene

- Me siento solo sin ella – me destrozo escucharlo –

- No te preocupes campeón tu mana vendrá mañana mucho mejor, ves a jugar

Lo veo correr, aunque me gaste mi fortuna la encontraré; entró de nuevo la despacho

- ¿Qué has encontrado Gael?

- Malas noticias Octavio – la expresión es de desconcierto –

- Que pasa, que te dijo el doctor, si es por dinero le entrego lo quiera




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