Kailam
Siento murmullos pero no puedo despertar, caigo en una especie de agujero negro, pero de pronto veo dos niños de aquí para allá pasan por mi lado, pero no me ven; están absortos en su juego, sin más, siento una persona a mi lado; por su olor la reconozco, es mi madre, pero qué hace aquí al lado mío si ella ya no está con nosotros, vuelvo a mirar y su rostro se ve sereno, tranquilo noto que está articulando como tratando de hablar y me dice "vive amor", caigo en un letargo y empiezo a sentir dolor en mi espalda baja, siento una luz bastante fuerte directamente en mi rostro
- Señorita tranquila, esta despertando de la anestesia – me dice una enfermera –
- La niña como esta – me pasa un vaso de agua –
- El procedimiento fue un éxito, solamente estamos esperando como reacciona al trasplante
- Ó sea está bien – asiente y se va –
La enfermera se va dejando ahí con unas inmensas de ver a mi hija; trato de levantarme, pero la punzada está ahí, la puerta se abre y está ante mí el doctor; explicándome todo, diciéndome que en unas horas me darán de alta en ese instante recuerdo el sueño que tuve con mamá, escucharla fue gratificante para mí; se vuelve abrir la puerta, pero ahora es Sofía
- Hola, como te sientes – me sonríe –
- Pues atontada y tengo poco dolor en la espalda baja, por lo demás perfecta
- Gracias por hacer esto kai; sabes teníamos un recelo por cómo ibas a tomar esto de Ivana
- ¿Porque lo dices?
- No sabíamos tus intenciones; por eso Octavio tenía el maletín con el dinero y sus famosos contratos- sonreímos -
- ¿Ha cambiado en algo el concepto que tienen de mí?
- Claro que sí, eres una cajita de sorpresas cuando entregaste el dinero a la fundación nos diste a entender que te juzgamos mal
- Sabes accedí a alquilar mi vientre a un desconocido por necesidad; mi madre estaba muriendo y no teníamos para comer ni donde vivir, una tarde estaba sentada en la entrada del hospital y alguien choco conmigo, era el doctor Félix, me dio un buen golpe, ese día me dio su tarjeta para que lo buscara; después nos vimos otra vez y me llevo a la cafetería del hospital, no puede ocultar mi falta de alimentos en días, me dio de comer y me presto dinero con el compromiso de que cuando consiguiera empleo se lo devolvería
- Nosotros nunca nos imaginamos todo esto – me tiene la manos agarradas-
- Pero el empleo no llegaba y la cuenta del hospital crecía y crecía; un día llego con la propuesta; al principio le dije que no, pero mi madre quería antes de morir ver a sus nietos y teníamos muchas deudas; eso me orillo a aceptar
- Kai no se que decirte; eres una excelente mujer, al sacrificar a tus hijos por amor a tu madre
- Ella se fue tranquila, después de su muerte decide irme de Londres aun lugar cualquiera, mi fin era no estar aquí
- Sabes, fuiste difícil de encontrar, Gael se apersonó en encontrarte porque mi hermano estaba preso de la desesperación
- Entiendo - no miramos en unos segundos –
- El destino te trajo hacia nosotros por algo; te dejo para que descanses un poco – sale del cuarto-
En las horas de la tarde me dan de alta, en el tiempo que he estado aquí Octavio no se ha aparecido debe estar con niña; quien iba a pensar que un hombre trajeado y con cara dura sea tan buen padre
Cuando estoy a punto de salir; me encuentro con Octavio
- Kailam como te sientes
- Bien Octavio- me sonríe-
- Me alegra... vamos para que veas a Ivana
- En serio, tu diciéndome eso
- Si kailam yo – sonríe con más ganas –
Caminamos juntos por esos pasillos atestados de enfermeras; paramos en el pabellón pediátrico, me señala la puerta donde está mi hija, entramos, tengo mi visual empañada; verla ahí dormida con el semblante tranquilo casi sonriente, me llena de tranquilidad
- Gracias kailam, tanto Ivana y Rafael son mi vida
- No tienes que darme las gracias; también son la mía
- Ya me di cuenta eso, Rafael esta con Sofia y Gael en la cafetería- estoy en shock y me mira – ves, puedes conocerlo
- En serio está aquí- un impulso más allá de mí, me lanzo y lo abrazo, se tensó, pero se relajó al instante- lo siento fue un impulso nada más
- No te preocupes kailam
- Me quiero quedar un ratico más
- Esta bien- nos deja solas –
Al salir Octavio me quedo observando el rostro de mi hija, es hermosa, en mi mente esta parte de la canción que le entone hace días y me sale sin pensar
"Yo te conozco de antes
Desde antes del ayer
Yo te conozco de antes
Cuando me fui
No me alejé
Llevo la voz cantante
Llevo la luz del tren
Llevo un destino errante
Llevo tus marcas en mi piel
Y hoy solo te vuelvo a ver "
Esta vez no despierta, pero Octavio está ahí al lado mío sonriéndome
- No sabía que tenía buena voz – sigue sonriendo-