La Sociedad: Una novela de G.E. Lubo

Capitulo VII

07/09/2010 – 05:00 PM

Todo el mórbido acto comenzaría a la hora pautada por el creador del macabro plan, era muy sencillo, el hombre de negro le comento a Javier donde estaría los familiares del amante de su novia hospedados, el extraño individuo había hecho un trato por aquella información con el inquieto joven lleno de ira y frustración, ni siquiera la voz de su madre o el implorar de la mujer que el alguna vez amo lo salvaría del terrible pecado que estaba a punto de cometer. Javier ya había sido consumido en una hora por los terribles efectos de una maldita droga, un veneno que a todos se nos sube a la cabeza en alguna parte de nuestras vidas, y que sin duda. El jamas volvería a escapar del macabro precipicio al cual estaba a punto de caer. Así era la vida en ese momento para todos, sobre todo, para los que vivían en Pulok. La isla de los pecados.

 

Pronto Javier llego a unos conglomerados públicos, que se encontraban cerca del cementerio gótico, un lugar olvidado hasta por las almas desechadas. Pero Javier no estaba hay para dar sus respetos y condolencias a los fallecidos de años pasados, el estaba ahí para asegurarse de tomar su ira y liberarla contra las personas que el consideraba parte de su sufrimiento, pronto mientras avanzaba por las horribles calles cerca del cementerio. Llego hasta el apartamento que el buscaba, al entrar, un hombre de gran estatura y un rostro de poco amigos se presento ante el.

 

—No se permite la entrada a los desconocidos, podrías decirme ¿a que vienes?

—Vine a visitar a un amigo de la universidad —respondía Javier, su miedo al hablar en publico se había ido, esta vez, el no dudaba de los macabros actos que estaba a punto de cometer—, su nombre es Ricardo, somos muy buenos amigo.

 

Pronto una sonrisa se esbozo en su cara, Javier pensó que le daría confianza para poder ganarse la aceptación del guardia del apartamento, pero lo que gano fue miedo, el rostro tétrico de Javier, parecía ser el de un joven que a pesar de decir mentiras una y otra vez, no se arrepentía de haberlas dicho alguna vez.

 

—Joven he dicho que no, ahora si me disculpas…

—Espera, puedo hacer un trato contigo.

—¿Que clase de trato? —se preguntaba el guardia, ahora con una insinuación un tanto diferente, el ya no buscaba impedir el paso del joven, ahora, al igual que muchos (no importaba si eras de Pulok o no) buscaba la mejor oferta para su propio beneficio.

—1000 Pulokas, ni mas ni menos.

—Es mucho no crees. No confió en tus palabras.

 

Javier se impacientaba cada vez mas, mientras el hombre adulto pasaba su mano por su gruesa barbilla, un filo siniestro escondido detrás del pantalón del chico, clamaba sangre. Pues el peligroso cuchillo estaba a punto de ir directo al cuello del guardia, Javier no le importaba quitar vidas en ese momento con tal de poder cumplir parte de su plan vengativo.

 

—Por favor, es todo lo que tengo, te juro que después de hoy no te molestare jamas; Socio, te lo pido.

 

A pesar de haber cumplido un juramento con el personal y las personas del lugar, la avaricia al final fue mayor que la honestidad o la lealtad, tomando así las 1000 Pulokas como si nada hubiera pasado.

 

—No voltees atrás crio, si te vuelvo a ver. No te conozco ¿captas?

—Sin ningún problema, ya no tendrá que preocuparse de mi, hasta un nuevo aviso.

 

Dejando a la duda al guardia del apartamento, Javier se colo dentro del gran lugar. Con paredes que llevaban años sin pintarse y una música antigua que se escuchaba, daba a entender que ese lugar, mas que un hogar, reflejaba ser un lugar de mala muerte. Pero a Javier no le importaba cosas tan insignificantes como esas, el solo buscaba una habitación poco particular. Después de subir las escaleras que llevaban al segundo piso del edificio, el joven tomo nota de a que cuarto el tenia que ir, y sin dar vuelta atrás fue a la habitación N.º 16.

 

Esperando ser bien recibido por los dueños del lugar, Javier toco el timbre, un timbre diferente al reto ya que tenia un sonido muy relajante. Pronto se escucho la voz de una mujer mayor —Espere un momento—, era lo que podía escucharse detrás de la puerta, y tan pronto como fue abierta. Un peligroso filo se introdujo en el vientre de la mujer. Se introdujo tan lentamente que el dolor insoportable, y los gritos de pavor y pánico fueron detenidos por la mano que cubría la boca de la vieja mujer.

 

—Yo lo perdí todo, pues el ahora lo perderá todo —decía Javier, mientras metía y sacaba mas de una vez el peligroso cuchillo con marcas extrañas en la hoja del cuchillo—. Sin duda, usted no me conoce, y quizás ni le importe. Pero todo esto se debe a una razón, yo lo hago por venganza, pero ellos lo hacen por algo mas importante: ¡LA VERDAD!.

 

Pronto un niño menor salio de un cuarto, parecía ser un chico inocente, pero había visto demasiado. Algo que no podía permitir Javier, así que sin dudar ni un segundo. Saco la herramienta mortal del vientre y introdujo el cuchillo en la boca de la madre, luego salio deprisa antes de que el niño pudiese hacer cualquier cosa y lo abrazo bien fuerte con tal de no dejarlo escapar, parecía no ser muy fuerte, eso podría explicarse ya que apenas se levantaba de dormir y pensaba que todo era solo un simple sueño.



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En el texto hay: misterio, thriller, suspenso

Editado: 20.08.2018

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