La Sombra de un Romántico

La sombra de un perro

Un perro salió de unos arbustos que estaban cerca de mí y se acostó a dormir sobre el pasto. Ni siquiera los animales notan una sombra que no está en su lugar. O eso creía, pues la sombra del perro se movió mientras su dueño dormía y pareció olfatearme. Aquel visitante inesperado me llenó de emoción y me olvidé momentáneamente de mis penas. Acaricié la sombra del perro sobre la coronilla de su cabeza y debajo de su quijada. Él movió la cola ante el “contacto” y ladró silenciosamente.

 

Reí al ser el protagonista de aquel momento que no creí posible. Teníamos a casi cincuenta personas cerca de nosotros. Nadie se percató de lo que sucedía. 

 

-¿Vendrías conmigo? - le pregunté al levantarme, haciendo señas de que me siguiera, pues como sombra el hablar me era imposible. 

 

Él meneó la cola de forma insegura y vaciló, pero finalmente dio un brinco y se separó de su dueño para continuar a mi lado. El perro no extrañaría a su sombra, así que me alejé alegremente sin sentir ninguna culpa. Dimos brincos jugando mientras pensaba en un nombre. 

 

“Te llamarás Spencer”, pensé. De nada serviría que él tuviera un nombre, pero yo me sentía la sombra más feliz del mundo por contar con algo que podía llamar completamente mío. 

 

Nos alejamos del parque, cruzando las calles sin temor a los carros y continuamos jugando por las calles pequeñas e iluminadas.

 

Estaba tan emocionado por tener un perro, que cuando corríamos, no me di cuenta de que nos acercabamos a la sombra de uno de los edificios más enormes de los alrededores. Me detuve a tiempo, pero mi nueva mascota se adentró de lo más alegre.

 

¡Spencer! quise gritar. El perro se perdió en la oscuridad del suelo sin que yo pudiera evitarlo. Esperé. Sentí mi corazón en la garganta y quise llorar. Fui al otro extremo de la sombra, con la esperanza de que Spencer saliera por ese lado. Miré atento a todas las esquinas, a cada una de las líneas, pendiente por si veía alguna malformación que me dijera que mi perro seguía con vida. Sin embargo, la forma de rectángulo que el edificio hacía sobre el suelo, se mantuvo uniforme. Mi nuevo amigo no salió de él.

 



#9903 en Fantasía
#12978 en Otros
#3894 en Relatos cortos

En el texto hay: romance, humor amor, fantasiaurbana

Editado: 03.12.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.