PUEDE MORIR
Las puertas se abren dejando ver los aposentos de Mehmet. Hay un velo blanco alrededor de su cama. Los médicos llevan máscaras, guantes y protección. Aún no me han dado noticias sobre su estado. Hoy en cuanto me enteré de lo sucedido partí a Bursa sin pensarlo.
-Sultana- hacen reverencia Nermin y Suheyla.
-Suheyla nadie me dice que sucedió con mi hijo, vamos dime.
-Mi sultana el príncipe pasó la noche con una mujer del harem pero... esta murió. En la mañana tuvimos que proceder en los aposentos porque el príncipe no respondía ni daba señales, al entrar la mujer estaba en la cama empapada en sudor y muerta, el príncipe estaba en el suelo, al parecer se levantó en la noche y cayó inconsciente.
-Suheyla...¡Cómo pasa esto!. Esa mujer pudo haber enfermado a nuestro príncipe, si le pasa algo la culpa será tuya por no cuidarlo.
Esta se retira dejándome sola con Nermin quien carga a mi nieto en brazos. Lo tomo abrazándolo hasta que duerme en mi pecho, es tan hermoso, se parece mucho a su padre.
-Mi sultana- el doctor sale retirándose la máscara. -Hay noticias sobre nuestro príncipe, el... al parecer padece de una grave enfermedad, la mujer a su lado también la tenía eso nos da a pensar que ella lo contagió debido a que estaba más grave y murió. En unas horas le daremos un mejor diagnóstico.
No puedo dejarlo solo, es mi hijo, mi pequeño Mehmet, mi principe. Ya perdí a un hijo y fue el dolor más profundo y doloroso del mundo no permitiré que algo así pase nuevamente.
Mukerrem Sultan
Tantos años en esta prisión, tantos años de desespero, tristeza, dolor y miedo. La cárcel más grande no está hecha de enormes paredes o barrotes, es aquella llena de recuerdos y pensamientos. Durante años he estado comiendo las mejores comidas del mundo, pero aquí solo un poco de puré, pan y agua me dan. Cómo tratan a una sultana así, a aquella que solo ha querido luchar por el bienestar de su imperio.
La puerta de la prisión da paso a Hamza Efendi, mi fiel soldado que a pesar de los años no ha dejado de visitarme e informarme de todo lo sucedido. Esta vez regresa para acatar mis planes, esta vez es ojo x ojo. Me vengaré de todos y cada uno de los que me impidan la ascensión del trono de mi favorito.
-Sultana me alegra verla. ¿Qué orden quiere que acate esta vez?.
-Como sabes Mahfiruze y Ayshe están en una gran guerra desde años atrás. Esto nos beneficia, así que procederemos a apoyar a Mahfiruze para que nadie se atraviese en el trono de mi Osman. Quiero que protejas a Osman con tu vida y elimines todo tipo de amenazas, como ya sabes Mehmet pronto no será un problema para mi león.
-¿Quiere que hable con la sultana Mahfiruze?.
-No. Primero lo primero, irás a Manisa, enviarás un ataque a Osman, que sea creíble y que parezca provocado, así Mahfiruze se dará cuenta de que tiene que proteger muy bien a sus príncipes. Luego ahí estarás tú, le brindarás ayuda y confianza.
-Como ordene mi sultana. También quería hablarle de su nieto el sultán como ya sabe está muy enfermo, debemos actuar demasiado rápido con respecto pero la sultana Ayshe siempre está ahí como un escudo.
-De ella también te encargas lo más pronto que puedas, quiero que la secuestren, y le den su merecido, que entienda que con Mukerrem nadie se mete.
Ayshe Sultan
Las horas pasan y el doctor no aparece, mi paciencia se agota , con mi hijo así pueden tomar ventajas nuestros enemigos. Mis ojos comienzan a cerrarse pero el sonido de la puerta se abre, poniéndome alerta. El doctor se acerca, su rostro parece pálido.
-¿Mehmet?
-Yo... Lo siento sultana, no hay cura, en unas horas la enfermedad llegará al corazón. Lo que provocará que deje de latir, no hay remedio.
Caigo inconsciente al suelo, el dolor del pecho se comprime, mis lágrimas brotan solas fuera de mis ojos. Mi pequeño Mehmet, aún no. Juro por allah que haré todo lo necesario por ti, tú no morirás, no lo permitiré.
La luz del sol de Bursa se posa en mi rostro, llevo mis manos a mi cabeza, me duele mucho y no puedo moverme. Los recuerdos llegan a mi cabeza, la noticias del doctor viene a mis recuerdos y mi corazón se comprime nuevamente.
-Sultana por allah, están bien. Se desmayó y tuvimos que traerla de inmediato a sus aposentos, nos asustó mucho.
-Mi...MI hijo Mehmet?- preguntó con la esperanza de que solo sea un sueño las malas noticias.
-Sultana.. No se deje preocupar, debe evitar cualquier problema o tristeza. Está embarazada.- La criada sonríe pero yo no, esa noticia solo ronda en mi cabeza con el miedo de perder otro hijo. Caigo nuevamente inconsciente alejándome de la realidad.
Vuelvo a la realidad horas más tarde gracias al sonido de las aves. Estoy tumbada en mi carruaje, frente a mi yacen Gulfem y otra mujer. Cuando notan que desperté ordenan parar el carruaje, me ayudan a bajar intentando coger aire.
-¿A dónde vamos? ¿Dónde está mi Mehmet? - le pregunto a Gulfem.
-El sultán envió la orden de llevarla a Estambul, usted no despertaba así que no ordeno cargarla en el carruaje y llevarla así.
-¡Quiero volver! ¡Ya!
-No es posible sultana, el sultán dió la orden.
No hago caso a sus palabras, conozco este camino se que puedo volver. Comienzo a correr intentando llegar al palacio. Los aghas, guardias y criadas corren tras de mí. SIn pensarlo acelero mi paso, estoy bien entrada para correr el mundo si hace falta. Corro durante unos minutos adentrándome en el bosque para cortar camino y no dejarme ver. Una cuesta abajo está frente a mis ojos, es la única manera de llegar antes, a lo lejos puedo ver el palacio.
No lo pienso, solo comienzo a bajar la cuesta, volteo a ver si me siguen persiguiendo, pero mi cabeza no da tiempo a voltearse y... ruedo cuesta abajo tropezando con palos y pegándome en la frente con unas rocas.