Capítulo 4

Capítulo 4: Secretos, éxtasis y decepciones.

Aurora se encontraba tranquilamente haciendo la comida mientras pensaba, de alguna forma tenía que contárselo a sus amigas, no iba a dejarlo para el último momento y no esperar que cada una de ellas le corte un cacho de su perfecta piel. Pensativa miro por un hombro a Alvin que estaba sentado en el sillón, siempre con su pelo perfectamente colocado y con un traje que le quedaba de miedo, miedo… eso es lo que sentía ella por lo que sus amigas pudieran decir ¿Qué pasaría si decidieran dejar de serlo? Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta de que la comida se le estaba quemando y Alvin se había levantado para limpiar todo. Como si hubiera pasado una catástrofe se llevó las manos y soltó un pequeño gimoteo.

— ¿Qué ocurre, darling? —ella le observó allí detenido contemplándola y esperando por su respuesta, pero ella solo pudo acercarse a él y abrazarle.

—No se los he contado…

—Siento hacerte elegir entre tus amigas y yo—y él la fundió en un abrazo más profundo. —pero ya sabes que puedes retractarte, quedarte aquí…yo, no sé qué haría si ti cerca pero podría soportarlo si es por ti.

Ella alzó la mirada para observarle y se encontró con una sonrisa. Era increíble como la vida había juntado a dos personas que encajaban tan bien, Aurora a veces fría dejaba de serlo cuando él era tan tierno con ella. Estaba enamorada y no dejaría de estarlo nunca. Tenía claro que quería pasar el resto de su vida con él, ampliar la familia…

—No podría vivir sin ti, aunque tenga miedo, sé que es lo mejor—él sonriendo le agarró la barbilla y deposito un suave beso en sus labios.  No fue un beso sexual, sino tierno y pequeño. Como la mayoría de los que ellos se daban…

—Gracias por lanzarte a la aventura conmigo…te quiero

Y ella no contestó, se disculpó y se fue al baño. Mirándose en el espejo sollozó ¿Por qué a ella? Y ya no estaba pensando en el viaje si no en algo mucho más complicado que eso. Algo entre ella y Alvin. Recordó por un momento el día de su boda y soltó aún más lágrimas.

Isabel gimió contra la almohada, estaba cada vez más cerca de llegar y ambos lo sabían. Las embestidas de Gabriel eran cada vez más fuertes y rápidas. De repente sintió el cosquilleo que le advertía que iba correrse y Gabriel paró.

—Eres malo…eso no se hace—ella se dio la vuelta viendo su sonrisa de suficiencia  y tiró de él para besarle.

—Shh, tengo algo para ti…— le comenzó a besar el cuello con esmero y siguió bajando por en medio de sus pechos rozándolos con sus grandes manos y siguió su camino. Isabel sonrió, ya sabía a donde se dirigía y cuando sintió su lengua sobre ella soltó un suspiró. Él lamió experto sobre su clítoris haciéndole escurrirse sobre la cama y causando que esté tuviera que sujetarla con más fuerza.

— ¿Tanto te gusta?—susurró, ella le sujeto de la cabeza y lo hundió en ella de nuevo.

—Sigue, por favor—pidió y él no tuvo más remedio que continuar.

Comenzó a mover su lengua sobre ella de nuevo, pero esta vez la penetró con dos dedos haciéndole sujetar de nuevo su cabello impidiéndole parar, toda la habitación se llenó de gemidos y suspiros de Isabel que le estaban matando. Sentía que la polla le palpitaba y deseaba querer estar dentro de ella de nuevo. Alzó la vista sin detenerse y observó como ella se mordía el labio tratando de esconder todos esos pequeños grititos que él oía. 

Y de repente ella tembló y gritó su nombre en un arrebato desenfrenado por el orgasmo.

—Eres el mejor…—él le sonrió y se acercó para besarla, a lo que ella correspondió gustosa. —Pero…tú no te has corrido…

Ella observó como él tenía una erección palpitante de la que no lograría deshacerse, y entonces se le ocurrió algo.

—Sé que seguramente sea el morbo pero, ¿podrías tocarte para mí? —él sonrió de lado y asintió. Sabía que igualmente tendría que arreglárselas de la misma manera así que, ¿qué más daba delante de ella?

—Mmm, me encantas así de morbosilla—de nuevo la acercó para besarla y enrollar sus lenguas. —Está bien…—ella hizo unas palmadas insonoras  y se apoyó en el respaldo a observar el espectáculo.