SER

Las personas sentimentales habrían detestado saber la verdad sobre mí, lluvia de esperanza arrebata a cada humano a diario y lo hace ahogarse en ideas maravillosas de como el mundo podría ser un buen lugar, no existen razones para tener la confianza puesta en nadie pero aún con todo siempre la tenemos, Molly era mi cabo suelto, la segunda persona que sabía demasiado sobre mí, tanto que solo junto a mí o lejos de todos estaría yo tranquilo.

Entender la debilidad de los demás es la ventaja más significativa desde tiempos inmemoriales, yo había aprendido a entrar en la mente de los demás fácilmente, Molly aceptó trabajar para mí en nombre de la libertad, pues aunque quería mucho a su padre ella sabía que era un vil dictador, él mantenía una fuerte relación con países de mayor potencia económica y ofrecía nuestro país para sus negocios, así es como cada día nos convertían en propiedad de los extranjeros, aunque esto no me afectaba en lo absoluto, al contrario, me convenía que fuera así, pero las personas somos diferentes y eso cambia nuestros intereses, el dinero nunca me importó, solo hacía uso de el para mi verdadero objetivo, trascender.

Siempre quise ser el héroe de la película, jugar a ser el juez de todos me parecía divertido y qué mejor que hacerlo comenzando con mi país, así fue como tras dejar en libertad a diez criminales muy peligrosos les ofrecí darles un millón de dólares a cada uno por su colaboración conmigo y claro, limpiar su nombre, sin embargo, siempre hay un rebelde, uno de ellos no aceptó y sinceramente sentí pena por él, después de incinerarlo frente a los demás les tuve que explicar que no tenían opción, no lo hice en persona porque nunca he dado mi cara, pero todo bajo mi nombre y supervisión, el dinero te da fieles, sino pregúntale a la mayoría de partidos políticos.

Les dí a cada uno muchas armas, acompañadas de un brazalete que yo configuré, este brazalete iba protegerme a mí de cualquier intento de traición, una descarga eléctrica acabaría con la vida del que osara desafiarme o desistir del plan, en su boca tendrían mascaras electrónicas que les permitiría reproducir sólo mi voz al público, si alguien hablaba sólo podría escucharlo yo, los demás del equipo y Molly, ella tenía total conocimiento de esto y fue así que quedó como la segunda persona a cargo, mientras se desarrollaba una reunión con todos los países que integraban el OEN(Orden Económico de las Naciones)a la que yo asistiría sin que Molly supiera, necesitaba que ella realizara esta fase a la perfección, le dije que no podríamos estar juntos por cuestiones de seguridad y dejé mi sistema a cargo, pasé alrededor de quince noches configurándolo para que evadiera cualquier sospecha, asistí a la reunión, no como el ministro de seguridad de mi país, evitaría cualquier evento donde me tuvieran que ver cara a cara, así que, sin previo aviso Molly estaría distrayendo los medios de comunicación con un gran suseso y yo mientras tanto montaría el infierno para cincuenta países,lo que sería mi primer gran golpe.

Todo estaba pactado, Molly dirigiría a los nueve hombres que recluté a su propia muerte, era básicamente una ejecución donde la víctima halaría del gatillo, pero ni Molly ni ellos sabían, habían secretos que aún no revelaría a nadie, uno de ellos era mi puesto en el estado, así entonces fue como Molly dio luz verde al plan y una mañana de lunes, tras media hora de abrir sus operaciones el banco central fue asaltado por nueve hombres, todo el dinero en efectivo que le iban a transferir al gobierno por el tema de los impuestos fue retirado, posteriormente puesto a las puertas del banco a la vista de todos los que pasaban, cincuenta rehenes atados y sobre ellos una bandera gigante con la frase: ¨Cuando protestas por la libertad lo valioso cambia de perspectiva¨, así con todo el dinero frente a las patrullas que rodeaban y medios de comunicación a la expectativa, prendimos fuego a millones de dólares, ¿entonces no era un robo? era un show que literalmente confundió a todos y cada uno de los que sabían lo que estaba ocurriendo, parecía muy obvio que se trataba de una protesta, había convencido a Molly que nuestros hombres eran nueve jóvenes revolucionarios y que llegaron por voluntad propia, sin embargo olía a un ligero cambio de planes en todo el continente.

Molly no estaba preocupada pues le dije que nadie dispararía a nuestros hombres, yo estaba a cargo de todas las fuerzas policiales del lugar, di orden de no disparar antes que yo lo dijera y así fue, siguiendo con el plan uno de los ladrones portaría una bocina, luego de encender la fogata más cara de la historia, puso la bocina frente a su máscara para que yo pudiera dar mi mensaje, todos estaban atentos a lo que diría, los agentes esperaban mis ordenes y en ese momento la voz de J rompió el silencio con la palabra -¡fuego!- orden que fue acatada por todos los policías y militares presentes quienes abrieron fuego a los nueve hombres, era imposible sobrevivir a el fusilamiento al que habían sido condenados, Molly quedó aterrada pues no lo vio venir, se preguntaba cómo J pudo irrumpir en la señal de las máscaras y me gritaba preguntando qué había pasado, ella no sabía que J y yo éramos la misma persona y que había caído en una trampa.