Se dice que Nueva york es la ciudad que nunca duerme, había movimientos por todos lados, en algún lugar de la ciudad, un tren arribaba a la estación, en él llegaba un joven de 26 años, alto, bien parecido, con los ojos del color del mar y con un plan que sólo él conocía y que bien… podría cambiar el destino de muchas personas, incluso de esta ciudad, mucha gente pasaba a su lado sin imaginar lo que estaba a punto de pasar.
Emma se encontraba parada disfrutando una buena taza de té, ya han pasado algunos días desde su llegada a la ciudad y el reencuentro con su familia.
De repente se escuchó un gran estruendo, había explotado una bomba en el hotel, donde el pánico se hacía notar, se hicieron llegar bomberos, policías y ambulancias que se amotinaban a los alrededores del gran hotel, se buscaban los sobrevivientes del atentado.
La noticia no se hizo esperar, todos los medios de comunicación daban la noticia de aquél terrible acontecimiento, al enterarse, Carlos recibió varias llamadas de su familia para que pudiera investigar el paradero de Emma.
Al llegar al lugar, Carlos buscó algún indicio sobre su hermana, a lo lejos vio a su amigo Robert con una mujer en brazos, de inmediato se acercó a ellos, las facciones de Carlos cambiaron al ver que la mujer era Emma.
-Emma -susurró Carlos.
-Carlos- Respondió Emma y se desmayó.
De inmediato paramédicos se acercaron a Emma, ella poco a poco recuperó la consciencia, sufrió heridas leves, pero se encontraba estable.
-Emma, ¿estás bien? Decía Carlos con desesperación
-Si, Carlos estoy bien, si no fuera por Robert, no sé qué hubiera pasado.
Carlos de inmediato volteó a ver a Robert.
-Un placer volverte a ver Emma, espero que nuestro futuro encuentro sea en otras circunstancias
-Lo mismo digo, no tengo lugar dónde quedarme. Puff...
-Puedes ir a mi departamento, pero antes tienes que visitar a tus padres, seguro están preocupados- dijo Robert
-No, me parece que lo más adecuado es que vaya a casa de nuestros padres, allí estará más segura y tendrá todas las comodidades- dijo Carlos.
Emma se limitó a sonreír y Robert a encoger los hombros -Como quieran- expresó.
Llegó el paramédico y les dijo que ya podían retirarse, se levantaron y se dirigieron al auto, Emma pensó “Todo está resultando de acuerdo al plan” mientras soltaba una sonrisa.
-¿Por qué sonríes?- preguntó Robert.
- Por nada, sólo estoy feliz de estar bien- mientras se recargaba en su hombro.
Una vez que llegaron a casa la puerta se abrió estrepitosamente, sus padres salieron corriendo a abrazarla
-Emma, ¡Qué bueno que estás bien!
-¡Pensé que te perdería de nuevo, estaba muy preocupada por ti!- dijo su madre mientras lloraba y la abrazaba.
-Lo sé, si no hubiera sido por Robert, no sé qué hubiera pasado.
-Robert, estamos en deuda contigo.
Mientras tanto James se encontraba atendiendo los negocios, en las noticias se veían imágenes del hotel en ruinas y las pocas posibilidades de que hubieran sobrevivientes…
-Emma se encontraba en ese hotel, ¿Estará bien?, Necesito contactarla y obtener alguna información.
Llamó una, dos, tres veces a su celular y no obtuvo respuesta, de inmediato se puso de pie, reunió a 6 de sus hombres y emprendieron la búsqueda, llegaron al hotel y no encontraron rastro alguno de Emma -Si es que está viva, sólo hay un lugar en el que puede estar.
……………………………
-Vamos a cenar, siéntense todos, Danielle, baja.
- Ya voy mamá, supongo que Emma se sentará a lado de su salvador y Carlos a lado tuyo, así que yo me sentaré por aquí.
Una vez sentados todos en la mesa se escuchó que sonó el timbre.
-¿Quién podrá ser?, ¿Esperan visitas?
-Bueno fuera que alguien viniera a visitarme.
-Danielle, déjate de ironías, este es un momento familiar, Carmen, abre la puerta por favor.
En eso un joven entró al comedor
-Jam…
-Mik…
- Espera, ¿Qué?, ¿Cómo es que lo conoces?- Dijo Danielle molesta.
-¿Cómo es que tú lo conoces?- Dijo Emma.
-Hola Danielle, Emma, estaba muy preocupado por ti, me alegra saber que estás bien.
-Si estoy bien, sólo fue un susto, pero aquí a lado está mi salvador- Emma mira a Robert
-Pero pasa a comer - dice la mamá de Emma
-No lo sé no quiero importunar- dice rascándose un poco la cabeza.
- si, vamos, siéntate- dice Emma
La cena transcurrió con normalidad, no obstante las miradas que James y Emma tenían dejaban mucho que desear.
-Bueno, fue un gusto pasar esta velada con ustedes, pero me tengo que retirar- dijo James
-Te acompaño a la salida- dijo Danielle
-No es necesario
- Vamos, yo te acompaño- acto seguido Emma se levantó de su asiento y acompañó a James a la salida
-¿Cómo que Mike?
- Larga historia Emma, larga historia, pero me alegro que estés bien, me preocupé cuando vi lo de la explosión en las noticias
-Espera, ¿Acaso no fuiste tú?, Pensé que era un plan para acercarme más a la familia
-No, Emma
-¿CÓMO?
-Tenemos que averiguar, quién fue.
-Concuerdo, pero por el momento hay que usarlo a nuestra conveniencia.
-¿Te vienes conmigo?
- No James, sería extraño, veré en dónde me hospedo.
-Bueno, nos vemos.
Emma regresó al comedor en dónde se encontraba su familia, desconcertada, un pensamiento inundaba su mente “si no había sido su hermano ¿Entonces quién fue el que hizo explotar el edificio?”
Un sonido de celular la hizo escapar de sus pensamientos.
Robert contestó la llamada.
-Disculpen, el trabajo llama, me tengo que retirar
-Que raro, no me han llamado- dijo Carlos
En eso empieza a sonar el teléfono de Carlos, este al finalizar la llamada le dice a Robert que se vayan.
Ambos estaban dispuestos a salir
-¿Me van a dejar aquí?
-No te preocupes hija, puedes quedarte con nosotros el tiempo que necesites- dijo la madre