―Aléjate de mí, ser repugnante― exclamé teatralmente mientras me alejo señalándola
― ¡Nunca! muajaja―dijo Mofi corriendo hacia mí con su vestidito de reina sapo. Ni me pregunten como es que se le ocurrió a mi madre comprarle semejante disfraz horrendo, le insistí que no se lo pondría, pero apenas la niña lo vio fue amor a primera vista, y lleva tres días sin querérselo quitar. El mismo consta de un vestido morado de escamas estilo bailarina con mangas verdes terminado en guantes del mismo color y medias pantis verdes, luego en la cabeza lleva una capucha verde y orejitas de sapo con una corona ladeada de color dorada, y por supuesto no puede faltar su cetro del «mal» el cual convierte en renacuajos a las personas malas.
―Mofi, descansemos un rato ¿sí? ―dije poniéndome a su altura y dándole un suspiro de lamento para convencerla, eso siempre funciona con ella ya que les tiene debilidad a las caras tristes. Hizo un mohín con su boca.
―Está bien mami―exclamó con pesar y me dio un beso en la mejilla―pero mañana jugamos un ratico más―alegó imperiosamente. Esa pequeña niña de cinco años tiene más carácter que tamaño. En eso se parece a mí, en realidad ella es una mini yo con su cabello negro liso hasta la cintura, su tez pálida, ojos aguamarina y carácter de los mil demonios, pero dulce si no la provocas.
La verdad es que el inútil de su progenitor no le dio ninguna de sus cualidades, y le doy gracias a Megana todos los días porque la sangre de los Mega sea imponente a comparación con la de los humanos y que por ello Mofi sea una Naga y no una humana simplona.
Megana era una diosa con poderes sobre-naturales que decidió dotar a una pequeña cantidad de humanos con parte de su poder, lo que la llevó a crear a los Melia, seres con poderes de ayuda que van desde poder curativo hasta alteraciones biológicas; luego de un tiempo se dio cuenta de que le faltaba complementos entonces creó dos razas más: Los Naga, los cuales tienen poderes de la naturaleza y crean portales, y los Mega quienes pueden desde mover objetos hasta tele-portación y una gran variedad de trucos mágicos, a los cuales se les considera los brujos más fuertes por debajo de los Maléfis, quienes son los maestros de las razas y tienen el máximo poder.
―Mañana tienes clases de levitación Mofelia, debes concentrarte en tus deberes para que puedas iniciar este año en el Sindclaw ―escuché de pronto que exclamó mi padre, siempre se aparece de repente y me saca sustos de muerte.
El Sindclaw es un prestigioso colegio de magia que queda en Airelav, la capital del mundo mágico, solo los mejores Megas y Nagas entran allí, después de hacer una gran prueba en donde ven si tienes lo necesario. Toda mi familia, incluyéndome, hemos estudiado en ese colegio y si Mofi no logra entrar mi padre se pondrá como loco; por lo cual desde que la niña comenzó a caminar ha estado en clases particulares constantes para poder dominar bien sus poderes.
―Sí, abuelo
―A la cama nena, mañana tienes mucho que aprender―le doy un beso y camino junto a ella hacia su habitación.
― ¿Me cantas, mami? ―dice bostezando mientras se acuesta en su camita con sabanas de estrellas brillantes.
―Por su puesto mi amor ―digo y comienzo a cantarle su canción favorita…
―Kylie, debes ser más estricta con ella, sabes que de esta prueba depende vuestra vuelta a Edlitam―termino de cerrar la puerta del cuarto de Mofi y me volteo para enfrentar a mi padre.
―Soy consciente de ello, pero también sé que solo es una niña y no quiero presionarla―digo viéndolo a los ojos―ella ha mejorado bastante, considero que unos minutos de juego no le harán mal―alegué seriamente cruzando los brazos sobre mi pecho. Odio que mi padre me diga como criar a mi hija, desde lo que sucedió hace seis años no me toma tan en serio como antes.
Pasé por su lado y me encerré en mi habitación. Vivir con los humanos no ha sido tan malo, pero para nada se puede comparar con Edlitam. Edlitam es un mundo de ensueño, yo suelo decir que se me parece al mundo de aquella película humana llamada “Alicia en el país de las maravillas” quitándole un poco lo tétrico y haciéndolo mucho más moderno.
El mundo creado por Megana es color por doquier, cada una de las siete ciudades, contando la capital, tienen un color característico; Airelav, la capital del mundo-donde nací y me crié-tiene como principal color el azul navy― el cual también es el color de Edlitam―por lo cual se puede apreciar en casi todas partes, sus calles son de adoquines azules haciéndote sentir que caminas por el mar y el imponente reino es de un blanco cegador con ventanas azules navy y un gran jardín con flores y arboles azules. En el día de Edlitam todas las razas vestimos el color haciéndole honor al mundo.
Dicho día es dentro de un mes, en el cual también será la prueba de iniciación de Mofi, si ella no logra probar que es una Nagu fuerte entonces no podremos volver a vivir en Edlitam. Las personas―como yo―que le han sido infieles a su raza―ya que no podemos mezclarnos con humanos―se consideran traidores, pero el ser una mega―aparte de ser una persona de importancia en Edlitam― por ser una raza de gran poder, lo traidores solo son desterrados temporalmente hasta ver que el niño en cuestión ha adquirido los poderes correctamente, pues en ocasiones solo obtienen diez porciento de este haciendo que sean débiles en comparación con los de sangre pura.