Tengamos una cita. -[Cap.27]

Rodé los ojos al encontrarme con Marlon justo después de salir de mi casa. Planeaba cerrarle la puerta pero se interpuso impidiendo que logrará mi objetivo. No tenía idea de que estaba haciendo aquí, y si quería venir a hacerme propuestas indecentes como lo que le dijo a la oji verde yo estaba bien decidida a mandarlo al infierno.

—¿Que quieres Marlon?.

—Solo charlar un poco...-

Solté una leve carcajada.

—No hay nada de lo que tú y yo debamos hablar. Deja de perder el fucking tiempo y vete de aquí, no quiero verte.

—Estás siendo muy dura, sabes.

Entorne los ojos mirándolo con total despreció, maldito cínico, patán.

—Largate Marlon, no voy a hablar contigo ¿Ya?.

Tragó saliva y luego peino su cabello con una de sus manos. Su aspecto no era el mejor, no me alegraba y sin en cambió si creía que se lo tenía bien merecido. Me cuesta trabajo creer que pude estar enamorada de alguien así durante tanto tiempo.

—¡Las quiero a las dos! ¿Está bien?. Ambas son parte esencial en mi vida, las amo a las dos...-

—Estas muy loco Marlon. Yo ya no te amo y dudo mucho que Nelly si lo haga, dejanos en paz.

—¿Quieres decir que de ella si estás enamorada?.

Suspiré  un poco fastidiada de la situación, desearía poder viajar en el tiempo y volver al día de nuestra primera cita para no ir.

—Si, si me enamore de ella pero eso es cosa que a ti no te importa, y si no quieres que pierda la paciencia desaparece...

—¿Que hay de mí?.

—Ya te lo dije, deje de amarte en el momento que Nelly apareció pero como eres un hijo de puta mentiroso llegaste tú solo a echarlo todo a perder. Te detesto Marlon, y no creí poder decirlo después de haberte amado durante tanto tiempo.

El intentó sujetar mis manos pero su movimiento se quedó en el aire.

—Entonces volvamos a ser solo tu y yo. Nos merecemos una oportunidad.

—Yo solo quiero que desaparezcas y que seas feliz, ya no quiero nada contigo. Ya deja de interponerte en mi camino, vete y no vuelvas.

Cerré la puerta de mi casa y le pase por un lado sin si quiera mirarlo, si lo hubiera mandado al infierno desde el comienzo quizá me habría evitado tanto dolor pero supongo que era inevitable pasar por ello. 
El se quedó allí parado mirándome a lo lejos, ya no había retroceso deseaba tanto dejarlo en el pasado y enfocarme en el presente que aunque no me ofrece nada, me gusta creer que me tiene preparadas algunas sorpresas.

••••

Por alguna extraña razón me sentí un tanto inquieta en cuanto atravesé la puerta de la cafetería debido a que repentinamente me sentí observada. Había tomado la decisión de darme un tiempo para mí, necesitaba cicatrizar mis heridas y para ello me creía que lo más conveniente era despejarme a solas. Regularmente me veía con Sasha pero hace unos días me avisó que saldría de viaje por unos días con sus padres por lo que mi única compañía por ahora era yo.

Termine de hacer mi pedido y luego miré en todos los rincones de la cafetería. Sacudí la cabeza un par de veces y saque mi móvil, probablemente estaba siendo un poco exagerada. Me desconcerte un poco cuando alguien decidió que sentarse frente a mí en mi mesa sería una excelente idea.

—Vaya, no creí encontrarte aquí...

Aquella sonrisa burlona y esa mirada que aparentaba ser seductora me observaba a detalle. Seguramente debe estarse burlando por la manera en que salí de su departamento hace mucho tiempo, cuando recién planeaba vengarme de Marlon y buscaba al candidato perfecto.

—Daniel...-

El asintió mientras tomaba el popote de su bebida y lo llevaba hacía sus labios.

—Que honor volver a verte.

Me ví obligada a forzar una sonrisa mientras golpeaba la mesa con la llema de mis dedos.

—Si, ah ¿Cómo estás?.

—Bien, para serte sincero creí que me llamarías luego de aquella noche que...- bueno ya sabes.

Sonreí un tanto ruborizada de que hiciera mención a nuestro pasado encuentro. Mire en todas direcciones deseando que el mesero llegará con mi pedido y poder retirarme.

—He estado un tanto ocupada, sabes. Además luego de aquél encuentro me dí cuenta de que fui llevada por mis impulsos y que cometí un error.

El soltó una carcajada divertido. ¿Que te causa tanta gracia imbécil?.

—Pero la pasamos bien, ¿O no?.

Frunci el ceño y lo mire mal por su repentina altanería. ¿Quién se cree este tipo?.

—Te propongo algo. Tengamos una cita más tarde. ¿Te parece?.

—Bueno en realidad...-

—¡Maravilloso!, Te veo a las 9:00 pm
en el bar donde nos conocimos.

—Pero yo no dije que aceptaba.

Aclaré lo obvio ya qué al parecer Daniel era el único que no lo había comprendido.

—¡Oh vamos, será divertido!.

—No voy a acostarme contigo de nuevo.— aclaré para frenar sus malas intenciones.

Elevó ambas manos en forma de rendición y sonrió de lado.

—Esta bien, sin nada sexual. Solo bebemos un par de tragos.

Sonrió una última vez y se levantó de la silla para caminar hacía la puerta y antes de atravesarla se giró una última vez en mi dirección para decir:

—Te espero.

••••

Frote mi nuca con inpaciencia pensándome una y mil veces si lo correcto era entrar a aquél bar en dónde me cito Daniel. De todas formas ya iba  media hora tarde, probablemente para ese punto ya se habría enrollado con alguien al notar mi ausencia. Tengo que admitir que el principal motivo de que aceptará venir se debía a qué mi abuela me regaló un abrigo de color gris oscuro y me moría de ganas de ponermelo. 
Entre a aquél bar no muy convencida y comencé a buscar a Daniel con la mirada. Estaba por darme por vencida hasta que logré verlo en una mesa alejada de la pista de baile coqueteando con una mesera.

Cuando ambos notaron mi presencia la chica se marchó dejándonos solos. El se levantó de su silla y me tomo ambas manos mientras me miraba de arriba a abajo de manera respetuosa hasta cierto punto. Tomó mi mano derecha y me dió una vuelta.