Este es la historia de una joven y alegre Sirena que vivía en un enorme palacio, su nombre, Aqua, princesa de todos los océanos, amada y adorada cómo una diosa por su pueblo.
Aqua tenía un sueño, soñaba con visitar el mundo terrestre, aquel donde los humanos caminan y no nadan, había oído grandes leyendas de ese mundo; los relatos de nuestros dioses, las historias de guerras y conquistas entre reinos. Aqua se imaginaba un maravilloso mundo, igual que tú, cuando lees una historia épica de fantasía. la alegre Sirena no sabía lo desafortunado que podía llegar a ser nuestro mundo.
Su padre, hijo del Dios Poseidón, primer rey de los Océanos, aquel que tú conoces cómo, rey Tritón.
Le tenía prohibido visitar el mundo terrestre, decía que era un lugar muy peligroso, que allí moriría salvajemente por los humanos que caminan.
Aqua le dijo: - No padre, nosotros también somos humanos, igual que ellos, me trataran cómo una igual -.
Su padre le decía que ellos jamás serian como los humanos de las profundidades, lo que son ellos, le enfurecía escuchar o imaginar que existiese una sola similitud con especie.
Aqua le dijo: - Padre, no necesito que me des tu permiso, dentro de poco seré la reina de los Océanos, entonces podré decidir que quiero hacer -.
En el mundo subacuático, el trono lo heredera aquel o aquella que antes llegue a la edad adulta, fue una ley creada por el dios Poseidón para así darle descanso y vida a su hijo, aquel que vivió solo para cuidar y vigilar el mundo oceánico. La labor del rey de los océanos era exclusivamente hacer que las leyes de Poseidón se cumplieran, quien incumpliese una de sus leyes sería castigado con la muerte o el destierro, lo típico.
El rey Tritón le contó esa misma historia a su hija Aqua, muchas veces, Aqua estaba desconforme con las leyes de su abuelo, ella precisamente ansiaba el trono para luchar y cambiar dicha ley, creía en el libre albedrío, ella soñaba con un mundo en el cada uno eligiese cómo vivir y donde, mientras no dañes a otro ser.
El rey Tritón le dijo: - Hija, ya sabes que el trono solo es para aquel que haga cumplir las leyes de mi padre, no puedes usarlo cómo te plazca -.
Aqua le dijo: - No te preocupes padre, haré cumplir todas las leyes -, dicho eso, Aqua se marchó del salón del rey.
Pasaron los años, Aqua había adquirido el Trono, ya era reina de los océanos, por fin tenía decisión propia, ya era libre de los consejos de su padre, ya podía subir al mundo terrestre. Pero claro, era consciente de que aquel mundo no era su habita, su organismo necesitaba una constante hidratación, si se secaba, moriría...Pero lo más importantes era que necesitaba deshacerse de su hermosa y purpura cola de pez, para así poder caminar por la tierra, al fin y al cabo, para evitar la sequía solo necesitaba estar cerca del mar. En el mar, en una oscura zona vivía la hermana pequeña de Tritón, una hermosa pero malvada Sirena que le daría lo que ella anhelaba, unas piernas. Aqua decidió visitar a la bruja del mar, la oscura Sirena vivía en un cementerio que ella misma había construido con los cuerpos de sus víctimas, era un lugar conectado entre el mundo de los vivos y el de los muertos, un lugar lleno del lamento de aquellos que cayeron al querer desafiar a la Sirena oscura. Cuando Aqua partió hacia aquel cementerio, muchos intentaron evitar que ella fuera, incluyendo su padre, pero fue inútil, la joven Sirena era muy tozuda, si quería hacer algo, lo conseguía sin importarle nada más. Mientras nadaba por aquel cementerio, se percató de que no iba sola, aunque pareciese que sí, varias almas de humanos marinos la seguían, Aqua sabía de la existencia de esas almas, sabía exactamente la intención de ellas y era atrapar a todo aquel que siguiese vivo para hacerle sentir todo el sufrimiento que ellos estaban sintiendo, un sufrimiento que duraría eternamente. la joven Sirena sabía exactamente que no podían hacerle nada, eran seres incorpóreos, no podían herirla, pero el miedo de aquel lugar no era por ser herido o muerto, el simple hecho de escuchar sus lamentosas voces ya el temor entraba en tu cuerpo y peor aún, era verlos nadar por un campo de cadáveres.
Aqua, después de haber pasado por aquel terrorífico lugar, llegó a la casa de la Sirena oscura, la bruja del mar, su tía, Calavril, cuya reina de los yacidos, la estaba esperando pacientemente.
Aqua llegó aquella casa, justo al llegar aquel lugar ya percibió la oscuridad en su ambiente, se acercó a la puerta y cuando se dispuso a llamar, la puerta se abrió por si sola, entonces una voz le dijo.
- Mi pequeña sobrina eres tan hermosa, que feliz me hace tu visita -.
A escuchar aquella voz Aqua comenzó a sentir temor, la sola voz oscura que salía de aquella casa era aterrorizante, llena malas intenciones, cuyas intenciones Aqua, todavía desconocía.
Aqua: - Tía Calavril, vengo a pedirte ayuda...necesito uno de tus hechizos -.
En aquel momento Calavril apareció frente a la joven Sirena, mostrando una macabra sonrisa. cruzó sus alargados y pálidos dedos y dijo.
- Por supuesto, soy tu tía, pero ante todo tu súbdita mi querida reina, dime ¿Qué puedo hacer por ti? -
Aqua le confesó su mayor deseo, su sueño de visitar el mundo terrestre, entonces fue cuando le pidió si podía darle unas piernas para subir a la superficie y así poder caminar sobre la tierra. Calavril comenzó a reír a carcajadas, una risa que mostraba perturbación y horror, entonces le dijo.
- Mi querida sobrina, eso hago, para eso vivo, deberías habérmelo pedido antes...normalmente cobro estos favores, pero para mostrar el amor que siento por ti...lo haré gratis -.
Aqua mostró una enorme felicidad al saber que su tía le daría lo más ansiaba, la oportunidad de conocer el mundo terrestre, Calavril la invitó a entrar a una oscura habitación, un sitio que parecía más bien un laboratorio macabro, en dicho lugar había unas estanterías llenas de frascos con miembros de humanos marinos, también había todo tipo de brebajes, pociones que fabricaba con los cuerpos de sus víctimas y justo en el centro, un enorme caldero, pero no usaría el caldero para fabricar ninguna opción, no le hacía falta porque ya sabía que su sobrina tarde o temprano la visitaría pidiéndole ser una humana terrestre, por ello, tenía la poción ya fabricada, una compleja poción que usó como ingrediente un humano terrestre y su alma.
Aqua inocentemente bebió de dicha poción, entonces comenzó a sentir un fuerte ardor en su garganta, parecía estuviese ardiendo por dentro, no...no se quedó muda, pero si desarrolló pulmones terrestres, si no subía rápido a la superficie...moriría ahogada....Aqua comenzó a subir rápidamente por una chimenea que había encima del caldero, para evitar su muerte, mientras subía podía escuchar la macabra risa de su tía, la oscura Sirena.
La joven reina de los océanos había conseguido su mayor deseo, había conseguido salir del mar para así visitar el mundo terrestre...Lo que no sabía era que su vida en la tierra iba a ser una vida llena de lamento y dolor, un sufrimiento que le romperá la mente.
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Editado: 08.01.2021