Aqua, nuestra joven Sirena estaba muy feliz, se había enterado por la servidumbre del castillo que, el príncipe Christian iba anunciar su compromiso. Un noviazgo que vivía el joven muy felizmente con una bella y misteriosa Dama. Aqua no podía creer en aquellas palabras, hasta ahora había pensado que él príncipe seguiría guardando en secreto su relaciona con ella, estaba eufórica, pero no podía mostrar su felicidad hasta llegado el momento, no quería buscar problemas, decidió esperar hasta el anuncio oficial del príncipe, donde ella caminará a su lado y se presentara oficialmente como la Dama prometida.
Llegó el día de la presentación, el Rey padre de Christian, había organizado un baile para presentar oficialmente a la que será su futura yerna. Aqua estaba muy feliz y nerviosa, pero a la vez se sentía apenada porque, no tenía un vestido apropiado para lo que sería su presentación ante el pueblo, ¿Qué hago? se preguntaba con preocupación, entonces recordó los ahorros que tenía por trabajar en el castillo, fue a contar cuánto dinero tenía, pero no era suficiente para un gran que destaque sobre los demás, pero si suficiente para un hermoso vestido, cómo se suele decir "la elegancia no es la ropa sino como te quede puesta". Cuando llegó a la tienda vio en el escaparate un hermoso vestido de color rosa, con decoraciones blancas en las mangas y dentro de la falda, lo vio y dijo.
- Si, este me gusta, es hermoso -, entró en la tienda y compró ese mismo vestido.
Había llegado la hora de la gran fiesta de presentación, Aqua rebosaba felicidad, su sonrisa era radiante, llevaba puesto el mismo vestido que compró en la tienda, era la doncella que más destacaba entre la población, la que se llevaba todas las miradas. Se acercó al príncipe Christian, pero él le hizo un pequeño gesto de desprecio, ella pensó.
- Seguro que me presentará más tarde -.
Habían pasado unas dos horas desde que el baile comenzó, Aqua estaba sentada sola, en el patio del castillo, viendo cómo todos bailaban, esperando que su príncipe la viniese a buscar para la presentación, pero su amado príncipe, nunca llegó a buscarla...En su lugar presentó a otra persona cómo su futura esposa, una princesa que venía de un reino invernal, su nombre, Telsa. Aqua no sabía cómo reaccionar en ese momento, aquello destrozó su alma y su corazón, comenzó a llorar desesperadamente, sus lágrimas eran trozos de su amor roto...Comenzó a correr hasta la playa, se sentó en la orilla a llorar mientras veía las olas chocar contra las rocas. mientras miraba el mar dijo.
-Abuelo ¿Qué hice mal? ¿Es tu castigo por abandonar el trono? ¿O fui yo quien se ilusionó por un sentimiento fantasma? preguntaba con lamento.
En ese entonces, del mar emergieron tres figuras, eran Sirenas que venían de su reino, aunque Aqua no las conocía, jamás las había visto, las tres Sirenas se acercaron a la triste Sirena, ella les preguntó quiénes eran y que hacían aquí, una de ellas le dijo.
- Nuestros nombres son Triss, Marina y Ariel, hemos venido ayudarte, supimos de tu desdicha -...
Entonces le mostró un puñal y le dijo: - Clava este puñal en el corazón del príncipe, sana tu herida, calma tu tristeza y regresa al mar -.
Aqua le dijo que no podía hacer algo así, jamás podría matar a quien ella ama.
Entonces Ariel le dijo: ¿Le amas? él a ti no, te utilizó a su conveniencia, jugó con tus sentimientos, te llenó la cabeza de un futuro radiante...un futuro que nunca llegará -.
Marina le dijo: Tienes que regresar al mar, tu tía Cadavril te arrebató el trono...matando a tu padre, majestad, lo has perdido todo por culpa de tu capricho, debes recuperarlo -.
Triss le dijo: Acaba con la vida de quien te traicionó, sana tu corazón y recupera tu trono, los océanos te necesita, muchos de nosotros hemos muerto por defender tu sitio, no, nos defraudes -.
En ese momento las tres hermanas Sirenas se sumergieron en el mar, alejándose de la playa...Aqua estaba destrozada, primero le traicionan el corazón, luego le arrebatan el trono y por último...acaban con la vida de su padre, no podía evitar echarse la culpa, nada habría pasado si no se hubiese encaprichado con el mundo terrestre, si no...se hubiese enamorado. Mientras pensaba en todo lo que estaba ocurriendo, agarró el puñal con fuerzas, lo observó detenidamente, sus ojos reflejaban tristeza, pero, sobre todo, refregaban ira. la ira es un sentimiento que nos empuja hacer cosas que luego, nos arrepentimos, la ira puede llevarte desde romper un plato...hasta acabar con la vida de una persona. Después de esta fatídica noche para Aqua, la triste Sirena seguiría viviendo en el castillo, permaneció al lado del príncipe durante tres días, esos días bastaron para pensar con claridad, decidir si el príncipe la amaba a ella o de lo contrario a la princesa Telsa.
Durante esos tres días Aqua lo pasó muy mal en el castillo, la joven Sirena intentaba permanecer al lado del príncipe Christian, pero él la despreciaba, una de las veces el príncipe le dijo.
- No Aqua, no podemos estar juntos, mi corazón pertenece a otra, no a ti …¿De verdad creíste que un príncipe cómo yo se casaría con sirvienta desdichada cómo tu?...idiota - le dijo con desprecio.
Aqua sintió cada palabra cómo si le clavaran un puñal, en ese instante apareció Telsa, se acercó a la joven Sirena y dijo.
- ¿Esta es la muerta de hambre con la que te divertías en mi ausencia amor? - Telsa miró a la Sirena con una expresión de grandeza y le dijo.
- Si querida, lo sé todo, mi amado solo te usaba para desahogar sus necesidades mientras yo estaba fuera -, acercó su rostro al de Aqua y le dijo. - En este castillo sobras, "tus servicios" ya no son necesarios - con una pequeña carcajada.
En ese momento Aqua sacó el puñal que tenía escondido detrás y le rebanó el cuello a la princesa, la sangre comenzó a salir a borbotones, manchando el rostro del príncipe y el de ella... Christian estaba en estado de Shock, ni si quiera el estar impregnado con la sangre de su prometida, le hizo reaccionar...aquello que vio fue tan inesperado...cómo macabro. Aqua miró al príncipe con una fría mirada, entonces salió huyendo de la habitación en la que se encontraban, corrió hasta la playa hasta que encontró una cueva, en la que permanecería escondida.
Pasaron varios días, Aqua estaba en búsqueda y captura, si la guardia del castillo la encontrase, tenían orden de ejecutarla. Pero Aqua podía ser muy silenciosa, igual que lo es un pez en el agua…Una noche, se coló en el castillo escalando su enorme muro, una vez atravesado el muro, corrió por el gran jardín ocultándose entre los arbustos y árboles que allí había, aprovechando la oscuridad para que nadie se percatase de su presencia. Se acercó a un panteón que había en el castillo, comenzó a recorrer las tumbas de los antiguos reyes de Atlan, hasta llegar a una fachada del castillo donde sabía que podía entrar, sin que nadie la viese, provechando una puerta que no estaba vigilada, una entrada secreta y subterránea que había en caso de guerra, para que el rey y su familia pudiesen escapar.
Una vez dentro del castillo, se dirigió a la habitación del príncipe Christian, evitando ser vista por la guardia y el resto de la servidumbre, cuando entró en la habitación quedó mirándolo desde la puerta, observando cómo dormía el joven, aquella imagen pareciese un cuadro, la luz de la luna entraba por la ventana, alumbrando la cama del príncipe, Aqua no podía dejar de pensar en lo hermoso que le veía, en lo hermoso que sería si ella estuviese en esa misma cama con él, los dos abrazados mientras dormían. La joven Sirena se acercó a la cama del príncipe, sujetando el puñal que las tres hermanas le dieron, el mismo que utilizó para rebanarle el cuello a Telsa...él mismo que utilizaría para apuñalar el corazón del príncipe.
Se cercó a la cama del príncipe, sujetó el puñal con ambas manos y lo alzó, cuando fue a clavárselo su cuerpo se paralizó, Aqua comenzó a observar detenidamente al joven príncipe mientras dormía, de sus ojos brotaron unas tristes y amargas lágrimas...Ahora tenía una lucha interna, si perdonarlo o no, su mente le decía que lo matase, que no merecía vivir por lo que le había hecho, pero su cuerpo no podía reaccionar, era cómo si no obedeciese a las órdenes de Aqua, lo único en lo que su cuerpo obedeció fue para darle un beso en los labios del príncipe, mientras dormía.
En ese momento que el príncipe despierta y la ve, observó asustado a la joven Sirena con sus brazos alzados sujetando el puñal, la observó llorar por lo que le había hecho, pero poco le importó. Christian fue a dar un grito para avisar a la guardia de que la la joven se encontraba en su habitación, pero no le dio tiempo, Aqua le había clavado el puñal en su garganta. Del cuello comenzó a salpicar su sangre manchando el rostro de la Sirena, entonces Christian con una mano se sujetó la herida y con la otra empujó a la chica al suelo, salió de la cama lo más rápido que pudo corriendo hasta la puerta para dar aviso de lo que estaba ocurriendo, pero justo cuando iba abrir la puerta, Aqua le apuñaló por su espalda. El príncipe cayó al suelo, Aqua lo volteó y comenzó apuñalarlo en su pecho salvajemente, cada puñalada mostraba todo el amor y la ira que sentía por él, Christian jamás se imaginó morir por la misma persona que una vez, le salvó la vida.
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Editado: 08.01.2021