La Tristeza del Diablo

Capítulo 7

Desahogo

 

Unas horas más tarde me encontraba aun eligiendo que ponerme, sé que no era mayor cosa, pero, sé que el deseo interno de verlo y dar esa buena impresión que estoy bien, mucho mejor que antes me hacía cuestionarme en lo que me pondría.

En eso mi hermana entra a mi cuarto…

—Oye, él llego…—No termino de decir la frase cuando me miro de pies a cabeza—, ¡Aun no estas lista!

—No sé qué ponerme…

—¿Tanto así te pone de nerviosa?

—No…

—¿No? Mira, estas paralizada.

—Bueno…—No podía negar que, si tenía algo de razón, pero no quería aceptarlo.

—Deja le digo te espere en la sala y vengo a ayudarte.

—Gracias…

Se dirige entonces donde él, lo hace pasar y esperar en la sala luego vuelve conmigo.

—Haber, por donde empezamos —menciono mientras miraba hacia el armario.

Comenzó a tomar prendas y mirarlas, me miraba y volvía a mi ropa, balbuceando cosas que no entendía del todo; luego de un par de minutos creo un conjunto y me lo dio.

—Esto te ayudara, ahora muévete o demostraras más de lo que no quieres.

Tome la ropa que había elegido, las mire… no podía creer lo fácil que había sido para ella elegir un conjunto con todo lo que necesitaba en ese momento.

—Bueno, mi trabajo aquí termina, le hare conversación para no dejarlo solo tanto tiempo, muévete.

—Gracias —de verdad estaba muy agradecida.

Sale de mi habitación y me comienzo a vestir lo más pronto posible, mientras mi cabeza estaba bombardeada de muchos pensamientos, recuerdos, sentimientos se afloraban, me sentía de muchas formas y no sabía hasta qué punto podría aguantar tanto.

No tarde mucho en estar lista, tome un respiro profundo y salí, camine lento con algo de temor mientras más escuchaba la voz de él… en poco estaba frente a ellos, el volteo a verme, sentí como su mirada me intimido inmediatamente y su sonrisa pícara no tardó en llegar… mis piernas dejaron de responderme en aquel pequeño instante, se colocó de pie y se acercó a mi sin quitarme la mirada, cada vez más nerviosa me sentía, ahora era todo mi cuerpo quien no me respondía, se acercó lentamente a mi rostro, o bueno, para mi percepción todo estaba pasando más lento de lo normal porque mi respiración estaba agitada, me dio un beso en la mejilla seguido de:

—Estas preciosa Eleanor— susurro en mi odio.

Si… deje de ser yo en esos segundos.

Sonreí nerviosa, él sonrió conmigo de esa forma tan peculiar como si fuera consciente del poder que tenía en ese momento sobre mí.

— ¿Cómo estás? —pregunto aun con esa sonrisa y me hacía sentir mil cosas.

—Bien… y ¿tú? —Devia cambiar mis emociones pronto.

—Ahora estoy mucho mejor —su mirada estaba aún más penetrante.

Todo esto estaba saliéndose de control y no me gustaba para nada.

—Okey… es mi momento de retirarme —dijo mi hermosa hermana observando la escena, y vaya que me ayudo a volver en mí y tomar las riendas.

Volteamos a verla y sonreí con ella.

—Bueno, ¿Vamos? —dije más empoderada.

—Si, de acuerdo.

—Por cierto ¿A dónde iremos?

—Tú no te preocupes —Tomo un casco que había dejado cerca del sofá y me lo dio luego tomo el de el —, hasta luego Ailén —Se despidió de mi hermana y salió.

—Me debes una—Dijo ella, sabía que estaba bloqueada.

—Pórtate bien—la señale con mis dedos y colocándolos frente a mis ojos, haciendo este gesto.

—Eso te digo— me guiño un ojo mientras sonreía.

Entre cerré mis ojos porque ese comentario no venía al caso, sabía a qué se refería, pero no estaba en mis planes tan siquiera pensarlo, Sali entonces y Liam me esperaba en su moto, me coloque el casco y me subí, la encendió entonces coloque mis manos en la parrilla.

—Tranquila, no muerdo, puedes abrazarme.

—No, así estoy bien.

—Está bien… —El no dijo nada más y solo comenzó a manejar.

Miraba a la nada por el tiempo que duramos en ella, con mis pensamientos llenos de dudas, con mi corazón palpitante lentamente con su respiración suave pensativo, distante, sereno...

Estaba segura que quería hablar del tema, pero me achicopalaba el que mis emociones me fallasen porque era el, sé que no podía haber nadie más que el para poder expresarme, pero justo también era con quien no esperaba verme en mucho tiempo...

—Eleanor... Eleanor ¿Estás ahí?

Otra vez me había quedado en la nada.

—Si, si... aquí estoy...

Miré a mi alrededor... donde carajos estábamos, estuve muy perdida…

—¿Dónde estamos?




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