La última canción

Capítulo 85

¡Noticias! 

Ximena. 

La noche anterior las chicas me habían escrito diciéndome que si me apetecía salir con ella a tomar un café y charla un poco y bueno claro que les he dicho que sí, necesito salir de casa. Cada que miro a cualquier rincón del patio lo recuerdo y aunque ya no duele tanto como antes siento que él tuvo razón, ahora entiendo que lo que hizo fue para hacerme entender que primero debo de amarme a mí misma y después podré a amar a alguien más pero antes debo de estar yo primero. Llegué un par de minutos antes a la cafetería en el cual siempre nos reuníamos las cuatro, pedí la mesa que siempre pedíamos para no perder la costumbre, el mesero paso para escribir mi orden y únicamente le he pedido un café negro para empezar en lo que espero a que las chicas lleguen.

Mire el paisaje que tengo del otro lado del vidrió, me gusta mi cuidad. Amo tanto vivir aquí que solo al cerrar mis ojos puedo recordar la risa de Elizabeth echándome en cara que ese es su lugar y que no se valía llegar temprano para apartar lugares. La extraño pero cada día que pasa acepto que ella ahora mismo está en un sitio mejor lejos de las malas persona al igual que yo. He cortado todo tipo de comunicación con ambos para ahorrarme más problemas de los que tenía, he hablado con mis padres sobre lo que paso realmente con él y aunque quisieron demandarlo les he pedido que no lo hicieran y que dejáramos morir el tema por la paz. Algunas cosas no siempre salen como uno se lo espera, pero al final del día me siento más ligera al poder hablar de lo que paso con las personas que más amor y comprensión siempre me han dado.

En estos días tampoco he tenido muchas noticias de Jack y aunque sea que él se está tomando un tiempo lejos y es me alegra que haya regresado a casa y se sienta mejor en su lugar yo por mi parte aun sigo pensando si debería de salir del país un par de meses antes de sentarme a pensar cual será el siguiente paso que de dentro de mí vida. Aun sigo sin pensar si debería de hacer algo bueno o seguir siendo una mantenida, aunque eso a mi madre no le molesta en lo absoluto.

—¡Elaine! —escuche el grito de emoción de Tasha llamándome desde el otro lado de la cafería haciéndome señas con una de sus manos para llamar más mi atención.

Levante mi mano haciéndoles una seña para que se aceraran. Una vez que lo hicieron me levante para saludarlas y después sentarnos las tres al mismo tiempo. El mesero regreso con su taza de café y bueno ordenamos más cosas para ir comiendo mientras platicamos.

—Qué gusta es verte fuera del pijama —se burló Billie como siempre.

—Tenía que venir a hacer un par de pendientes a la cuidad y no me apetecía venir en pijama —le respondí con el mismo tono que ella utilizo.

—Venga que nos hemos reunido para compartir noticias buenas y no para venir echarnos en cara quien se ve más sexy en pijama y quien claramente parece un muerto con ella —intervino Tasha haciéndonos reír a carcajadas. Realmente las he extrañado demasiado.

—Vale —dije intentando recuperar el aliento—, y ¿cuáles son esas buenas noticias que me tienen comiendo de las ansias por saberlas?

Ambas compartieron una mirada de complicidad que yo no entendí para nada. A veces olvido que ellas han estado compartiendo más tiempo del que yo hubiera querido compartir con ellas si hubiera aceptado irme a vivir con Jack posiblemente entendería su lenguaje, pero como dice Jack que a veces ni siquiera él les entendía menos yo lo hago en este momento. Claro que las ansias me matan y la curiosidad no se queda atrás.

—¿Estás preparada? —pregunto Billie con ese brillo de emoción destellando en sus pupilas.

Asentí con la cabeza y entonces ambas se tomaron de la mano y lo gritaron:

—¡Nos vamos a mudar a otro país!

—¿A dónde se mudarán locas? —pregunte sintiendo la emoción también corriendo por mis venas. Y al mismo tiempo un golpe bajo, dos de todas las emociones que tenemos los seres humanos me golpearon fuertemente: alegría y tristeza.

La primera en hablar fue Tasha, ella siempre siendo tan apresurada.

—Me han ofrecido un trabajo en Nuevo Orleans demasiado sofisticado y tiene sus ventajas, realmente es el trabajo que siempre he querido y moría por querértelo contar. No sabes cuantas veces Billie tuvo que quitarle el móvil de entre las manos para no llamarte así que acordamos decírtelo ambas al mismo tiempo para que la emoción fuera tan grande como nuestro amor por ti.

Vaya que grata sorpresa me he llevado.

Un golpe de ambas emociones de nuevo cargado al doble o al triple, ¿acaso eso es normal?

No sé ni siquiera que es lo que debería de decirle en estos momentos.

—¿Qué pasa, Mena? ¿No te agrada la idea? —volvió a hablar la morena.

Me despabilé un poco meneando la cabeza para poder recuperar el aliento. Me sorprendió demasiado eso era lo que quería decir, pero realmente sé que no es lo que ella quiere escuche en este preciso momento.

—¡Claro que me alegro demasiado! —dije con sinceridad.

—Ya nos habías espantado —se volvió a burlar Billie de mí.

—¡Joder tía pero que pesada eres! —gruñí entre risas.

—Vale. Vale ahora debes agarrarte la de silla por qué lo que te diré a continuación hará que te caigas de culo —advirtió la rubia con una pisca de misterio, pero al mismo tiempo felicidad.

—Venga que ya me he agarrado de la silla así que suéltalo —la invite a que hablara.

—¡Conseguí un trabajo en Tokio como directora de cine!

Lo que ella quería. Elizabeth estuviera demasiado orgullosa de ti, Billie de eso estoy muy segura ella siempre quería que persiguiéramos nuestros sueños.

—¡Joder enhorabuena amaban han seguido sus sueños! —me alegre demasiado.

El resto de la tarde seguiros hablando sobre lo emocionante que sería vivir en las ciudades que más les gustan, en los trabajos de sus sueños, pero sobre todo en la felicidad que me da saber que irán detrás de cumplir todas esas metas y todas esas promesas que no pudimos cumplir con Elizabeth pero que las cumpliremos en su memoria. Sobre todo, me he alegro demasiado saber que me lo han querido compartir después de ignorarlas por mensajes y mandar a buzón sus llamadas para salir, no estaba de humor para pasar el rato con mis mejores amigas, pero ahora claro que quiero pasar cada día junto a ellas hasta el día en que ambas tomen sus vuelos y únicamente nos podamos comunicar por llamadas o mensajes de texto. Esto sería una relación a una llamada a la distancia. 




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