La Última Carrera

Capítulo 20

Luciano

 

No podía dejar de pensar en Camila, hace unas noches atrás le había dicho que la amaba y quería formar una familia con ella. ¿Qué demonios me estaba pasando? Por el amor de Dios es la viuda de mi hermano mayor.

La había dejado atrás dos días después, pero mi mente seguía con ella.

— Luciano – dice mi jefe de equipo – concéntrate en la pista, estas haciendo todo mal ¿Qué demonios te pasa?

Lo veo pasearse de un lado a otro mientras me quito el casco y tiro dentro del auto.

— Necesito que te concentres, todas las miradas estarán puestas en ti este fin de semana.

— Lo sé – digo poniendo los ojos en blanco.

— Ya no tienes quince años, eres un adulto uno que tiene mucho que perder si se equivoca.

— Gracias por el recordatorio – digo irónicamente

Se da media vuelta y se va, suelto un gran suspiro.

Cuando llego a mi caravana tomo mi teléfono y sonrió, hay un mensaje de Camila.

Reproduzco el audio y me doy cuenta que es Nicolas, una punzada de decepción se siente en mi corazón.

*Hola, tío Luciano, soy Nicolás tu sobrino.  

Estoy sonriendo como un imbécil, no puedo creer que este pequeño me haga sentir tantas cosas.

     * Mamá dijo que mañana seria tu primera carrera, solo quería desearte suerte.      Serás el mejor, te quiero mucho tío.

Estaba a punto de escribirle cuando recordé que aún no sabía leer.

Hola, campeón sí mañana es el gran día, me encantaría que estuvieras aquí, pero nos veremos el lunes. Te llevare un regalo. Yo también te quiero mucho.

Unos minutos después me llega la respuesta.

*Nicolas ya esta durmiendo, le mostrare el mensaje mañana.

*¿puedo llamarte?

No dejo que responda y hago una videollamada.

Pasan unos segundos y por fin responde, la veo un poco agitada, tratando de arreglarse el cabello.

— hola – dice susurrando

— hola ¿Cómo estás? – se ve adorable

— bien, estaba preparándome para dormir.

— ¿te desperté?

— No, no, solo estaba dando vueltas.

— Lamento escuchar eso, quizás si yo estuviera en casa las cosas serian diferentes.

— ¿lo serian? – pregunta con las mejillas rojas.

— Por supuesto que sí, ¿has pensado en mi propuesta?

Ella niega con la cabeza y me derrumbo un poco.

— He estado muy ocupada.

— Sin presiones – digo tratando de sonreír.

Ella se ríe y me hace sonreír de verdad.

— Debería dejarte descansar mañana será un gran día – dice

— Me gustaría hablar un poco más contigo.

— Esta bien, hablemos.

Hablamos alrededor de cuarenta minutos, ella se duerme en algún momento dejando la llamada. La miro deseando estar junto a ella y pasar mis manos por su cabello.

Durante una hora más sigo la llamada en silencio viéndola dormir plenamente, en algún momento me duerno y no finalizo la llamada.

Cuando despierto al día siguiente la llamada fue finalizada después de siete horas.

Despierto con una gran sonrisa, llego a la pista justo a tiempo cuando mi entrenador esta gritando al resto del equipo.

— Aquí estas – dice dirigiéndose a mí. – este es el gran día niño, es ahora o nunca.

— Hare lo mejor que pueda.

— No, no harás lo mejor que puedas, lo harás mejor que ninguno de estos idiotas. Te subirás a ese auto y terminaras dentro de los diez mejores, seria mucho mejor si fueras el primero, todo depende de ti.

— Si señor – digo bromeando.

Llega el momento de la presentación, hay mas de veinte pilotos profesionales junto a mí, pero todas las cámaras apuntan a mi dirección.   

Escucho a los presentadores decir el nombre de todos mientras dan un breve resumen de su historia y al final dicen el mío.

Así es Michael, esta tarde estamos presenciando la primera carrera de Luciano Clark luego de años en Europa este chico ha vuelto para dejar su apellido por lo alto.

No es algo menor hace menos de un año su hermano falleció en esta misma pista.

Aprieto mis manos fuerte mientras trato de sonreír, son unos imbéciles.

Fue una pena absoluta la muerte de Ethan, además hoy no esta solo, su equipo lo respalda como uno de los mejor y la promesa del día de hoy, quien estará de seguro entre los primeros puestos.

Pero que ha captado la cámara, ¿esa no es?

Muevo mi cabeza hacia la gran pantalla, mis manos se relajan, mis ojos no pueden creer lo que ven.

Así es Víctor, esa es nada mas ni nada menos que la viuda de Ethan Clark junto con su pequeño hijo. Esta tarde han venido apoyar al menor de los Clark en su primera carrera.

Mis labios se separan en una gran sonrisa mientras veo a mi sobrino saltar entre las gradas, mueve sus pequeñas manos, su madre esta sonriendo y saludando a la cámara junto con él.

Cuando dan el bocinazo inicial estoy en el puesto veinticinco, son cincuenta vueltas y debo terminar entre los primeros días. La sonrisa en mi rostro no se borra mientras escucho a mi equipo dar instrucciones.

Queda la ultima vuelta, estoy tan concentrado que me quito los audífonos y los tiro a un costado. Cuando paso la meta mi cuerpo esta lleno de adrenalina, juro que podría dar cien vueltas más.

Veo a mi equipo correr, me quito el casco y me acerco a ellos.

— Lo hiciste chico – dice él entrenador mientras me da un gran abrazo.

— ¿Llegue entre los primeros diez?

— Llegaste de los primeros – dice riendo

No me lo puedo creer, doy un fuerte grito de alegría.

— ¿puedo irme ya? – pregunto emocionado – quiero ir a saludar a alguien.

— Debes esperar un momento a que den la premiación, pero si quieres puedo pedirle a uno de los chicos que lleven a tu familia a la caravana.

Mi familia, que bien se escucha.



#3799 en Joven Adulto
#20201 en Novela romántica

En el texto hay: traicion, celos, amor

Editado: 13.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.