La Última Corona

Capítulo 20: "Las cadenas de la Encantadora"

Volvieron a aparecer en ese espacio vacío totalmente blanco que Change ya conocía solo que esta vez, estaba acompañado de Krista y no de Elektra.

-Que lugar más interesante- dijo Krista- ¿Dónde estamos?

-Te diré lo que ya le dije a Elektra- dijo Change.

Change le explica a Krista todo lo que necesitaba saber sobre ese lugar y lo que tenían que hacer allí aunque, a diferencia de Elektra, ella parecía ya conocer el tema de las ánimas.

-A ver si lo he entendido bien- dijo Krista- Para poder convertirme en nephalem necesito que tu destruyas ciertas barreras ocultas en mis recuerdos y, a la vez, que conozcas mi pasado.

-Ese es un buen resumen de todo- dijo Change.

-No es algo que me haga especial gracia, la verdad- dijo Krista.

-¿Por qué dices eso?- preguntó Change.

-Mi pasado... no me gusta hablar de el y mucho menos "verlo"- respondió Krista- Es... muy duro para mi.

-Créeme que después de ver todo por lo que ha pasado Elektra dudo encontrar algo peor- dijo Change.

-No se lo que ella ha vivido por lo que no puedo juzgarla- dijo Krista- Pero... aún así...

-¿Te arrepientes de haber decido hacer esto?- preguntó Change.

-¡Claro que no!- respondió Krista- Te juré lealtad absoluta y no pienso incumplir mi palabra.

-Eso es cierto pero tampoco quiero forzarte a mostrarme algo que no quieres- dijo Change.

-No es que no quiera es solo...- Krista soltó un suspiro tras decir esto- De acuerdo. Te lo mostraré todo. No me ocultaré nada, lo prometo. Supongo que lo más indicado es empezar cuando fui traicionada por mis seres queridos.

El espacio blanco se convirtió de la nada en un gran desierto. Corrientes de aire seco arrastraban arena y, de no ser porque estaban en un recuerdo, probablemente ahora se estarían muriendo del calor. Podían divisar cerca de ellos una pequeña casa de ladrillos pintados de color amarillo y con un pequeño redil con algunas vacas. Krista empezó a caminar hacia allí seguida de cerca por Change.

-¿Dónde estamos?- preguntó.

-En una casa cercana al pueblo de Ain Issa, al norte de Siria cerca de la frontera con Turquía- respondió Krista- Por lo menos así lo era antes de la guerra civil. Aquí fue donde nací y pasé mis primeros ocho años.

-¿No habías dicho que tus padres te abandonaron antes de que pudieras recordar sus rostros?- preguntó Change.

-Tienes buena memoria- respondió Krista- Era solo una forma de hablar. Lo de los rostros es cierto, los olvidé hace tiempo. Y en cuanto a lo de abandonarme fue más... complicado de lo que crees. Por cierto, mi verdadero nombre es Zayda bint Tarek. Que significa "la afortunada hija de la estrella de la mañana".

-¿Afortunada hija de la estrella de la mañana?-preguntó Change.

-Si. Nunca supe exactamente porque- respondió Krista- Pero de afortunada no tuve nada. Ven y lo veras.

Ambos se apresuraron para llegar a la casa y se quedaron viendo por una ventana. El interior no era muy grande y gran parte de las cosas de la casa estaban concentrados en una sola habitación. Solo había una puerta en el interior que probablemente llevara a los dormitorios. Change notó al instante que la familia de Krista era extremadamente pobre. No era simplemente que no tenían televisión o radio sino que carecían absolutamente de todo lo demás. En una pequeña mesa se encontraban sentados dos personas, que Change asumió que debían de ser los padres de Krista.

-¿Esos dos son tus padres?- preguntó el.

-Si- respondió Krista- Mi padre, Tasyir, y mi madre, Asima.

Change volvió a darles un vistazo. En un momento, uno de ellos se volvió hacia la ventana y por poco Change no pega un salto de la impresión. Su rostro estaba totalmente en blanco sin mostrar siquiera ojos, boca o nariz.

-Vaya, es cierto eso de que no recuerdas sus rostros- dijo Change.

-Te lo dije- dijo Krista- Ahora vayamos adentro. Creo que la conversación te interesará.

Entran sin que se note su presencia ya que eran como fantasmas en ese recuerdo. Las padres de Krista hablaban muy cerca el uno del otro, como queriendo evitar que fueran escuchados.

-Te digo que no nos queda alternativa- dijo Tasyir- Por culpa de las deudas de tu hijo estamos en esta situación.

-Es tu hijo también, solo por si lo habías olvidado- dijo Asima- Pero no entiendo porque tenemos que llegar a estos extremos.

-¿De que están hablando?- preguntó Change.

-Yo tenia un hermano mayor- respondió Krista- El era... ¿cómo decirlo sin que suene ofensivo? Un imbecil de mierda.

-Claro, porque eso no es para nada ofensivo- dijo Change sarcásticamente

-Se lo merece, créeme- dijo Krista- Poco después de que yo naciera el abandonó nuestra casa y se mudó a Damasco donde "trabajaba" según el. Pero la verdad es que era un alcohólico y un adicto al juego y a las apuestas. Pero claro, era adicto pero terrible jugando. Terminó contrayendo una deuda enorme con personas con las que no conviene estar en deuda.

-Creía que el juego estaba prohibido en Siria- dijo Change.

-Lo esta, según la ley islámica vigente- dijo Krista- Pero eso no iba a detenerlo. Justamente por esa razón fue que terminó arrestado por las fuerzas de seguridad y poco después murió en prisión. Seguramente por los problemas estomacales de haber ingerido tanto alcohol. Lo único malo de eso fue que todas sus deudas cayeron sobre nuestras cabezas. Mis padres necesitaban dinero para pagarlas y apenas quedaban cosas para vender. Por eso es que decidieron esto.



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Editado: 13.03.2018

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