La última Diosa

Cuento

El Dios de Todo  tuvo dos hijos los cuales le ayudarían en el transcurso del día, tomando en su poder la estrella que caracteriza el día que era una estrella con mucha luz y brillante que transmite calor a los seres que habitaban la Tierra, llamándola Sol. La otra estrella solo tomaba poder en las noches, los humanos decían que era una estrella fría por la temperatura en las noches, está la llamó Luna. 

Ambos hijos eran mellizos pero no se parecían en nada a sus características físicas así que en estas se basó en darles su estrella. A su hija que tenía una piel muy pálida y unos ojos color negro profundo que la acompañaban con su cabellera del mismo color le dio la estrella llamada Luna, así apodándola “La Diosa de la Luna”; mientras que a su hijo que tenía una piel bronceada y una cabellera rubia le dio la estrella llamada Sol, apodándolo “El Dios del Sol”. 

Cada Dios creció observando al planeta Tierra pero a Luna le interesaban más los humanos, en la cual vivían en una época muy medieval, se preguntaba el porqué de sus ropas exageradamente largas en la época de verano y su poca higiene.

Un día que Luna observaba a los humanos vio nacer un nuevo Dios, lo que ella solo sabía era que los últimos dioses creados fueron su hermano y ella pero este era muy extraño porque su padre no lo había creado sino era un Dios creado por los humanos, el Dios del Miedo. Sorprendida por lo que había visto decidió bajar a ver lo que sucedía y porque en esa época los humanos tenían miedo a muchas cosas.  

En su viaje hacia la Tierra fue en búsqueda de Miedo y que era lo que atormentaba a los humanos. Lo encontró en medio del bosque a medianoche, Miedo estaba empezando hacer una fogata con algunas ramas que tenía y a un lado tenía algunos conejos cazados, Luna para no espantarlo decidió transformar su vestimenta como la que usaban los humanos ya que él vestía como un hombre normal, esta se acercó a él tímidamente porque con los únicos con los que había hablado en toda su vida eran los demás Dioses. Miedo ya había sentido su presencia desde que había llegado pero no dijo nada hasta que Luna ya era iluminada por la fogata. 

-¿Qué haces aquí muchacha?, el pueblo más cercano está a un día de aquí- La seguridad de las palabras de Miedo sorprendió a Luna 

-Lo sé señor pero quiero saber ¿Por qué existe usted? y ¿Por qué es un Dios que han creado los humanos?- Luna fue directo a lo que quería saber y que tramaba

-Los humanos han creado más Dioses pero yo soy uno que realizaron accidentalmente, porque el miedo es muy grande y más en estas épocas, si es todo lo que querías saber te puedes ir pero antes dime ¿qué diosa eres? y ¿por qué el interés en mí?- Tomó por sorpresa a Luna porque pensaba que él ya sabía quién era ella, así que mejor se fue dejándolo con la duda porque temía que él la atacara.

La siguiente noche Luna siguió observando a la Tierra pero le tomó de sorpresa que los humanos le tenían miedo a lo desconocido y cada noche que los observaba tenían un nuevo miedo, sabía quién era el responsable así que decidió  avisar a los demás Dioses. 

La reunión contaba con todos los Dioses que eran de la forma natural ninguno que fuera creado por los humanos, Luna aviso sobre lo que veía en los humanos pero ninguno le tomo importancia diciendo cosas como: “Es la naturaleza de los humanos” y “No nos debe de importar lo que ellos hagan con sus miserables vidas” esto alarmó a Luna pensando que si ella no hacía nada nadie haría algo así que después de la reunión decidió ir a la Tierra y saber qué hacer con Miedo porque no podría deshacerse de él hasta que los humanos dejaran de pensar en él y alimentarlo con sus temores.

Pasaron los años y Luna no pudo encontrarse otra vez con Miedo pero siempre veía lo que hacía a los humanos y a la Tierra, dañando con los mismos actos de los humanos basados en el poder y el temor de perder, así mismo creando guerras que nadie ganada y Miedo cada vez tenía mayor fuerza en sus poderes.

Todo cambio para Luna cuando una noche estaba en un pueblo cercano a un bosque donde vivía vio a Miedo conversando cómodamente mientras veían a los niños correr. Miedo había sentido la presencia de Luna y ahora él ya sabía de quién se trataba porque él adoraba la noche y quería ser el Dios de la Noche, así que este la siguió hasta el bosque donde se enfrentaron porque sabía Miedo que Luna lo buscaba para enfrentarlo, él nunca supo porque tenía una afición a los humanos pero era distinto interés al que él tenía. 

-Deberías de estar con los demás Dioses, ¿Por qué me sigues?- Miedo en realidad quería saber porque cada quien daba sus opiniones menos la verdad

-Él que me acaba de seguir eres tú Miedo- Luna no volteo a verlo- ¿El Dios del Miedo tiene miedo?

-No mi Diosa de la Luna, solo quiero saber si pensamos lo mismo- La astucia del Dios era algo que lo caracterizaba- Lo quiero que no me sigas y si debo terminar contigo lo haré- En eso Miedo lanzó un hechizo, una habilidad nueva en él, dejándola inconsciente.

Luna al despertarse se encontró al otro lado del bosque en una cabaña que no era la suya y vio a la Diosa de la Naturaleza que estaba regando algunas plantas, al ver que despertó la orientó

-Así que la misma Luna, te encontré inconsciente y decidí cuidarte -Naturaleza tenía un aspecto muy bondadoso que transmitía paz y tranquilidad.

-Gracias por su bondad Naturaleza pero debo detener a Miedo porque en todo el tiempo que estuve inconsciente tuve visiones que Miedo se adueñaba de la noche- La voz de Luna era de desesperación y alarmada



#12269 en Fantasía

En el texto hay: luna, luna y sol

Editado: 16.04.2021

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