La última sospecha

III

 

— "Sara, Mark, los...he...visto" —dijo entre extrañas convulsiones o eso le pareció a Sara, soltó su mano turbada y vio rodar de esta un frasco que parecía de algún medicamento. Anabel miró hacia la puerta, ella siguió su mirada y se encontró parado ahí a Mark, sería posible que Anabel estuviera presente hace un momento cuando hablaban, cuando él se atrevió a besarla, Mark se acercó a ambas y con lagrimas en los ojos les decía que todo estaría bien, no paraba de repetir lo mismo, luego de que llegara la señora Baker e intentara ayudar a Richard a darle primeros auxilios aun y cuando el espíritu de Anabel abandonó el cuerpo, pero todo fue en vano ya que sin remedio alguno Anabel murió.

Aunque fuera bizarro de pensar fue un hermoso entierro, el cielo estaba nublado y comenzaron a caer tristes gotas de lluvia como si el cielo llorara en su honor. Richard no se podía perdonar, como médico, haber dejado morir a su hermana, ¿Lo estaría Dios castigando por su rebeldía?, miraba a su alrededor y veía a todas esas personas ¿Quiénes eran? no los conocía, tal vez eran parientes lejanos, ¿Cómo se atrevían a llorar a su hermana, si no estuvieron ahí para estar con ella y tomarle de la mano, decirle que todo estaría bien?

— Banda de hipócritas —lo escuchó decir Sara— Me gustaría matarlos a todos —su dolor y su rabia era lo único que le quedaba.

Esa noche para entonces y para sorpresa del propio Mark su hermana Miranda había llegado, se había dirigido a ellos dándoles el pésame.

Era una mujer experimentada, de una belleza estrambótica, sus gestos controlados y con cada uno de ellos desplegaba gran sensualidad. Sus ojos contenían una mirada poderosa aterciopelada por un tenue color gris acero.

Estaban sentados en la sala después del servicio funeral, Mark no había dicho una palabra desde el entierro, se quedaba mirando perdido en el vacío.

— Creo que mejor saldré a tomar un poco de aire al jardín —dijo Sara tratando de aparentar normalidad frente a todos ante su repentino estado de asfixia.

Salir no le había servido de nada, estaba igual de sofocada, sólo podía pensar en que su pobre Anabel estaba muerta ¿Qué se sentiría estar muerto? Como Mark había dictaminado, solo había una manera de descubrirlo "prescindiendo de la vida" y aún así ¿Seríamos capaces de dejar de sufrir por la vida? O ¿Seguiríamos sufriendo en la muerte eterna? ¿Cómo se podría escapar de algo así en ese entonces?, Pero en realidad ¿Seríamos capaces de sentir algo como temor o soledad? ¿Se habría sentido Anabel sola cuando la dejaron en aquel frío y desolado panteón?

Aquel que se siente solo...

— ¿Te encuentras bien? —era Richard que había salido preocupado, nunca había sido capaz de poder engañarlo.

— Tienes mucha dedicación en tu carrera, te gusta mucho ser medico ¿Verdad Richard?

— Pues... si, tienes razón, pero... ¿Acaso crees que me preocupo solo porque es ya una costumbre para mí?

— No, no, sé que realmente te preocupas Richard, lo siento, no quise que mal interpretaras el comentario —pudo responder mientras se esforzaba por mantener la conciencia.

— Realmente...—calló por un momento solo para acercarse a ella, quería que lo que le iba a decir sonara convincente— Lo hago con ínfima dedicación, cuando se trata de personas como tú, a las cuales les tengo mucho aprecio. —ella se estremeció al escuchar aquellas palabras que salían de él, su voz se escuchaba profunda y varonil.

— Richard...

— Dime, ¿Acaso de verdad no te diste cuenta nunca, de cuan enamorado estoy de ti? ¿Nunca lo sospechaste? —Sara abrió los ojos, seguro estaba soñando, eso era imposible ¿Richard, enamorado de ella? Si eso era cierto, era más despistada de lo que pensaba.

— No, yo...nunca,... pero... tú...eres...

— Tu hermano, lo sé, pero eso es solo una cuestión legal, no nos une ningún lazo de sangre, todo el tiempo desde que me di cuenta, he estado negándome a este sentimiento, pero hoy...hoy me he dado cuenta que la vida es efímera y debemos valorar los momentos que podamos compartir con los seres que amamos. Sara nunca estuve más seguro en mi vida de algo, esto no es un simple calor de verano, no puedes imaginarte cuantas veces me he reprendido a mí mismo, pero siempre llego a la misma conclusión y eso ya es inevitable, ¡Al diablo los prejuicios! no planeo luchar más contra esto, realmente te quiero a mi lado y me han servido todos estos años para darme cuenta que yo ... te amo —Sara quedo atónita, obviamente fue lo suficientemente claro.

Cuando tocó sus labios mientras Sara sentía que todo su ser se abandonaba por completo a él, sintió su beso tierno y lleno de pasión que le robó el aliento causándole por fin el desmayo.

— Sara, ¡Sara! —su voz se disolvió en el tiempo a los oídos de la ya inconsciente joven que perdió el conocimiento, eran demasiadas emociones...

Sara abrió los ojos, había tenido sueños de una Anabel vengativa, que desde el otro mundo le reprochaba por haberla traicionado, era la primera vez que reaccionaba desde el incidente, a su lado estaba Mark con una expresión preocupada, rápidamente se acercó a ella cuando se dio cuenta de que había despertado.

— Oh, gracias a Dios, Sara —le tomó una mano y la besó con gran devoción— Por favor no me dejes nunca, ¡Te lo ruego!, no soportaría perder a dos amores en tan poco tiempo, no soy tan fuerte —Sara se sintió conmovida, era un hombre de corazón sensible y en estos momentos estaba más que eso.

— Nunca te dejaré solo, siempre estaré contigo, no te preocupes —sintió que era ese alguien a quien quería proteger; Mark respiró aliviado, en ese momento se escuchó un carraspeo detrás de ellos, era Richard que llegaba con Miranda.

— Oh, veo que has despertado —estaba tensa su voz, ella no levantó la vista, pero aún así sentía su mirada quemándola y creía saber por qué.

— Si, ya me siento mejor.

— ¿Cómo pudiste esperar llegar a estas consecuencias para decirme nada? —le reprochó; ella comprendía que si la regañaba era porque la quería, entonces, recordó lo que dijo en el jardín "Te amo" sí, esas habían sido sus palabras, pero ¿Cómo lo había podido ocultar tanto tiempo sin que se diera cuenta?



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En el texto hay: misterio, suspence, romance celos sexo

Editado: 21.07.2021

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