La Vampiresa de la Avenida Saint-Bartholomew Nº 13

Capitulo II: Pacto de Sangre (Arco I: Doscientos Años Después)

La ficción moderna ha establecido diversas formas para matar aún vampiro y siendo las comunes la estaca en el corazón, crucifijos, agua bendita, decapitación, quemar sus cuerpos, objetos de plata y entre otros métodos reconocidos desde hace bastante tiempo por la humanidad.

Remitiendo a las leyendas de Europa del Este como en Asia Menor y sus alrededores, se han mencionado en su folclore que los vampiros son resistente a la luz del sol e incluso pueden deambular libremente bajo ciertas condiciones atmosférica hasta los métodos tradicionales para matarlos, se ven completamente nulo pero se reconocen otros medios como quemar los ataúdes, rosas silvestres, símbolos arcanos de poder, conjuros tan oscuros como ellos y hasta otro vampiro más anciano los elimine, en este ultimo caso debe ser bastante particular.

                                                                                                 

-¿Qué me paso?-se pregunto, recuperando lentamente el conocimiento.

Cada fibra de su cuerpo estaba completamente entumecido, sentía que cada uno de sus músculos estaban contraídos como si algo lo paralizara en el fondo,pero lo más extraño. Era aquel ardor en su hombro sentía como si se estuviera quemando desde adentro hacia a fuera.

-¡Duele!- exclamo y percatándose mejor del mundo que lo rodeaba.-¿Dónde estoy?-se pregunto, estirando su cuerpo, pero sus brazos y piernas estaban limitado a un pequeño espacio que trataba de identificar. Manos y pies se vieron completamente limitado en ese momento, antes de poder averiguar el sitio en donde se encontraba encerrado, lentamente la luz de la luna se iba filtrando en el interior del ataúd mientras era removida la tapa lentamente.

-No puede ser-se dijo Vincent. -Ahora lo recuerdo- se dijo y una serie de imágenes lo asediaron. Era una mujer de cabello negro, de piel pálida, ojos dorados, llevando un vestido de color rojo y negro. Solo se quedo tumbado por la impresión mientras ella lo estudiaba de pie a cabeza en silencio teniendo una expresión estoica. -Ho...hola-dijo tratando de mantener la calma.

-¿Qué año es?-pregunto mientras sus ojos cambiaban a un tono rojizo. -¡HABLA!-ordeno.

Vincent estaba completamente paralizado e incluso el habla se esfumo por completo. La vampiresa continuaba esperando la respuesta pero su paciencia estaba a punto de agotarse, tomándolo de las ropas lo saco sin mayor esfuerzo del interior del ataúd, levantándolo varios centímetros del suelo.

-Escucha-dijo Morgan con un cargado acento alemán.-No estoy de humor para que te calles y me estés mirando como si fuera alguna prostituta de los barrios más pobres de la ciudad-esperando alguna respuesta.

-Sue…ltam…e-tratando de articular las palabras. -Imposible, soy bastante alto y ella me levanta como si nada- se dijo.

La vampiresa lo soltó estudiando en silencio, mientras trataba de ponerse de pie y retrocedía hacia la pared.-Morgan Adler-se dijo.-Pero solo era una historia para asustar a los niños.

Ella camino en su dirección con paso elegante y firme, estando a solo unos pocos metros de él. Observándolo detenidamente con sus brillantes ojos que iban alternando el dorado como el rojo.

-¡Habla!-ordeno nuevamente.-¿Qué año es?-pregunto una vez más.

-20…2019-contesto por inercia.-Es el año 2019, estamos en octubre-dijo finalmente, sintiendo el corazón como si fuera a salir de su cuerpo.

-¡¿2019?!... 200 años han pasado, mi padre me encerró en 1819 -posando nuevamente su mirada en él. Mientras Morgan trataba de asimilar aquella revelación, lentamente fue colocándose de pie, poniendo cierta distancia y manteniendo la calma.

-Eres Morgan Adler-dijo Vincent sacando a la vampiresa, de su reflexión.

-¿Cómo sabes mi nombre?-pregunto acercándose a él. -¿Como lo sabes?...¿Sera un miembro de mi familia?-se pregunto.

-Todo…todos saben...de..t...de tu historia-indico.-Desapareciste por 12 años y regresaste exactamente igual, pero tú padre te encerró-contesto.

-¿Cómo sabes eso?-pregunto, tomándolo de las ropas y azotándolo contra la muralla.-¡HABLA!-exigió.

Vincent lentamente le fue explicando la leyenda en torno a su persona, ella escucho cada palabra mostrándose cada vez más furiosa por su relato que la dejaban solo como una leyenda urbana en la ciudad.

-Eres una leyenda, pero la historia es solo para asustar a los niños-comento. -Mi abuelo y padre estarían sin palabras por verla-recordando los relatos de su niñez.




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