El día siguiente Alex se fue tempano de casa, se había vestido para regresar a la suya, dejo la nota en la mesa en donde la pudiera ver completamente con claridad, los sentimientos de Aleisha no estaban completamente claros, pero los había enrumbado un poco la intervención de Alex, tanto que lo estaba comenzando a desear, su calor, su risa sus manos entrelazadas con las suyas, entonces eso sería completamente una fantasía, era un hombre completamente diferente, no era como el resto decía, no era, pasaba la prueba, lo único que tendría que tener en mente, era la despedida, tenía poco tiempo.
Fervientemente tomo la nota que le dejo Alex y fue a donde estaban las oficinas.
Se encontró con un hombre en el que se podía confiar, se llama Marcos, entonces podía creer en él,
La entrevista duro poco, cuando el hombre supo que era una enviada de Alex, enseguida firmaron un contrato, se convertía en una secretaria de aquella oficina,
Quedaron en que volvería el lunes para que se le fuera, a enseñar donde operaria. Su puesto de trabajo, y horario como los demás ultimátum para proseguir con su trabajo.
Aleisha estaba encontrando su lugar en la bullosa ciudad.
Enseguida recordó que tenía que ir a donde Aron, pagaría la deuda de una vez por todas. Con la ayuda de un taxi, llego al bar donde siempre estaba el…
—Aron necesitamos hablar.
—Hola linda.
Ella obvio el asqueroso tono en el que hablaba Aron.
—Tengo tu dinero, ya está todo.
—Imposible, son mil dólares aun.
Aleisha saco una carta, y se la entregó a Aron. El reviso el contenido con disimulo, se sorprendió, cuando vio en su contenido, diez billetes de cien.
—Espero que estemos en paz.
Dijo esperanzada y con una sonrisa.
—Aun me debes unos cuantos polvos…
—Para nada.
—No te puedes negar, entonces el trato no se termina aquí.
Aleisha maldijo y mascullo algunas palabras, que para ella serian completamente impronunciable.
—Eres un… —se contuvo— para que quede claro, no soy ninguna puta…
El carácter de la chica, era completamente estricto.
—No… pero me los debes, recuerda el trato.
Lo recordaba completamente, era lo único que podía hacer para salvar a su padre, vender su cuerpo a un diablo, por mil dólares y algunos polvos, tantos como él quisiera, tenía que hacerlo por su padre, no le quedaba más opción. Estaba sola en la ciudad, no conocía a nadie, además los bancos no le querían prestar dinero a una desempleada.
Entonces la única opción era acordar un trato con un perro que le llamaban un maleante, para pedirle algunos dólares, los suficientes para la operación, pero nunca espero que le pidiera a cambio como conducción algunos polvos, detestaba a los hombres y maldecía su cuerpo.
Por culpa del mismo, entonces estaba siendo víctima de la lujuria.
—Si lo se…
El hombre esbozo una sonrisa lasciva.
—Entonces tú me dirás el día Rubia.
—Canalla. —Mascullo— algún día alguien te enseñara a ser hombre…
—No bella, nadie me lo ha enseñado, ni creo que lo haga, soy alguien muy importante…
Ella salió llenada de rabia del bar, lo único que escucho de Aron fue una carcajada detestable.
Esa misma noche…
—Vamos a ver una de las películas más locas que he encontrado en la red.
Alex estaba completamente aburrido en el sillón jugando con el Neko, de Aleisha, aunque le daba arañazos cada vez que trataba de alimentarlo.
—Aleisha, ¿Cómo te fue en la entrevista de trabajo…?
—Bien, Alex muchas gracias, tengo ya el trabajo. Te lo agradezco mucho, me va a ayudar mucho.
—Me alegra. ¿Mi amigo es muy cabeza dura no te mostro alguna dificultad?
—No para nada. Me pareció que l chico es simpático.
Alex sintió una puntada de celos en el pecho.
—¿Oye porque tu gato se llama Neko?
—En realidad no se llama así—Rio— Neko, significa gato en japonés, solo por eso le digo Neko a los gatos, pero en realidad su nombre es más que Neko, ella se llama lindy.
—¿Te costó mucho domesticarlo…?
—No mucho… <<Te sentaras en el pasto algo alejado de mí… y así hasta que me gane tu confianza>>
—El principito…
—Exacto, pero dejémonos de chácharas y veamos alguna película.
—Bueno…
Entretenidos en las películas se olvidaron del resto del mundo por un rato.
Alex pensaba que era alguna de las cosas que no podía pasar por alto, la chica estaba ilusionada con él, tan siquiera como lo demostraba. Pero tenía miedo de que algunas cosas aun estuvieran por fuera de su alcance, más información, eso era lo que necesitaba, aunque la bella sonrisa era lo que más le entretenía, más que las películas que ponía en su Tablet.