Aleisha hizo que Alex se recuperara con facilidad, aplicando una terapia de placer, pero más tarde se daría cuenta de algo más asombroso. Podía negarse en muchas ocasiones a creer lo que le estaba pasando. Pero tenía que creerlo era tan cierto como el aire. Aunque era invisible lo podía inhalar y gracias a él la vida era grata y dócil.
Alex no sabía completamente nada de lo que estaba ocultando su chica. En realidad la había visto más normal que nunca. Hacían el amor un par de veces por la semana hasta quedar completamente complacidos.
Yacían en su dormitando juntos. Poco después de varias semanas fue cuando el cambio se empezó a notar.
Aleisha presentaba algunos síntomas extraños.
Alex ya se había recuperado del todo y hasta podía caminar.
Aunque tuvo miedo cuando vio que su chica se desmayaba en medio del camino para entrar a la recamara.
No pudo percatarse antes.
Mientras que cada mañana también le daban ansias.
Era muy temprano por la mañana entonces Aleisha se levantó con ganas de vomitar.
—¿Qué te pasa? Aleisha no estas normal. ¿Te llevo al hospital?
Alex la siguió preocupado.
—No… —Fue lo único que dijo antes de recuperar el aliento.
La cara de Aleisha estaba llena de ojeras. Los últimos días no había dormido nada.
No era un mal del que sufriera muy seguido. Tampoco podía darse el lujo de quedarse de brazos cruzados.
Entonces tuvo que contarle todo a Alex.
Desde la pequeña prueba que compro en la farmacia con la ayuda de Aurora. Y también contarle de su visita al médico. Sin embargo sentía algo de miedo: Miedo por no querer asumir una realidad que podía pasar. Que Alex al saberlo, se diera a la fuga.
Era algo grande.
—Alex debemos hablar de algo muy importante espero que no te vayas a asustar. Pero es importante.
Inmediatamente Alex dejo de buscar el número de la ambulancia en su móvil y luego le puso toda la atención de se ser a las palabras que iban a emanar de la boca de su amada Aleisha.
—Alex—Aleisha Respiro hondo— creo que estoy embarazada.
Alex dio un paso atrás, su ceño de frunció y no hablo durando unos segundos, estaba pensando en lo que la chica había dicho. Era realidad, un bebe iba a ser padre, con Aleisha. ¿Era realidad?
Aleisha no podía estar bromeando en estos casos, mucho menos cuando estaba viendo los síntomas por los que padecía estos últimos días.
Eran real estaba embarazada.
Pero ¿desde cuándo?
—Entonces…—Mascullo— creo que tenemos que ir a un especialista para que te revise.
Aleisha se sentía avergonzada.
Era una declaratoria completamente diferente a los muchos Te Amo que le había lanzado a Alex sin pensarlo.
Esto era diferente.
—tengo mucho emoción de ser padre.
Alex esbozo una sonrisa sincera.
—Alex… ¿no sé qué hacer?
Alex se desplazó hasta tomar sus manos y acariciarlas, eran suaves y estaban húmedas.
Aleisha estaba tranquila. Alex lo había tomado bien, hasta donde creía tendría que esperar a la noche, si es que no decidiera fugarse con una maleta llena de ropa mientras ella dormitaba en la cama.
Pero tampoco creía que pasara eso nunca. Vio aquella sonrisa que salía de su cara, era de verdad una sonrisa sincera.
Se tranquilizó más.
Como pudo pasar por alto toda la protección. Se odiaba por no haberse cuidado, con todas las oportunidades que brindaba la nueva era tecnológica. Pero tampoco pudo hacer caso a aquellos llamados que desde la secundaria le enseñaban en cultura general. Estaba nerviosa y angustiada, la primera vez que tenía un bebe. Aunque era con un hombre que amaba, aun se sentía mal. Tenía que haber sido después que se graduara. La mente de Aleisha estaba Absorta en pensamientos vagos que no sabía cómo controlar. Le estaba dando la oportunidad de tomar el control de su cuerpo.
¿Y si no podía ser una buena madre? Tal vez tendría que ser como Ana, para poder llevar al bebe y darle todas las comodidades que necesitaba, tendría que irse y abandonar a su familia. Repitiendo aquella escena atroz de su infancia. No quería ser una mala madre, aunque si tenía que hacerlo por el bien de su hijo. Entonces tendría que hacerlo igual a como lo hizo su madre ocupando su lugar y entendiendo todo. Igualmente pensó en ella. ¿Cómo se iba a poner cuando se enterara de que estaba embarazada? Tampoco tenía alguna relación tan extensa como para contarle algo tan importante. Era su madre, tal vez le daría gusto escucharlo… tal vez le gustaría que le dijeran abuela en unos pocos meses. Posiblemente estaba también emocionada como ella.
Alex tampoco se quedaba atrás, pensó en todo lo que sentía Aleisha en estos momentos. Claramente estaba pasando por un colapso. Entonces la tomo entre sus brazos. para calmarla la abrazo deslizando sus manos con ternura por su espalda.