La venganza de la mejor amiga

Prefacio


¿Escucharon eso? ¿No?

 

Ese ruido como de cristales rompiéndose proviene del lugar en el cual está ubicado mi corazón, bueno, no literalmente el mío, sino más bien el de mi mejor amiga, que es equivalente a lo mismo. Ella es el Ying de mi Yang y sin ella sería como Superman sin capa, Batman sin Robin, Latinoamericana sin gobernantes corruptos. Bueno, mis comparaciones no serán lo mejor del mundo, pero quiero que quede constancia de que su dolor es mi dolor. Su venganza, mi venganza.

 

Así como existe un hilo rojo que une a las personas que están destinadas a pasar el resto de sus vidas juntos. Mi amistad con Valery rompe cualquier esquema en el que la quieran encasillar, no hay un molde que busque explicar la profundidad de nuestra relación. En una ocasión escuché que los gemelos suelen sentir la angustia, la tristeza o la alegría del otro, si uno sufre un accidente no importa la distancia en la que se encuentren porque el otro podrá sentir el dolor de su hermano, como un pálpito o una premonición. Así como en las películas de destino final, una muy mala comparación, por supuesto, pero ya habíamos quedado en que hacer comparaciones no es mi mayor talento.

 

Existen muchas diferencias entre ambas, la más notable, es que no hay ningún lazo sanguíneo que nos una—no es como si lo necesitáramos—, pero aquel argumento podría ser útil para describir la naturaleza de nuestra amistad. 

 

Suelo divagar mucho, un don que no pedí, pero que igual forma me fue otorgado, el que caso es que;  durante toda la historia seré un tanto pesada, y de mi boca saldrán muchas cosas sin sentido, pido disculpa de antemano porque no lo puedo evitar, es parte del encanto de mi naturaleza. 

 

La situación es la siguiente; la dulce Valería, Valery como la llamo yo, es el ser más dulce que existe sobre la faz de la tierra. Es bondadosa, cariñosa, misericordiosa, todo lo que termine en osa sin llegar a ser odiosa, no es capaz de hacerle daño ni a una cucaracha asquerosa, aunque debería, osea ¡que asco! Que esas cosas anden volando tan libremente y sin permiso de tránsito debe ser penado con la muerte. En fin, Valery es un ángel en un cuerpo humano enviado a la tierra para hacer nuestras vidas más felices, para que nuestros días no sean tan tristes y grises.

 

Por cierto, se me dan de puta madre las rimas, Pablo Neruda, allá te voy.

 

Darle un mordisco sería caer en un coma diabético. 

 

¿Si ven lo dulce que puede llegar a ser?

 

Bueno, ¡basta de divagar! 

 

Toda la luz que proyectaba mi amiga fue extinta por un ser oscuro, maligno, con manos largas y grandes pezuñas. No. No hablo de Satanás, aunque pensándolo bien, Josh Mathew no está lejos de ser su hermano gemelo.

 

La única diferencia radica—si es que existe alguna— en su pelo rubio como el oro, sus ojos olivas capaz de robarte el aliento y su cuerpo de dios del Olimpo. No creo que Satanás pueda ser tan guapo como él, tan perfecto. 

 

Y que me  perdone Valery y el señor Jesucristo redima mi alma librándome del infierno, pero el condenado está más bueno que el pan con aguacate, hay que estar muy ciega para no notarlo y hasta el momento mi vista funciona a la perfección. 

 

¿Cuál es el problema?

 

El dilema aquí está en que el muy desgraciado—que estaría perfecto para un Show de Laura ¡Qué pase el desgraciado!— Es una escoria humana, rata de dos patas, animal rastrero, y sí, no importando lo bueno que esté.

 

Él es consciente de su atractivo y no duda en usarlo a su favor— para ser sincera hasta yo le sacaría partido a su belleza. Ahora, he aquí la pieza de este absurdo rompe cabeza donde mi amiga entra en escena siendo una pieza defectuosa que no logra encajar ni a empujones.

 

Josh Mathew, la enamoró, la usó y la desechó. Típico ¿No? Ella vendría a hacer el número cuarenta y siete de su lista. Sin embargo, a diferencia de las anteriores ella tiene quien la defienda. Valery me tiene a mí, su BFF que es experta en arte marciales mixta, sabe disparar y usar un arco con flechas.

 

No se asusten, no voy a cometer homicidio, mi abuelo era militar y me enseñó esas cosas, ahora bien, Josh Mathew no se quedará sin castigo porque yo me encargaré de eso. Esta es mi venganza, la venganza de la mejor amiga.

 



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En el texto hay: universidad, mejores amigas, arte

Editado: 03.06.2021

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