La cabeza no deja de dolerme en donde no sé si es el efecto retraído de los golpes que tuve de Sköll o porque me encuentro estrenado ante la idea de que si no logramos tener a todos los ministros puede que al final el resultado del plan empiece a fallar; lamentablemente las próximas horas serán muy cruciales para no permitir otra desgracia por lo que ya estoy sabedor que no podré dormir con tranquilidad hasta que lleguemos a tener la sangre de los demás ministros antes de volver a casa.
Me quito la americana color vino para lanzarla a un lado de la cama, está llena de hollín que ha perdido su verdadero color, aunque también veo como ha quedado un poco rota con todos los movimientos que hice agregando las veces que Sköll me tomó de esa prenda. Me quito la corbata y la zafó de mi cuello para poder quitarme los primeros botones de la camisa de vestir, pensé que no habría dolores una vez que termino la pelea pero ahora, siento mi cuerpo demacrado que solo quiero estar acostado hasta poder sanar.
Miro al techo de la habitación para darme cuenta que he sobrevivido nuevamente de Sköll, afortunadamente con suerte porque no todos mis antepasados la tuvieron cuando fueron asesinados a su tiempo; quisiera pensar que en la próxima vez que nos veamos, sea el último reencuentro que lleguemos a tener porque siendo sincero, no quiero vivir toda mi vida pensando que algún momento llegarán y atacarán a mi familia o incluso a mi manada que será la más desprotegida.
Escucho como tocan la puerta de la habitación por lo que debo de levantarme con pereza para abrirla lo más pronto posible; sin embargo olvido todos mis males a último momento cuando veo a Aneu a tan solo unos centímetros de mí, lleva el mismo vestido puesto solo con la diferencia que se encuentra descalza. Le hago una señal para que pueda pasar a la habitación sabiendo que está acá para hablar de algo importante ya que dudo que sea por otra cosa, pero antes de poder continuar se acerca a mí para acariciar un leve cardenal que he conseguido en el pómulo de mi mejilla izquierda, agregando que suelta un suspiro cuando se percata de otro más que se encuentra cerca de mi corazón.
—Joder, si nos dieron una paliza —soltamos una risa.
—Lo importante es que salimos vivos para contar la historia —ella asintió.
Veo una cierta incomodidad en sus ojos que me hizo entender que algo no la está dejando tranquila, por lo que tomando su barbilla, levantó su rostro para que nuestros ojos puedan llegar a encontrarse; el silencio es abrumador cuando hay un problema o secreto de por medio del cual aún no ha sido revelado, pero extramente ahora, solo veo un miedo que me puedo imaginar por que es.
—Estamos bien, Aneu. —Le asegure.
—Recordé cuando mis padres murieron en el incendio. —Sus ojos se cristalizaron.
— ¿Qué? —Cerró sus ojos.
Inesperadamente, tomó mi mano para poder colocarla en su nuca en donde me hizo una señal para que introduzca mis garras en los miembros de su columna vertebral; cuidadosamente lo hice ocasionando que pronto observará una secuencia de imágenes que no son nada sensibles desde el horror de presenciar varias muertes de licántropos que solo intentan huir del escandaloso fuego que está incendiando el bosque hasta escuchar los gritos de varias mujeres como niños al morir. De un segundo a otro, puedo ver las muertes de los padres de Aneu, el sentimiento de dolor e ira invaden mi cuerpo al ver participar a Cassius como mi padre, pero las emociones naufragan en mi cuerpo cuando veo a una Aneu llena de temor al ver todo lo que sucedió.
Las imágenes pasan de una a otra hasta encontrarme en Maryland donde se presencia el incendio de una casa, esta completamente en llamas que cuando Aneu ingresa a ella comprendo que busca a sus padres adoptivos que no son más que sus propios tíos; ella corre y atraviesa varias llamas hasta que encuentra los cuerpos sin vida de sus padres, se derrumba en el sueño hasta dejar ir un llanto lleno de dolor mientas no deja de gritar con odio el nombre de Cassius.
Abro los ojos para ver como tiene varias lágrimas en el rostro; la catástrofe por la que hemos pasado no hizo más que revivir sucesos que ella podía creer que ya había superado, pero ahora que todo volvió en sí, comprendo su estado de ánimo, más sabiendo todo lo que tuvo que pasar sabiendo que Cassius le arrebato a sus padres una primera vez y nuevamente lo continuo con una segunda.
—Lamento no haber estado ahí —niega.
—No tienes la culpa, pensé regresar a casa con mis padres una vez que pude sobrevivir de la caída, pero para mí desgracia Cassius quería asegurarse de que no quedara rastro de la sangre de un Hewlett —suspiré.
—Es increíble que no se quedará satisfecho solo con tu muerte sino que buscara a tu familia… Fui a buscarte y pensé que el incendio había sido un accidente pero no me imagine que también ellos habían sido asesinados por Cassius y para borrar evidencias provocara el incendio —bufó.
La abrace con fuerza sabiendo que es la única forma que puedo reconfortarla luego de todas las perdidas por las que ha tenido que pasar; es duro y cruel saber que no ha sido nada fácil tener que enfrentar sola la mayor parte de este dolor; incluso poder entender la razón por la que Cassius la ha buscado inalcanzablemente para deshacerse de ella, sin embargo, se me viene una pregunta en mente sobre, ¿por qué atacar a todo Hewlett? Es cierto que Cassius sentía una rivalidad por ellos debido a que el padre de Aneu lo iban a designar en un futuro como un ministro, en vez de él, y conociendo a Cassius a quien le hubiera interesado terminar con su vida hubiese sido con Baltazar sabiendo que los demás no eran un impedimento a su plan… Pero por qué ir a otros extremos en tener que asesinar a la madre y los padres adoptivos de Aneu si ellos no tenían nada que ver en ello.