No aguanto esta situación.
Ignorar las ganas que tengo de comerme descaradamente al prometido de Patricia me tiene con el estómago apretado y la sensación de que de vez en cuando él me observa, eso me tiene a la expectativa. Emily hoy parece muy comunicativa mientras que yo tengo ganas de amordazarle la boca para que se calle de una vez por todas.
Dominick habla muy poco, es una lástima, con esa voz orgásmica debería hablar más seguido, es un placer para nuestros medios auditivos. Claro que su prometida no tarda en echarme en cara todo lo que tienen juntos, es algo incómodo que ellas hablen y solo en pocas ocasiones me incorporen en la conversación.
Cruzando mis piernas tomo un sorbo de la copa de vino mientras miro la playa frente a nosotros, es hermoso de noche, porque todo se ve mejor.
—¿Perdida en tus pensamientos?—giro ante la voz de Dominick quien justo ahora me observa con esa mirada intensa que te hace querer ocultarte, pero yo solo le regalo una pequeña sonrisa dándole otro sorbo mi copa de vino.
—Supongo que solo un poco—respondo despacio, él me mira y es más como una inspección que me hace arquear una ceja ante su escrutinio en mi cuerpo—¿se te ha perdido algo?—él niega girando la cabeza hacia su prometida que no ha dicho nada de la boda, solo se ha dedicado a hablar del último grito en la moda y de los chismes más jugosos.
—Solo la mirada en tu cuerpo—no lo hagas, no lo hagas.
Ash, muy tarde.
Mi corazón late como loco mientras miro al mismo hombre que hace poco tiempo me gritó como si fuese una vil ratera, es el mismo que ahora me sonríe de manera pequeña, pero significativa. Supongo que ya no solo me ve como una maleducada, la verdad es que desde el encuentro en su despacho algo entre nosotros ha cambiado, hay un tacto de confianza entre nosotros.
—Breanna—Patricia me sonríe con fingida felicidad—veo que te llevas mejor con Mini—quiero reírme del apodo.
—¿Mini?—pregunto haciéndome la desentendida.
—Dominick, es precioso, ¿verdad cariño?—pregunta con una pequeña sonrisa mientras se acerca hasta besar los labios de Dominick, quien corresponde el gesto de su prometida.
Tal vez son los celos que se alojan en mi interior, pero yo puedo besarlo mejor. Creo que Dominick se da cuenta de mi hostil mirada por lo cual me observa al separarse de Patricia con cierta curiosidad, siento que pierdo mi tiempo estando aquí.
—Supongo—le respondo fingiendo una sonrisa.
Mi noche empeora cuando alguien besa mi mejilla saludando a todos. Giro mi rostro y maldigo a todo lo que me rodea al encontrarme con esos ojos bonitos que justo ahora no se me apetecen tan bellos. Thomas me sonríe con cierta burla, miro a Patricia quien oculta su sonrisa tras su copa de vino. Suspiro aguantando las ganas de mandar la cena a la mierda, mis manos pican por golpearlos a los dos.
—Estas bellísima Breanna, es cierto lo que dicen, solo haces mejorar con el pasar del tiempo—Thomas me parece tan repugnante justo ahora, ahora que sé que no es ese chico carismático que me hizo reír en un día de mierda. Sus ojos azules ya no me parecen atractivos, su boca no me llama a besarlo, simplemente todo el encanto que alguna vez sentí por Thomas se ha evaporado.
Siento que Patricia me ha herido una vez más el orgullo al invitarlo como si nada pasara. Es una maldita que sabe que no soy tan perra como ella como para armar un jodido escándalo. La mirada de Dominick vuelve a esa helada y ahora se dedica a ignorar la conversación que se establece y a todos en general, solo se ocupa de su celular y me siento estúpida estando aquí.
—Breanna, Thomas fue el mejor novio que tuviste—Patricia me mira con una sonrisa maliciosa—de hecho, ella quería que ustedes viviesen juntos Thomas, Breanna es toda una soñadora, ¿no es encantadora?—la ironía se destila por todos lados. Maldita perra chupa pollas. Estoy por perder los estribos, pero alguien se me adelanta.
—A mi si me parece encantadora.
Oh joder.
¿Cómo ignorarlo cuando dice estas cosas? Dominick me mira de una forma que logra todo en mi palpite y se caliente en segundos. Mi cuerpo se siente pesado queriendo, aunque sea un toque o roce de sus labios. ¿Qué me pasa? No es normal la reacción de mi cuerpo.
Patricia y todos tienen la boca abierta mirándolo como si no conocieran al hombre que tienen de frente, pero hasta yo no puedo salir de mi asombro. Este hombre solo sabe mandarte al infierno, nunca lo he escuchado halagar a su prometida y me dijo que le parezco encantadora con una mirada muy... intensa.
—Por eso duramos tanto tiempo—responde Thomas mirando desafiante a Dominick, eso es estúpido, Thomas solo es un imbécil.
—Oh, ¿y por qué terminaron?—sonrío a la espera de la mentira que dirá. Patricia parece en estado de alerta, lo que me hace sorprenderme.
—Creo que ya deben dejar un tema que no le parece interesante a nadie—se entromete Emily nerviosa mirándome de reojo.
—Oh no, a mí me encantaría saber la respuesta de Thomas—respondo con una sonrisa—responde cariño—lo aliento.
—A Dominick le aburren estas cosas—habla Patricia.
—De hecho, estoy curioso por la respuesta—él nos sorprende una vez más bajando su teléfono que tiene la pantalla apagada hasta la mensa, eso logra que le de toda su atención a Thomas quien ya no parece muy entusiasta de hablar sobre nosotros.
—Nosotros... diferencia de opiniones—es todo lo que responde.
—¿De opiniones?—pregunto con una sonrisa—pensé que fue la diferencia de vaginas para introducir tu pene cariño, porque si mal no recuerdo no eras a mí a quien follabas cuando te encontré ese día en tu casa—él me mira como si quisiera desaparecerme del mapa y yo me siento bien de hacerlo quedar mal.
—Breanna—su tono amenazante me hace rodar los ojos.
—Creo que me siento indispuesta, será mejor que me vaya—me levanto y Dominick lo hace conmigo.
—Yo fui quien te traje, yo te llevaré—Patricia se levanta dispuesta a pelear para que eso no suceda, lo miro en la cara de enfado que se carga. Yo simplemente tomo mi bolso y enarco una ceja hacia Dominick quien otra vez me recorre todo el cuerpo. Los vellos de mi cuerpo se erizan con esa mirada.
Editado: 08.12.2024