La Verdadera familia

- CAPÍTULO 3 -

       Cristian esperaba en el cuarto que su madre habia alquilado, Hambriento, ya que ayer solo pudieron almorzar. 

     Su espera fue larga, Pues nunca pudo ver a su madre llegar, su hora de llegada ya se habia pasado. 

         A Cristian le parecio extraño que su madre, llegara 4 horas despues de lo comun. 

   Entonces ante su insesante espera, decidio salir a buscarla. Se alisto tomo, su libro, si en caso su madre, aun siguiera trabajando y salido de la casa, donde ahora vivia. Y se dirijio rumbo a encontrarse a su madre en el trabajo, Pero inesperadamente un señor se acerca a Cristian, En los ojos de aquel señor, se veia pura preocupacion y tristesa. 

       - ¿Tu eres el hijo de la señora, Rosa, no es asi? 

          - Asi es, yo soy su hijo... ¿Por que lo pregunta?

    - Oye hijo, esto es muy complicado, Pero em.. Tu madre esta.. en un Hospital.

          - ¿Que?.. ¿Pero por que? 

             - A tu madre, le cayo una bala. 

         - Y en este momento se encuentra grabe. 

     Cristian al oir todo ello, Salio corriendo del lugar, el llanto ahora era mas fuerte que nunca, Para el su madre era lo unico valioso que tenia en la vida. 

          Pero de que le seriva ser tan humilde, si la vida le arrebataria lo más preciado. 

       Sin embargo el hambre aun lo recomia por dentro. Corrio sin detenerse hasta que ya no pudo mas. 

     Un pequeño grupo de personas, se acerco a el. Uno de ellos, le decidio envitar un plato de comida.

        Pero su madre le dijo que no recibiera comida de extraños a menos que ella le dijera que lo reciba. 

            - Lo lamento, pero no puedo recibirlo. 

             Todos se empesaron a mirar. 

     - Si no les recibes a ellos, supongo que si me recibiras a mi. 

              Cristian miro atentamente, Y al verlo, se dio cuenta que era su mejor amigo, Marco. 

       - ¿Eres tu Marco? 

         - Asi es querido amigo. 

                - ¿Que ases con este tipo de gente Marco? 

         - Vamos amigo, me acabo de enterar que tu madre esta en el Hospital, come algo, y nosotros te acompañaremos haya. 

       Cristian, asento la cabeza en aceptacion, a aquella peticion. Y decidio comer. 

            El hambre era algo que no podia soportar. Ya luego de haber acabado la comida, Se levanto y le dio gracias a Marco. 

        - Gracias amigo, Pero ahora quiero decirle algo a mi madre. Se que ella deve estar triste, Ademas si realmente se tiene que ir, deseo estar alli con ella. 

      Marco lo miro, con desgano. Esta bien, solo te deseo suerte, Sin duda creo que quisas sea la ultima vez que te vere. Y sorry, pero no podremos acompañarte. 

          Ante aquellas palabras todos se retiraron a paso lento. Cristian no entendio del todo. Pero eso no le era de mucha importancia en aquel momento. 

     Decidio avansar, Pero un dolor fuerte empeso a quemarle el estomago. El dolor fue tan fuerte que hiso que Cristian se estremeciera. 

         En eso aquel pequeño grupo empeso a gritar, y a reirse.

            - !Aver si superas eso, estupido mendigo!

      - !Esto va estar bueno!

          Al oir aquellas palabras, solo le causaron más dolor. Cristian sabia que le habian envenenado. 

      El dolor fue cada vez mas fuerte, Tanto fue el dolor, que Crsitian empeso a chillar. 

          Movio con dificultad su cabeza, para asi visulaizar el libro que su madre le habia regalado. Y con lagrimas en los ojos, Empeso a desear que aquel momento no estuviese ocurriendo. 

     Lo unico que deseaba era despedirse de su madre, o quisas animarla si no fuera a fallecer. Pero la vida le dio un rumbo tan malo que ahora, el necesitaba que su madre se despidiera de el . 

       Empeso a llorar de agonia y de tristesa. Por otro lado, el podia escuchar, como Marco, le pedia disculpas. Y tambien lloraba por lo que habia cometido. 

    Pero a los pocos minutos todo los gritos y llantos habian sesado. 

        Cristian ya no sentia nada. podia sentir como empesaba a bomitar algo liquido o gomoso, y con su ultimo respido solo pudo pedirse disculpa a el mismo. 

          - Lo lamento Cristian, Lo lamento por no haberme despedido de nuestra madre... Dijo entre susurros. 

     Para que a los pocos segundos, dejara de respirar y cerrara los ojos para nunca abrilos. 

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