Eran las diez y media de la mañana y llego Lisa, todavía era pronto, a la casa de Natalie, ese día no tenía clases, les había avisado a sus alumnos para que no vendrían, sonó el timbre.
—¡Hola buenos días Lisa! ¿cómo estás? —Dice Robert.
—¡Bien gracias !¡Muy contenta la verdad, me hace mucha ilusión conocerla! ¿Y tú como estas? ¿Qué tal vas con el fisio? —Dice Lisa.
—¡Pasa no te quedes ahí! ¡Ven a la cocina, voy bien gracias! Empecé ayer, llevo nada de tiempo, pero estoy contento, ¡Es un buen sitio la verdad! ¡Perdona! ¿Quieres un café? Natalie bajara ahora se está vistiendo—dice Robert.
—¡Si gracias! Ponme un café, es igual que yo de coqueta —dice sonriendo Lisa.
Natalie bajo de la habitación, y fue a la cocina.
—¡Hola buenos días mama! ¿Cómo estás? Aquí tienes unas pastas para tomar con el café—dice Natalie.
—¡Hola buenos días hija! ¡Mm que buenas! Tengo algo de hambre anoche, no pude ni cenar de la emoción, tenía el estómago cerrado—dice Lisa.
Terminaron de desayunar, se montaron en el coche, y se fueron para la agencia de adopciones, había bastante tráfico es viernes y se nota que el fin de semana está muy cerca.
Tocaron al timbre, y les abrió la puerta John.
—¡Hola buenos días! Pareja y compañía ¿Cómo estáis? Veo que ya no llevas la escayola ¡Eso es bueno! —Dice John.
—¡Hola buenos días John!, ¿Qué tal las vacaciones? La pierna mejor gracias, ahora me toca fisio, poco a poco ya sabes, esta es mi suegra Lisa—dice Robert.
—¡Hola Mucho gusto Lisa! Pues si las vacaciones cortas como siempre, jajá todavía no ha llegado Jessica, llamo y dijo que se retrasaría, podéis quedaros aquí o en la sala —dice John.
—¡Vale muchas gracias! Un placer John—dice Lisa.
Se sentaron en la sala, estuvieron allí un rato, cuando sonó el móvil de Natalie.
—Hola Natalie, soy Jessica me va a ser imposible ir hoy, ¡Me supongo que estáis allí no! llamare ahora, para que sus dejen ver a Sayumi, seguro que se queda con vosotros la señora, que lleva a la pequeña, pero así no habréis perdido el viaje, dame unos minutos, te llamo ahora, —dice Jessica.
—¡Vale Jessica, espero tu llamada! —Dice Natalie.
Al cabo de unos minutos, llamo Jessica para que podrían subir a ver a Sayumi ,se montaron en el ascensor y llegaron a la salita que les solía tocar siempre.
—¡Hola buenos días! Aquí venimos las dos, ¡Mira Sayumi tienes una nueva visita! Tiene que ser tu abuela, porque se parece a tu mami, me quedare un poco con vosotros, —dice la Señora
—¡Hola cariño! ¿Cómo está mi pequeña? ¡Mira esta es tu abuela cariño!, —Dice Natalie.
Robert saco su regalo, para la pequeña, le había comprado, un cerdito de peluche de color rosa, Sayumi cuando lo vio le llamo la atención.
—¡Que quieres cariño! ¿Te gusta el peluche? Es para ti, papa te lo ha comprado para ti princesa, —dice Robert.
Natalie le puso a la pequeña en los brazos de Robert, la cogió entre sus brazos, mirándola y abrazándola.
—¡Ven Lisa! Coge a tu nieta un rato, mira lo lista que es ...—Dice Robert.
Lisa cogió a la pequeña, la sentó en sus rodillas, jugando con ella, Sayumi la miraba, la cogió del pelo, estirando de él.
—¡No cariño! Eso no se hace, le haces daño princesa, a la abuela—dice Robert.
Sayumi miro a Robert, y soltó el pelo de su abuela, y cogió su nuevo peluche,
Se había terminado la hora de visita, y se tenían que ir ya.
—¡Despídete de mama y papa!¡Vamos Sayumi ! Cómo, te he enseñado —dice la señora.
Sayumi cerraba su mano, despidiéndose de su padre.
—¡Mira mama! Como dice adiós ¡Has visto! Es muy lista mi princesa —dice Natalie.
—¡Está muy espabilada! Para ser tan pequeña, va a ser muy lista, ya lo veréis—dice Lisa con una sonrisa.
Se montaron en el coche, Lisa los dejo en casa, entraron dentro de casa, Robert se sentó un rato para descansar, Natalie subió a la habitación para cambiarse de ropa, al cabo de un rato bajo.
—Tengo que ir a comprar, el pan y alguna cosa más, vengo ahora mismo, ¿Quieres que te compre el periódico? ¿O alguna otra cosa? —Dice Natalie.
—¡No cariño! Tengo trabajo para hacer, ahora voy a descansar un poco, y ahora me cambio de ropa para estar más cómodo—dice Robert.
Cuando estaba en casa, trabajando le gustaba tener puesto un chándal, una camiseta, y las zapatillas de casa para estar más cómodo ,aunque estaba trabajando en casa, no recibía clientes, solo llamadas de teléfono.
Natalie no se había acordado del día que era hoy, y Robert no se lo había recordado, tenía una sorpresa para ella….
Llego de las compras, metió la carne, y las verduras en la nevera, se acercó a la puerta del despacho, y llamo a la puerta.
Robert estaba en una llamada con un cliente, al verla le movió la mano para que pasaría, le señalo para que se sentara en la silla, al cabo de unos minutos colgó el teléfono.
—¡Dime Natalie! ¿Qué quieres? Perdona por la espera, era un cliente un poco pesado, el lunes tendré que ir a hablar con él, hay unos documentos que me tiene que firmar, así aprovecho el viaje para ir al fisio—dice Robert.
—¿Enserio no te acuerdas del día que es hoy? ¡Pronto lo has olvidado! ¿No crees? —Dice enfadada Natalie.
—Jajajá ¿De verdad que crees, que no me acuerdo? ¡Pues mira, como si! —Dice Robert.
Abrió el cajón de su mesa del despacho, y saco una cajita negra con un lazo blanco, y esta traía una nota, dentro de un pequeño sobre, se lo entrego en la mano.
Natalie se puso colorada, había estado pensando que se le había olvidado, abrió la Nota en ella ponía," Las historias de Amor verdaderas nunca tienen final", abrió el regalo, y dio un chillido.
—¡Wow! ¡Es precioso! ¡Me encanta cariño muchas gracias! —Dice Natalie.
Es un anillo de madera y carbón de plata, con 56 circonitas alrededor Peaceful Twinkie.
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Editado: 15.02.2023