La vida de Yudith

♡Dos lindos chicos♡

Yudith no podía dejar de mirar al chico, luego de unos minutos Yudith dejó de escuchar pasos afuera y soltó un gran suspiro.
Entonces aprovechó para hablar con el chico.

Conversación

 

Yudith: -miró al chico con miedo- : "¿Me estás ayudando? ¿O acaso estás con ellos?"

El chico: -dirigió su mirada a Yudith con una sonrisa pícara- ¿Que te parece niña tonta? 
¿Tengo cara de querer lastimarte?

-Yudith se había quedado atónita, pues era la primera vez que alguien la ayudaba-.

Yudith: -con una sonrisa burlona- ¿Realmente quieres que te responda esa pregunta?
¿Porqué mejor no me dices tu nombre? Necesito saber quién es mí salvador ¿No te parece? -riendo-

El chico: - con arrogancia-
Te lo diría, pero no tiene caso. Después de todo no tengo intenciones de ser tu amigo, ni tampoco pienso volver a verte. 
No te confundas niña tonta, sólo te salve por qué esos chicos hacían mucho ruido en la biblioteca.

Yudith: Te lo digo porque no me gusta tener deudas con nadie, pero como tú quieras niño arrogante, espero que no nos volvamos a cruzar de nuevo. -abriendo la puerta-

El chico: -con una sonrisa pícara- Espera, ¿no crees que deberías agradecerme?

Yudith: -con arrogancia, dándole la espalda- Supongo que gracias, aunque nunca te pedí tu ayuda, adiós niño arrogante -saliendo del pequeño lugar de mantenimiento-

Pero al irse Yudith no se dió cuenta que se le había caído uno de sus libros favoritos.

Al salir del lugar de mantenimiento Yudith miró hacia todos lados, para asegurarse que ya no la seguían. 
Evidentemente los chicos se habían ido, por lo que Yudith se fue corriendo a su clase, porque ya estaba llegando tarde, al entrar se encontró con su profesora dando clase y se disculpó por llegar tarde. 
Luego la profesora le dijo que se presentara ante la clase y Yudith explico que se había transferido por problemas personales, al terminar su presentación todos la saludaron dándole la bienvenida.

Yudith comenzó a buscar un asiento disponible, pero no había muchos, así que una chica de la clase de levantó para cederle un asiento a su lado, luego entre ellas entablaron una conversación amistosa.

 

Conversación

Yudith: -con alegría- Hola, gracias por darme un asiento, en mí antigua escuela ya me hubiera sentado en el piso. -riendo-
¿Cómo te llamas?

Chica: -con amabilidad- mucho gusto Yudith soy Amelia, tienes un buen sentido del humor -riendo- me caes bien.

Yudith: Gracias Amelia, tu también me caes bien. De casualidad ¿avanzaron mucho estos días?

Amelia: -con una sonrisa- No te preocupes por eso, después te daré mí carpeta para que puedas completar todo.

Yudith: -estrechando sus manos con las de Amelia- Muchas gracias, eres muy amable.

Pasaron las horas charlando en clase, Yudith se veía muy contenta, al parecer había encontrado una amiga después de todo.

Luego llegó la hora de volver a casa, al salir de la escuela su madre la estaba esperando.
Yudith se despidió de su nueva amiga y se fue muy contenta con su madre.

Yudith volvió a su casa después de un día muy agitado, almorzó y después de unas horas se fue a dormir una buena siesta.

Cuando se despertó se dió cuenta que ya había amanecido, y sus padres no la habían despertado, pero por suerte era sábado, así que se quedó acostada por otro rato más. 
Luego de un rato sus padres aparecieron y le dijeron a Yudith que se alistara para ir a la playa con ellos, entonces se levantó de la cama, almorzó y se preparó para salir con sus padres. Después subieron algunas cosas al auto y se fueron.

En el transcurso del viaje Yudith se puso a mirar por la ventanilla del auto, cuando vió a un chico pasar, y éste se veía muy lindo, al parecer también se dirigía a la playa.
Cuando llegaron a la playa, todos bajaron sus cosas y se fueron a buscar un lugar donde sentarse, por suerte no habían muchas personas, y era una hermosa tarde para relajarse.

Después de pasar toda una tarde en el agua, ya se había hecho de noche, y sus padres aprovecharon para tomar algo cerca de la playa, mientras que Yudith se quedó a contemplar esa hermosa noche. 
Se sentó sobre una gran roca a mirar las estrellas y se puso auriculares para escuchar música, pero luego de unos minutos alguien tocó su hombro, y cuando volteó era el chico que había mirado por la ventanilla del auto.

Yudith se sacó los auriculares y se puso a conversar con el chico.

Conversación

 

El chico: Lo siento, te interrumpí verdad?

Yudith: Tranquilo, todavía queda lugar para alguien más -riendo-

El chico: -con una sonrisa- ¿puedo sentarme a tu lado para mirar las estrellas?

Yudith: Si no te preocupes, -con tono burlón- no sabía que a los chicos también les gustaba mirar el cielo nocturno.

El chico: Si, como puedes ver -riendo- 
¿Cómo te llamas?

Yudith: -con una sonrisa- Soy Yudith, y tú?

El chico: Soy Mark, un gusto.
¿Siempre vienes aquí? Nunca te había visto.

Yudith: A veces, cuando tengo días malos suelo venir aquí, aunque hoy es un caso particular porque estoy feliz.

A lo lejos se escucha que llaman a Yudith -evidentemente son sus padres-.

Yudith: Lo lamento tengo que irme Mark, ojalá nos volvamos a encontrar, adiós. -se va corriendo-



#36398 en Novela romántica
#9964 en Thriller
#5620 en Misterio

En el texto hay: soledad, juventud, sociedad

Editado: 24.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.