Vilma caminó a la recepción, ella era buena para investigar, me daba miedo enterarme de algo malo, pero tenía a mi hermano a mi lado.
—Hola una pregunta ¿Quién es el dueño del auto gris que está en el estacionamiento, podría decirme? —Preguntaba Vilma al chico que estaba en la recepción, mi hermano me sostenía los hombros.
—No lo sé, no podría saber quién es el dueño de cada auto.
—Entonces me podrías decir si hay alguien registrado con el nombre de Alan, por favor. —Hace carita de puchero, de esas que te convencen fácilmente.
—No le puedo ayudar con esa información. —Respondió el chico.
—Pues, no creo que te niegues ayudar, a una mujer embarazada, mi amiga anda buscando a su esposo, y está embarazada, debes ayudarnos sí. —Decía mientras le coqueteaba, yo solo le seguían la corriente, mi hermano quería reírse, pero era la única forma de saber si estaba ahí.
—Pues está bien, voy a revisar el listado de los últimos clientes que llegaron.
—Gracias, guapo. —Vilma era bastante con vencedora, siempre se salía con la suya, para el chico era fácil averiguar quién estaba en el hotel, porque no había muchos registrados.
—Si aquí hay un chico llamado Alan, está en la habitación 18.
—Ayúdame con las llaves.
—No sé si sería lo correcto.
—Tú solo dámelas, que aquí vamos a descubrir que está haciendo. —El chico le dio las llaves, yo ya estaba muerta de nervios.
Caminamos hacia el segundo piso donde estaba la habitación 18, quería aceptar que estábamos exagerando, que estaba aquí para despejarse después de nuestra pelea.
—Mejor vámonos. —Dije, pero ellos 2 no tenías intención de regresar.
—No, amiga, nadie viene a un hotel solo, te hubiera dicho, hubiera venido contigo, él oculta algo.
—Vilma no.
—Si quieres regrésate, pero yo voy a abrir esa habitación, Paul estas de acuerdo.
—Yo si Vilma, ya estamos aquí, a mí también se me hace raro eso de que esté aquí.
No me hicieron caso y caminaron, ya estando frente a la puerta mis pies temblaron de miedo, quería solo entrar y verlo ahí solo, pero el miedo de verlo con otra, me invadió.
Vilma lentamente abrió la puerta, escuchamos algunos ruidos, me dio nervios, pero Paul fue quien empujó la puerta hasta abrirla totalmente, estaban en la cama, ella arriba de él, moviéndose, él le acariciaba la espalda desnuda, mientras le besaba los pechos, la escena era desgarradora para mí, sus gemidos se escuchaban por toda la habitación, los 3 nos quedamos helados ante esta imagen, mis lágrimas no se hicieron esperar, Vilma me abrazo, Paul estaba rojo del coraje, ellos ni cuenta se daban qué estábamos viéndolos, fue cuando tome valor y hable.
—¿Qué es esto Alan? —Como pudo, Catalina se tapó con una sábana, bajándose de encima de mi novio, Alan solo se cubrió, estaban helados, no se imaginaban que entraríamos nosotros.
—Pero qué demonios, ¿qué haces aquí? —Fue lo único que dijo, mientras lloraba, eran las personas más importantes de mi vida.
—No, aquí la pregunta es ¿Qué haces tú aquí? —Mi hermano respondió Catalina estaba sin decir nada.
—Tú no te metas, Irma, mira, te explico. —Que me va a explicar, estaba bien claro, me engaño con mi mejor amiga, y ella siempre hablando mal de Vilma.
—No hay nada que explicar Alan, te estás acostando con mi mejor amiga, hasta antes de entrar quería justificarte, pero no sigue en lo que estabas, pásala bien, terminamos, no me busques. —Camine hacia la salida, aunque los quería golpear, no me iba a rebajar a ese nivel, quería morirme, pero de algo si estoy segura, no permitiré que me humillen, si me traicionan se acaba todo, él me gritaba, pero no le iba a hacer caso.
—Irma, hablemos. —Fue lo que escuche, Vilma y Paul caminaron detrás de mí, bajamos y entregamos las llaves, no quería estar ni un minuto más en ese lugar.
Dejamos las llaves y fuimos al garaje, Alan llegó detrás de nosotros ya vestido, no se para qué viene, ya me quedo claro lo que estaba haciendo.
—Mi amor tenemos que hablar.
—No me interesa hablar contigo, Alan, déjame, se acabó.
—No escucha Catalina, me busco, es una ofrecida. —Trata de tomarme la mano y lo aparto, él insiste y es ahí cuando mi hermano que se había mantenido al margen, se acerca y le da un puñetazo en la nariz, Alan cayó al suelo con la nariz sangrando, Paul es tranquilo, pero cuando le buscan reacciona.
—Dijo que la dejes en paz, poco hombre, como te atreves de hacer daño a mi hermana, te juro que si te vuelvo a ver cerca te irá peor. —Mi hermano nunca se metía en mis decisiones, pero me protege demasiado, lo juro el día que nuestros padres murieron, nunca lo había visto de esa manera, sé que me quiere mucho.
—Tú no te metas. —Reacciona Alan mientras se levanta, limpiando su nariz.
—Me meto porque es mi hermana maldito gusano y todavía te atreves a decir que me gustaba la zorra de Catalina, que poco hombre eres, ven trata de darme un golpe imbécil. —Paul se ve muy furioso, me acerco a él y lo tranquilizo, pero necesito hacerle una pregunta a mi exnovio.