La vidente

Sorpresas

Arlet

Mi pulso se detuvo y sabía que esto era un gran problema. Reconocía esa voz, lo haría en cualquier lado. Pero justo en este momento quise no hacerlo.

Miré a Erick en busca de alguna idea para evitar ser descubiertos. No nos podían ver juntos, aun no. Claro que sentía algo por Erick, pero él no estaba del todo seguro sobre sus sentimientos y yo... no quería presionarlo aunque por dentro muero de ganas por ser correspondida. Sé que es complicado, que él tiene una obligación con el Emperador Lisandro y que podría a su nación antes que a mi y lo entiendo, porque yo también lo haría. Montenian es mi responsabilidad y como legítima "Reina" es mi prioridad defender a mi nación.

Reina.

Difícil palabra, jamás imaginé que esa palabra se podría usar en mí. Pero es cierto, soy una Reina, y aunque no se me llame oficialmente, lo llevo en los hombros. Soy una futura monarca, y si apenas puedo con mi vida, tengo que ser fuerte para enfrentar la responsabilidad que conlleva el cargo.

Suspiré pesadamente saliendo de mis pensamientos. Empujé con suavidad a Erick para quitarlo de encima mío y arreglar mi atuendo para que nada se vea sospechoso. Me dirigí a la puerta bajo la atenta y curiosa mirada de Erick. Solo le indiqué con un movimiento de labios que me siguiera la corriente y que se arreglara también. Torpemente se puso de pie y se colocó detrás de la cama en una posición oficial. Desde su posición no se alcanzaba a distinguir su prominente erección. Tratando de contener una risa, abrí la puerta y poniéndome en el campo de visión de Silas, traté de cubrir a Erick.

一Hey, ¿ocurre algo?一pregunté con la sonrisa más amable, y un tanto falsa, que tenía mientras que mis facciones luchaban por no delatar mi incomodidad.

一En realidad, no... es solo que el Emperador te está esperando y como tardé un poco pensé que estarías aquí y pues venía a buscarte, es que yo... bueno, hace rato quería decirte algo y... bueno, aun quiero pero no sé, si no estás ocupada, tal vez, podríamos... claro si tú quieres, dar un paseo por el jardín y así te puedo decir lo que pretendía hace un rato一, Silas hablaba muy rápido y con cada palabra que sale de su boca, su rostro adquiere un tono rojizo que lo hace ver tierno. Entonces mi sonrisa cambia un genuina.

一Claro que sí, deja voy con el Emperador y después de eso yo te paso a buscar一. Dije mientras salía de la habitación con los ojos de Silas sobre mí, comencé a caminar, rogando que Erick no decidiera salir detrás nuestro justo ahora一. ¿Dónde estarás? Para saber dónde buscarte.

一Emmm, bueno, tenía pensado pasar un rato en la enfermería, para que revisaran mis heridas, aunque no son tan graves一. Dijo mientras se levantaba un poco la playera para mostrarme unos hematomas y sus muñecas tenían ligeras marcas de quemaduras. Mi ceño se frunció instantáneamente, me detuve provocando que él también lo hiciera, me giré hacia Silas y pasé las yemas de mis dedos sobre la piel desnuda de su torso. Sentí a Silas tensarse bajo mi tacto pero no me detuvo en ningún momento.

Las llemas de mis dedos recorrían con suavidad cada poro de su piel, delineando cada hematoma como si de pintura sobre un lienzo se tratara. Solo quería comprobar y sentir la textura de su piel. Silas seguía sin moverse, podría jurar que aguantaba la respiración, pero de pronto recordé lo que acababa de pasar con Erick y me sentí culpable, aunque no sabía muy bien de qué. 

Alejé mi mano con lentitud y elevé mi rostro para encontrarme con la mirada intensa de Silas. Sus pupilas se habían dilatado y le daba un toque sensual y travieso, pero esa mirada desapareció cuando el sonido de unos tacones acercarse se hizo presente. Ambos nos erguimos y seguimos caminando lado a lado hasta que llegamos a donde estaba el Emperador. Silas se retiró tan rápido que me dio la impresión que mi presencia le quemaba, pero trate de no darle importancia mientras atravesaba la puerta después de escuchar un <<pase>>.

 

El Emperador Lisandro era un hombre amable pero también imponente. Tal vez por el título o por la intensa mirada que te daba la sensación de estar expuesto frente a él.  Era bondadoso y comprensivo, sin duda alguna una gran figura paterna que me recordaba a mi padre. A lo mejor por eso le tomé tanto cariño en tan poco tiempo. 

Cuando estuve frente a él, me pidió que le contara todos detalles de mi encuentro con Areu. Y le agradecí mentalmente a Silas por no decir nada sobre mi ataque previo a la visión que tuve. Aún no sabía cómo llamar a aquello y de qué forma usarlo pero sabía que era un don que probablemente si se hacía público sería muy codiciado. Así que cuando se lo dije al Emperador le pedí firmemente que lo mantuviera en secreto, él pareció entender mis razones y no las cuestiona, tal parece que algo así se imagino cuando le dije que presentía que Areu atacaría. 

Lo cual fue más por la visión que por el presentimiento de que lo hiciera por que lo conocía. 



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En el texto hay: amor apasionado, guerra y sangre, visiones y pesadillas

Editado: 04.06.2019

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